Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

Jer 18:1 Orden dada a Jeremías por el Señor, diciendo:
Jer 18:5 Entonces me habló el Señor, y dijo:
Jer 18:6 ¿Por ventura no podré hacer yo con vosotros, ¡oh casa de Israel!, como ha hecho este alfarero con su barro, dice el Señor? Sabed que lo que es el barro en manos del alfarero, eso sois vosotros en mi mano, ¡oh casa de Israel!
Jer 18:11 Tú, pues, ahora di a los varones de Judá y a los habitantes de Jerusalén : Esto dice el Señor: Mirad que yo estoy amasando estragos contra vosotros, y trazando designios en daño vuestro. Conviértase cada uno de vosotros de su mala vida, y enmendad vuestras costumbres e inclinaciones.
Jer 18:13 Por tanto, esto dice el Señor: Preguntad a las demás naciones: ¿Quién ha jamás oído tales y tan horrendas cosas, como las que no se hartaba de hacer la virgen de Israel?
Jer 18:19 ¡Oh Señor!, mira por mí, y para tu atención en lo que dicen mis adversarios.
Jer 18:20 ¿Conque así se vuelve mal por bien? ¿Y así ellos, que tanto me deben, han cavado una hoya para hacerme perder la vida? Acuérdate, ¡oh Señor!, de cuando me presentaba yo en tu acatamiento, para hablarte a su favor, y para desviar de ellos tu enojo.
Jer 18:23 Mas tú, ¡oh Señor!, conoces bien todos sus designios de muerte contra mí. No les perdones su maldad; ni se borre de tu presencia su pecado, derribados sean delante de ti; acaba con ellos en el tiempo de tu furor.
Jer 19:1 Me dijo también el Señor: Anda y lleva contigo una vasija de barro, obra del alfarero, y algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes;
Jer 19:3 Escuchad, les dirás, la palabra del Señor, ¡oh reyes de Judá y ciudadanos de Jerusalén ! Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Sabed que yo descargaré sobre este lugar tales castigos, que a cualquiera que los oyere contar le retiñirán las orejas.
Jer 19:3 Escuchad, les dirás, la palabra del Señor, ¡oh reyes de Judá y ciudadanos de Jerusalén ! Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Sabed que yo descargaré sobre este lugar tales castigos, que a cualquiera que los oyere contar le retiñirán las orejas.
Jer 19:6 Por tanto, he aquí, dice el Señor, que llega el tiempo en que ya no se ha de llamar más este sitio Valle de Tofet, ni Valle del hijo de Ennom, sino el Valle de la Mortandad.
Jer 19:11 Y les dirás entonces: Esto dice el Señor de los ejércitos: Así haré yo pedazos a este pueblo y a esta ciudad, como se hace añicos una vasija de barro cocido, la cual ya no puede restaurarse; y serán sepultados en el inmundo valle de Tofet, porque no habrá otro sitio para enterrarlos.
Jer 19:12 De esta manera trataré yo a esta población y a sus habitantes, dice el Señor, y haré que esta ciudad sea un lugar de abominación, así como Tofet.
Jer 19:14 En seguida volvió Jeremías de Tofet, a donde le había enviado el Señor a profetizar, y se paró en el atrio del templo del Señor, y dijo a todo el pueblo:
Jer 19:14 En seguida volvió Jeremías de Tofet, a donde le había enviado el Señor a profetizar, y se paró en el atrio del templo del Señor, y dijo a todo el pueblo:
Jer 19:15 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Mirad, yo voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas las ciudades que dependen de ella, todos los males con que yo la he amenazado; ya que han endurecido su cerviz para no atender a mis palabras.
Jer 20:1 Y Fasur, hijo o descendiente del sacerdote Emmer, y que era uno de los prefectos de la casa del Señor, oyó a Jeremías que profetizaba tales cosas.
Jer 20:2 E irritado Fasur hirió al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo, que estaba en la puerta superior de Benjamín, en la casa del Señor.
Jer 20:3 Al amanecer del siguiente día, sacó Fasur del cepo a Jeremías; el cual le dijo: El Señor no te llama ya Fasur, sino el Espantado por todas partes.
Jer 20:4 Porque esto dice el Señor: Sábete; que yo te llenaré de espanto a ti y a todos tus amigos, los cuales perecerán al filo de la espada de sus enemigos, y es cosa que la verás con tus ojos; y entregaré a todo Judá en poder del rey de Babilonia, quien trasladará sus habitantes a Babilonia, y a muchos los pasará a cuchillo.
Jer 20:7 ¡Oh Señor!, tú me deslumbraste, al encargarme este penoso ministerio; y yo quedé deslumbrado, yo ya me resistía; pero tú fuiste más fuerte que yo, y te saliste con la tuya; yo soy todo el día objeto de burla, todos hacen mofa de mí;
Jer 20:8 porque ya tiempo hace que estoy clamando contra la iniquidad, y anunciando a voz en grito la devastación; y la palabra del Señor no me acarrea más que continuos oprobios y escarnios.
Jer 20:9 Y así dije para conmigo: No volveré más a hacer mención de ella, y no hablaré más en nombre del Señor. Pero luego sentí en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado dentro de mis huesos, y desfallecí, no teniendo fuerzas para aguantarlo.
Jer 20:11 Pero el Señor, cual esforzado campeón está conmigo; por eso caerán y quedarán sin fuerzas aquellos que me persiguen; quedarán sumamente avergonzados por no haber logrado su intento, con un oprobio sempiterno, que jamás se borrará.
Jer 20:12 Y tú, oh Señor de los ejércitos, que haces prueba del justo, tú que disciernes los afectos interiores del corazón, haz que yo te vea tomar de ellos una justa venganza; porque a ti te tengo encomendada mi causa.
Jer 20:13 Cantad himnos al Señor, alabad al Señor, porque él es el que ha librado el alma del pobre de las garras de los malvados; del pobre que, como fuera de sí, decía:
Jer 20:13 Cantad himnos al Señor, alabad al Señor, porque él es el que ha librado el alma del pobre de las garras de los malvados; del pobre que, como fuera de sí, decía:
Jer 20:16 Sea tal hombre como están las ciudades que asoló el Señor sin tener de ellas compasión; oiga gritos por la mañana y aullidos al medio-día.
Jer 21:1 He aquí lo que respondió el Señor a Jeremías, cuando el rey Sedecías le envió a decir por Fasur, hijo de Melquías, y por el sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, lo siguiente:
Jer 21:2 Consulta por nosotros al Señor; pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos ataca con su ejército, y sepas si el Señor por ventura está en obrar a favor nuestro alguno de sus muchos prodigios, que obligue a aquél a retirarse de nosotros.
Jer 21:2 Consulta por nosotros al Señor; pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos ataca con su ejército, y sepas si el Señor por ventura está en obrar a favor nuestro alguno de sus muchos prodigios, que obligue a aquél a retirarse de nosotros.
Jer 21:4 Esto dice el Señor, el Dios de Israel: Sabed que yo haré volver en daño vuestro las armas que tenéis en vuestras manos, y con que peleáis contra el rey de Babilonia y los caldeos que os tienen sitiados rodeando vuestros muros, y las amontonaré todas en medio de la ciudad.
Jer 21:7 Y tras esto, dice el Señor, yo entregaré a Sedecías, rey de Judá, y a sus servidores, y a su pueblo, y a los que hayan quedado en la ciudad salvos de la peste, y de la espada, y del hambre, los entregaré, digo, en poder del rey de Babilonia Nabucodonosor, y en poder de sus enemigos, y en poder de los que buscan cómo matarlos, y serán pasados a cuchillo, y no se aplacará, ni perdonará, ni tendrá compasión.
Jer 21:8 También dirás a ese pueblo: Esto dice el Señor: He aquí que yo os pongo delante el camino de la vida y el camino de la muerte.
Jer 21:10 Por cuanto yo tengo fijados los ojos sobre esta ciudad, dice el Señor, no para hacerle bien, sino mal; yo la entregaré en poder del rey de Babilonia, el cual la entregará a las llamas.
Jer 21:11 Dirás también a la casa del rey de Judá: Oíd la palabra del Señor:
Jer 21:12 ¡Oh vosotros de la casa de David!, esto dice el Señor: Administrad pronto la justicia, y a los oprimidos por la prepotencia libradlos del poder del opresor; no sea que prenda en vosotros como fuego mi enojo, y encendido que sea, no haya quien pueda apagarlo, por causa de la malignidad de vuestras inclinaciones o mala conducta vuestra.
Jer 21:13 Heme aquí, oh Jerusalén , contra ti vengo, ¡oh habitadora del valle fortalecido y campestre!, dice el Señor, contra vosotros que decís: ¿Quién será capaz de asaltarnos y de apoderarse de nuestras casas?
Jer 21:14 Yo os castigaré por el fruto que han dado vuestras perversas inclinaciones, dice el Señor, y yo pegaré fuego a sus profanos bosques, el cual devorará todos sus alrededores.
Jer 22:1 Esto dice el Señor: Anda, ve a la casa del rey de Judá, y le hablarás allí en estos términos,
Jer 22:2 y dirás: Escucha, ¡oh rey de Judá!, la palabra del Señor, tú que te sientas sobre el trono de David, tú y los de tu servidumbre, y tu pueblo que entráis por estas puertas.
Jer 22:3 Esto dice el Señor: Juzgad con rectitud y justicia, y librad de las manos del calumniador a los oprimidos por la violencia, y no aflijáis ni oprimáis inicuamente al forastero, ni al huérfano, ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.
Jer 22:5 Pero si vosotros desobedeciereis estas palabras, juro por mí mismo, dice el Señor, que esta casa o palacio quedará reducido a una soledad.
Jer 22:6 Porque he aquí lo que dice el Señor contra la casa del rey de Judá: ¡Oh casa ilustre y rica como Galaad!, tú que eres para mí como la cumbre del Líbano, te juro que te reduciré a una soledad, como las ciudades inhabitables de Pentápolis,
Jer 22:8 Y atravesará mucha gente por esta ciudad, y dirá cada uno a su compañero: ¿Por qué motivo trató así el Señor a esta gran ciudad?
Jer 22:9 Y se le responderá: Porque abandonaron la alianza del Señor Dios suyo, y adoraron y sirvieron a los dioses ajenos.
Jer 22:11 Por lo cual esto dice el Señor acerca de Sellum (o Joacaz), hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el reino a su padre Josías, y salió de este lugar: No ha de volver más acá,
Jer 22:16 Defendía la causa del pobre y del desvalido, y así trabajaba para su propio bien, ¿y la razón de esto no fue porque siempre me reconoció a mí, dice el Señor?
Jer 22:18 Por tanto esto dice el Señor de Joakim, hijo de Josías y rey de Judá: No lo llorarán los de su casa con aquellos lamentos: ¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana mía!, ni los extraños gritarán: ¡Ah Señor!, ¡ah excelso rey!