Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

III Rey 5:7 Así que oyó Hiram la embajada de Salomón , se alegró sobremanera, y exclamó: Bendito sea hoy el Señor Dios que dio a David un hijo sapientísimo para gobernar un pueblo tan numeroso.
III Rey 5:12 Dio también el Señor a Salomón la sabiduría, como se lo había prometido, y tenían paz entre sí Hiram y Salomón , e hicieron alianza recíproca.
III Rey 6:1 Se comenzó a edificar la casa del Señor en el año cuatrocientos ochenta después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Cío, esto es, el mes segundo.
III Rey 6:2 Y la casa que el rey Salomón edificaba al Señor tenía setenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto.
III Rey 6:7 La construcción de la casa del Señor se hizo de piedras labradas de antemano; sin que, durante la obra de la casa del Señor, se oyese en ella ruido de martillo, ni de hacha, o azuela, ni de ninguna otra herramienta.
III Rey 6:7 La construcción de la casa del Señor se hizo de piedras labradas de antemano; sin que, durante la obra de la casa del Señor, se oyese en ella ruido de martillo, ni de hacha, o azuela, ni de ninguna otra herramienta.
III Rey 6:11 Después de lo cual habló el Señor a Salomón , diciendo:
III Rey 6:19 El oráculo lo había edificado en el fondo del templo, en la parte más inferior para colocar allí el arca del Testamento del Señor.
III Rey 6:37 Se echaron los cimientos de la casa del Señor el año cuarto, en el mes de Cío;
III Rey 6:38 y el año undécimo, es el mes de Bul, esto es el mes octavo, se concluyó la casa del Señor con todas sus partes y con todos sus utensilios. Y la edificó Salomón en siete años.
III Rey 7:12 El atrio grande tenía a la redonda tres órdenes de piedra de sillería y uno de vigas de cedro labrado; y lo mismo tenía el atrio interior del templo, del Señor y su pórtico.
III Rey 7:40 Hizo también Hiram calderos, y cuencos y calderillas, y concluyó todo cuanto le ordenó hacer el rey Salomón para el templo del Señor;
III Rey 7:45 y los calderos, cuencos y calderillos. Todos los vasos que hizo Hiram al rey Salomón para el servicio de la casa del Señor eran de bronce fino.
III Rey 7:48 Mandó hacer también Salomón todo aquello que debía servir para la casa del Señor: el altar de oro y la mesa de oro, sobre la cual se habían de poner los panes de la proposición;
III Rey 7:51 Así completó Salomón toda la obra que tenía trazada para la casa del Señor, y metió en ella el oro, la plata y todos los vasos que su padre David había consagrado a Dios, y lo mandó guardar todo en los tesoros de la casa del Señor.
III Rey 7:51 Así completó Salomón toda la obra que tenía trazada para la casa del Señor, y metió en ella el oro, la plata y todos los vasos que su padre David había consagrado a Dios, y lo mandó guardar todo en los tesoros de la casa del Señor.
III Rey 8:1 Entonces se congregaron en Jerusalén todos los ancianos de Israel con los príncipes de las tribus y las cabezas de las familias de los hijos de Israel, al llamamiento del rey Salomón , para trasladar el arca del Testamento del Señor desde la ciudad de David, esto es, desde Sión.
III Rey 8:3 Y acudieron todos los ancianos de Israel; y los sacerdotes tomaron el arca del Señor,
III Rey 8:6 Por fin, los sacerdotes colocaron el arca del Señor en el lugar destinado del oráculo del Templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.
III Rey 8:9 Dentro del arca no había otra cosa sino las dos tablas de piedra que había puesto en ella Moisés en Horeb, cuando el Señor hizo la alianza con los hijos de Israel, luego que salieron de la tierra de Egipto.
III Rey 8:10 Y sucedió que al salir los sacerdotes del santuario, una niebla llenó la casa del Señor;
III Rey 8:11 de manera que los sacerdotes no podían estar allí para ejercer su ministerio por causa de la niebla; porque la gloria del Señor tenía ocupada de lleno la casa del Señor.
III Rey 8:11 de manera que los sacerdotes no podían estar allí para ejercer su ministerio por causa de la niebla; porque la gloria del Señor tenía ocupada de lleno la casa del Señor.
III Rey 8:12 Entonces dijo Salomón : El Señor tiene dicho que había de morar en una niebla.
III Rey 8:15 Y añadió Salomón : Bendito sea el Señor Dios de Israel, el cual por su propia boca predijo a David, mi padre, lo que con su poder ha ejecutado, diciendo:
III Rey 8:17 Quiso, pues, David, mi padre, edificar una casa al Nombre del Señor Dios de Israel.
III Rey 8:18 Pero el Señor dijo a mi padre David: Bien has hecho en haber ideado en tu corazón construir casa a mi Nombre, formando en tu mente tal designio.
III Rey 8:20 El Señor puso en ejecución la palabra que pronunció; y yo ocupé el lugar de mi padre, y me senté sobre el trono de Israel como el Señor lo había dicho, y he edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel.
III Rey 8:20 El Señor puso en ejecución la palabra que pronunció; y yo ocupé el lugar de mi padre, y me senté sobre el trono de Israel como el Señor lo había dicho, y he edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel.
III Rey 8:20 El Señor puso en ejecución la palabra que pronunció; y yo ocupé el lugar de mi padre, y me senté sobre el trono de Israel como el Señor lo había dicho, y he edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel.
III Rey 8:21 Y en ella he escogido el lugar para el arca , dentro de la cual está la ley, que es la alianza del Señor, hecha con nuestros padres, cuando salieron de la tierra de Egipto.
III Rey 8:22 Se puso después Salomón de rodillas ante el Altar del Señor, a vista de la asamblea de Israel, y levantando las manos hacia el cielo,
III Rey 8:23 dijo: ¡Oh Señor Dios de Israel!, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo, ni acá abajo en la tierra; tú guardas el pacto y usas misericordia con tus siervos, que andan en tu presencia con todo su corazón.
III Rey 8:25 Ahora, pues, Señor Dios de Israel, confirma a tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste, diciendo: No faltará jamás de tu linaje quien se siente ante mí sobre el trono de Israel, con tal que tus hijos vigilen sobre sus pasos, y anden delante de mí como tú has andado en mi presencia.
III Rey 8:26 Sí, oh Señor Dios de Israel, confírmense hoy tus promesas hechas a tu siervo David, mi padre.
III Rey 8:27 Mas en efecto: ¿es creíble que verdaderamente Dios ha de habitar sobre la tierra? Porque si ni los cielos, oh Señor, ni los altísimos cielos pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he construido?
III Rey 8:28 Como quiera, oh Señor Dios mío, atiende a la oración de tu siervo, y a sus súplicas; escucha los himnos y las plegarias que tu siervo pronuncia hoy en tu presencia;
III Rey 8:30 y escuches las súplicas de tu siervo y de Israel, pueblo tuyo, sobre cuanto te pidan en este lugar. Sí, tú los oirás, oh Señor, desde el lugar de tu mansión en el cielo, y oyéndolos te mostrarás con ellos propicio.
III Rey 8:36 atiéndeles, Señor, desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo; y enséñales el buen camino por donde deben andar, y envía lluvias a esta tu tierra, cuya posesión diste a tu pueblo.
III Rey 8:49 tú, Señor, oirás desde el cielo, desde esa firmísima morada en que tienes puesto tu solio, sus oraciones y sus plegarias, y saldrás a su defensa;
III Rey 8:53 ya que tú, ¡oh Señor Dios!, los escogiste de todos los pueblos de la tierra para posesión tuya, como lo declaraste por boca de tu siervo Moisés, cuando sacaste de Egipto a nuestros padres.
III Rey 8:54 Luego que Salomón hubo acabado de proferir toda esta oración y plegaria al Señor, se levantó de ante el Altar del Señor, porque había hincado ambas rodillas en tierra, teniendo levantadas las manos hacia el cielo;
III Rey 8:54 Luego que Salomón hubo acabado de proferir toda esta oración y plegaria al Señor, se levantó de ante el Altar del Señor, porque había hincado ambas rodillas en tierra, teniendo levantadas las manos hacia el cielo;
III Rey 8:56 Bendito sea el Señor que ha dado reposo a su pueblo de Israel, conforme a todas las promesas que hizo; no ha faltado ni una sola palabra en orden a todos los bienes que él prometió por boca de Moisés, siervo suyo.
III Rey 8:57 El Señor Dios nuestro sea con nosotros, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deseche;
III Rey 8:59 Y estas mis palabras, con que acabo de orar al Señor, estén presentes día y noche ante el Señor Dios nuestro, para que en todo tiempo ampare a su siervo y a su pueblo de Israel;
III Rey 8:59 Y estas mis palabras, con que acabo de orar al Señor, estén presentes día y noche ante el Señor Dios nuestro, para que en todo tiempo ampare a su siervo y a su pueblo de Israel;
III Rey 8:60 a fin de que todas las naciones de la tierra reconozcan que el Señor es el verdadero Dios, y que fuera de él no hay otro.
III Rey 8:61 Sea también nuestro corazón recto para con Dios nuestro Señor; de suerte que obedezcamos sus preceptos, y observemos sus mandamientos, como hacemos hoy.
III Rey 8:62 Después de esto el rey, y con él todo Israel, sacrificaban víctimas delante del Señor.