SALMO de David. El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, mientras que yo pongo a tus enemigos por tarima de tus pies.

2 De Sión hará salir el Señor el cetro de tu poder; domina tú en medio de tus enemigos. 3 Contigo está el principado el día de tu poderío, en medio de los resplandores de la santidad; de mis entrañas te engendré, antes de existir el lucero de la mañana. 4 Juró el Señor, y no se arrepentirá, y dijo: Tú eres sacerdote sempiterno, según el orden de Melquisedec.

5 El Señor está a tu diestra; en el día de su ira destrozó a los reyes. 6 Ejercerá su juicio en medio de las naciones; consumará su ruina, y estrellará contra el suelo las orgullosas cabezas de muchísimos. 7 Beberá del torrente durante el camino, por eso levantará su cabeza.
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