Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

Heb 2:10 Por cuanto era cosa digna que aquel Dios para quien y por quien son todas las cosas, habiendo de conducir a muchos hijos adoptivos a la gloria, consumase o inmolase por medio de la pasión y muerte al autor y modelo de la salvación de los mismos, Jesucristo Señor nuestro.
Heb 3:16 Pues algunos de los que la habían oído, irritaron al Señor, aunque no todos aquellos que salieron del Egipto por medio de Moisés.
Heb 3:17 Mas ¿contra quiénes estuvo irritado el Señor por espacio de cuarenta años? ¿No fue contra los que pecaron, cuyos cadáveres quedaron tendidos en el desierto?
Heb 4:13 No hay criatura invisible a su vista; todas están desnudas y patentes a los ojos de este Señor, de quien hablamos.
Heb 7:14 Siendo como es notorio, que nuestro Señor Jesucristo nació de la tribu de Judá a la cual jamás atribuyó Moisés el sacerdocio.
Heb 7:21 mas éste lo fue con juramento, por aquel que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote por toda la eternidad)
Heb 8:2 y es el ministro, o sacerdote, del santuario celestial, y del verdadero Tabernáculo, erigido por el Señor, y no por hombre alguno:
Heb 8:8 Sin embargo, culpándolos dice a los prevaricadores de la ley antigua: He aquí que vendrán días, dice el Señor, en que otorgaré a la casa de Israel y a la casa de Judá un Testamento o alianza nueva;
Heb 8:9 no como el Testamento o pacto que hice con sus padres cuando los tomé como por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; por cuanto ellos no guardaron mi alianza, y así yo los deseché, dice el Señor.
Heb 8:10 El Testamento que he de disponer, dice el Señor, para la casa de Israel, después de aquellos días, es el siguiente: Imprimiré mis leyes en la mente de ellos, y las escribiré sobre sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo;
Heb 8:11 ya no será menester que enseñe cada uno a su prójimo y a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque con la luz de la fe todos me conocerán desde el menor de ellos hasta el mayor;
Heb 10:16 He aquí la alianza que yo asentaré con ellos, dice el Señor, después de aquellos días imprimiré mis leyes en sus corazones y las escribiré sobre sus almas;
Heb 10:30 Pues bien conocemos quién es el que dijo: A mí está reservada la venganza, y yo soy el que la ha de tomar. Y también: El Señor ha de juzgar a su pueblo.
Heb 10:38 Entretanto el justo mío, añade el Señor, vivirá por la fe; pero si desertare, no será agradable sino aborrecible a mi alma.
Heb 11:8 Por la fe aquel que recibió del Señor el nombre de Abrahán, o Padre de las naciones, obedeció a Dios, partiendo hacia el país que debía recibir en herencia; y se puso en camino, no sabiendo adónde iba.
Heb 12:3 Considerad, pues, atentamente a aquel Señor que sufrió tal contradicción de los pecadores contra su misma persona, a fin de que no desmayéis, perdiendo vuestros ánimos.
Heb 12:5 sino que os habéis olvidado ya de las palabras de consuelo, que os dirige Dios como a hijos, diciendo en la Escritura. Hijo mío, no desprecies la corrección o castigo del Señor, ni caigas de ánimo cuando te reprende.
Heb 12:6 Porque el Señor al que ama, le castiga; y a cualquiera que recibe por hijo suyo, le azota y le prueba con adversidades.
Heb 13:6 de manera que podamos animosamente decir: El Señor es quien me ayuda; no temeré cosa que hagan contra mí los hombres.
Heb 13:20 Y el Dios de la paz que resucitó de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesucristo Señor nuestro, por la virtud y méritos de la sangre del eterno Testamento,
Sant 1:1 Santiago, siervo de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, a los fieles de las doce tribus, que viven dispersos entre las naciones. Salud.
Sant 1:7 Así que un hombre semejante no tiene que pensar que ha de recibir poco ni mucho del Señor.
Sant 2:1 Hermanos míos, no intentéis conciliar la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo con la distinción de personas.
Sant 4:10 Humillaos en la presencia del Señor, y él os ensalzará.
Sant 5:4 Sabed que el jornal que no pagasteis a los trabajadores, que segaron vuestras mieses, está clamando contra vosotros; y el clamor de ellos ha penetrado los oídos del Señor de los ejércitos.
Sant 5:7 Pero vosotros, ¡oh hermanos míos!, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador, con la esperanza de recoger el precioso fruto de la tierra, aguarda con paciencia que Dios envíe las lluvias temprana y tardía.
Sant 5:8 Esperad, pues, también vosotros con paciencia, y esforzad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
Sant 5:10 Tomad, hermanos míos, por ejemplo de paciencia, en los malos sucesos y desastres, a los profetas, que hablaron en el nombre del Señor.
Sant 5:11 Ello es que tenemos por bienaventurados a los que así padecieron. Oído habéis la paciencia de Job, y visto el fin del Señor. Estad de buen ánimo, porque el Señor es misericordioso y compasivo.
Sant 5:11 Ello es que tenemos por bienaventurados a los que así padecieron. Oído habéis la paciencia de Job, y visto el fin del Señor. Estad de buen ánimo, porque el Señor es misericordioso y compasivo.
Sant 5:14 ¿Está enfermo alguno entre vosotros?; llame a los presbíteros de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con óleo en el Nombre del Señor.
Sant 5:15 Y la oración nacida de la fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará; y si se halla con pecados, se le perdonarán.
I Ped 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha regenerado con una viva esperanza de vida eterna, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
I Ped 1:14 portándoos como hijos obedientes de este Señor, no conformándoos ya con los apetitos y pasiones que teníais antes en tiempo de vuestra ignorancia o infidelidad,
I Ped 1:25 pero la palabra del Señor dura eternamente; y ésta es la palabra de la buena nueva que se os ha predicado.
I Ped 2:3 si es caso que habéis probado cuán dulce es el Señor.
I Ped 3:12 Pues el Señor tiene fijos sus ojos sobre los justos, y escucha propicio las súplicas de ellos, al paso que mira con recelo a los que obran mal.
I Ped 3:15 sino bendecid en vuestros corazones al Señor Jesucristo prontos siempre a dar satisfacción a cualquiera que os pida razón de la esperanza o religión en que vivís.
I Ped 5:3 ni porque queréis tener señorío sobre el clero, o la heredad del Señor, sino siendo verdaderamente dechados de la grey;
II Ped 1:2 la gracia y paz crezca más y más en vosotros por el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.
II Ped 1:8 Porque si estas virtudes se hallan en vosotros, y van creciendo más y más, no quedará estéril y sin fruto el conocimiento que tenéis de nuestro Señor Jesucristo.
II Ped 1:11 Pues de este modo se os abrirá de par en par la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
II Ped 1:14 estando cierto de que presto saldré de él, según me lo ha significado ya nuestro Señor Jesucristo.
II Ped 1:16 Por lo demás, no os hemos hecho conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas o ficciones ingeniosas; sino como testigos oculares de su grandeza,
II Ped 2:1 Verdad es que hubo también falsos profetas en el antiguo pueblo de Dios, así como se verán entre vosotros, maestros embusteros, que introducirán con disimulo sectas de perdición, y renegarán del Señor que los rescató, acarreándose a sí mismos una pronta venganza.
II Ped 2:9 luego bien sabe el Señor librar de la tentación a los justos, reservando los malos para los tormentos en el día del juicio,
II Ped 2:20 Porque si después de haberse apartado de las asquerosidades del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, enredados otra vez en ellas son vencidos, su postrera condición viene a ser peor que la primera.
II Ped 3:2 para que tengáis presentes las palabras que os he dicho antes, de los santos profetas, y los preceptos que el Señor y Salvador nuestro os ha dado por medio de nosotros, que somos sus apóstoles
II Ped 3:9 No retarda, pues, el Señor su promesa, como algunos juzgan, sino que espera con mucha paciencia por amor de vosotros venir como juez, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan a penitencia.
II Ped 3:10 Por lo demás, el día del Señor vendrá como ladrón, y entonces los cielos con espantoso estruendo pasarán de una parte a otra, los elementos con el ardor del fuego se disolverán, y la tierra, y las obras que hay en ella serán abrasadas.