Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

Lc 4:12 Jesús le replicó: Dicho está también: No tentarás al Señor Dios tuyo.
Lc 4:18 El Espíritu del Señor reposó sobre mí, por lo cual me ha consagrado con su unción divina, y me ha enviado a dar buenas nuevas a los pobres; a curar a los que tienen el corazón contrito;
Lc 4:19 a anunciar libertad a los cautivos, y a los ciegos vista; a soltar a los que están oprimidos; a promulgar el año de las misericordias del Señor, y el día de la retribución.
Lc 5:8 Lo que viendo Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús , diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.
Lc 5:12 Estando en una de aquellas ciudades de Galilea, he aquí un hombre todo cubierto de lepra, el cual así que vio a Jesús , se postró rostro por tierra, y le rogaba diciendo: Señor, si tú quieres, puedes curarme.
Lc 5:17 Estaba Jesús un día sentado enseñando, y estaban asimismo sentados allí varios fariseos y doctores de la ley, que habían venido de todos los lugares de Galilea y de Judea, y de la ciudad de Jerusalén ; y la virtud del Señor se manifestaba en sanar a los enfermos.
Lc 6:46 ¿Por qué, pues, me estáis llamando, Señor, Señor, siendo así que no hacéis lo que yo digo?
Lc 6:46 ¿Por qué, pues, me estáis llamando, Señor, Señor, siendo así que no hacéis lo que yo digo?
Lc 7:6 Iba, pues, Jesús con ellos. Y estando ya cerca de la casa, el centurión le envió a decir por sus amigos: Señor, no te tomes esa molestia, que no merezco yo que tú entres dentro de mi morada.
Lc 7:13 Así que la vio el Señor, movido a compasión, le dijo: No llores.
Lc 7:31 Ahora bien, concluyó el Señor: ¿A quien diré que es semejante esta raza de hombres?; y ¿a quién se parecen?
Lc 9:57 Mientras iban andando su camino, hubo un hombre que le dijo: Señor, yo te seguiré adondequiera que fueres.
Lc 9:59 A otro le dijo Jesús : Sígueme; mas éste respondió: Señor, permíteme que vayas antes, y dé sepultura a mi padre.
Lc 9:61 Y otro le dijo: Yo te seguiré, Señor; pero primero déjame ir a despedirme de mi casa.
Lc 10:1 Después de esto eligió el Señor otros setenta y dos discípulos, a los cuales envió delante de él, de dos en dos. Por todas las ciudades y lugares adonde había de venir él mismo.
Lc 10:17 Regresaron los setenta y dos discípulos llenos de gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios mismos se sujetan a nosotros por la virtud de tu nombre.
Lc 10:21 En aquel mismo punto Jesús manifestó un extraordinario gozo, al impulso del Espíritu Santo, y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo, y las has descubierto a los humildes y pequeños. Así es, ¡oh Padre!, porque así fue tu beneplácito.
Lc 10:27 Respondió él: Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.
Lc 10:39 Tenía ésta una hermana llamada María, la cual sentada también a los pies del Señor estaba escuchando su palabra.
Lc 10:40 Mientras tanto Marta andaba muy afanada en disponer todo lo que era menester, por lo cual se presentó a Jesús y dijo: Señor, ¿no reparas que mi hermana me ha dejado sola en las faenas de la casa? Dile, pues, que me ayude.
Lc 10:41 Pero el Señor le dio estas respuestas: Marta, Marta, tú te afanas y acongojas en muchísimas cosas;
Lc 11:1 Un día estando Jesús orando en cierto lugar, acabada la oración, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó también Juan a sus discípulos.
Lc 11:39 Mas el Señor le dijo: Vosotros, ¡oh fariseos!, tenéis cuidado en limpiar el exterior de las copas y de los platos; pero el interior de vuestro corazón está lleno de rapiña y de maldad.
Lc 12:41 Le preguntó entonces Pedro: Señor, ¿dices por nosotros esta parábola, o por todos igualmente?
Lc 12:42 Respondió el Señor: ¿Quién piensas que es aquel administrador fiel y prudente, a quien su amo constituyó mayordomo de su familia, para distribuir a cada uno a su tiempo la medida de trigo correspondiente?
Lc 13:8 Pero él respondió: Señor, déjala todavía este año, y cavaré alrededor de ella, y le echaré estiércol,
Lc 13:15 Mas el Señor, dirigiéndole a él la palabra, dijo: ¡Hipócritas!, ¿cada uno de vosotros no suelta su buey o su asno del pesebre, aunque sea sábado, y los lleva a abrevar?
Lc 13:23 Y uno le preguntó: Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan. El en respuesta dijo a los oyentes:
Lc 13:25 Y después que el padre de familia hubiere entrado y cerrado la puerta, empezaréis, estando fuera, a llamar a la puerta diciendo: ¡Señor, Señor, ábrenos!, y él os responderá: No os conozco, ni sé de dónde sois.
Lc 13:25 Y después que el padre de familia hubiere entrado y cerrado la puerta, empezaréis, estando fuera, a llamar a la puerta diciendo: ¡Señor, Señor, ábrenos!, y él os responderá: No os conozco, ni sé de dónde sois.
Lc 13:35 ¡Pueblo ingrato!: He aquí que vuestra morada va a quedar desierta. Y os declaro que ya no me veréis más, hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor!
Lc 14:22 Dijo después el criado: Señor, se ha hecho lo que mandaste, y aún sobra lugar.
Lc 17:5 Entonces los apóstoles dijeron al Señor: Auméntanos la fe.
Lc 17:6 Y el Señor les dijo: Si tuviereis fe tan grande como un granito de mostaza, diréis a ese moral: Arráncate de raíz, y trasplántate en el mar, y os obedecerá.
Lc 17:36 ¿Dónde, Señor, replicaron ellos, será esto?
Lc 18:6 Ved, añadió el Señor, lo que dijo ese juez inicuo.
Lc 18:41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Señor, respondió él, que yo tenga vista.
Lc 19:8 Mas Zaqueo, puesto en presencia del Señor, le dijo: Señor, desde ahora doy yo la mitad de mis bienes a los pobres; y si he defraudado en algo a alguno, le voy a restituir cuatro tantos más.
Lc 19:8 Mas Zaqueo, puesto en presencia del Señor, le dijo: Señor, desde ahora doy yo la mitad de mis bienes a los pobres; y si he defraudado en algo a alguno, le voy a restituir cuatro tantos más.
Lc 19:16 Vino, pues, el primero, y dijo: Señor, tu marco ha rendido diez marcos.
Lc 19:18 Llegó el segundo, y dijo: Señor, tu marco ha dado de ganancia cinco marcos.
Lc 19:20 Vino otro, y dijo: Señor, aquí tienes tu marco de plata, el cual he guardado envuelto en un pañuelo;
Lc 19:25 Le replicaron: Señor, que tiene ya diez marcos.
Lc 19:31 Que si alguno os preguntare: ¿Por qué lo desatáis?, le diréis así: Porque el Señor lo necesita.
Lc 19:34 A lo que respondieron ellos: Porque lo necesita el Señor.
Lc 19:38 diciendo: ¡Bendito sea el rey que viene en nombre del Señor; paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!
Lc 20:37 Por lo demás, que los muertos hayan de resucitar, Moisés lo declaró cuando, estando junto a la zarza, le dijo el Señor: Yo soy el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob .
Lc 20:42 siendo así que David mismo en el libro de los Salmos, dice: Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra,
Lc 20:42 siendo así que David mismo en el libro de los Salmos, dice: Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra,
Lc 20:44 Pues si David le llama su Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?