PARA el fin. No destruyas a tu siervo. Salmo de David para inscribirse en una columna: cuando Saúl envió una guardia a su casa, con el fin de quitarle la vida. 2 Sálvame, Dios mío de mis enemigos, líbrame de los que me asaltan. 3 Sácame del poder de los que obran inicuamente y libértame de esos hombres sedientos de sangre. 4 Que ya ves cómo se han hecho dueños de mi vida; arremeten contra mí hombres de gran fuerza. 5 No padezco esto, Señor, por culpa mía, ni por pecado mío; sin iniquidad seguí mi carrera, y enderecé mis pasos. 6 Levántate y ven en mi socorro, y considera mi inocencia. Apresúrate, oh Señor, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, a vigilar a todas las gentes; no uses de piedad con ninguno de los que cometen la iniquidad. 7 Ellos volverán hacia la tarde; padecerán hambre como perros, y andarán rondando la ciudad. 8 Hablarán a escondidas, teniendo dentro de sus labios como un cuchillo afilado, y dirán: ¿Quién hay que nos oiga? 9 Mas tú, ¡oh Señor!, te reirás de ellos; consideras nada todas las gentes. 10 En ti he depositado mi fortaleza; pues tú eres, oh Dios, el defensor mío. 11 La misericordia de mi Dios se anticipará en mi socorro.

12 Me ha mostrado Dios sus designios sobre mis enemigos. ¡Ah! no los mates; no sea que mis pueblos echen la cosa en olvido. Dispérsalos con tu poder, y abátelos, ¡oh Señor!, protector mío. 13 Por causa del crimen de su boca, por las palabras que profirieron sus labios, y sean ellos mismos presa de su propia soberbia. Y por su blasfemia y horrenda mentira serán inflamados. 14 En el día de la desolación serán enviados a la perdición, por la ira de Dios, que los consumirá, y quedarán exterminados. Entonces sabrán que Dios reinará sobre Jacob hasta en los últimos términos de la tierra. 15 Retornarán a sus casas oír por la tarde, y estarán hambrientos como perros, y andarán dando vueltas en torno de la ciudad. 16 Se esparcirán para buscar de comer; y si no pudieren hartarse, entonces murmurarán. 17 Entretanto cantaré yo tu poder, y al amanecer celebraré con júbilo tu misericordia; porque has sido mi defensa y amparo en el día de mi tribulación. 18 ¡Oh protector mío!, a ti cantaré salmos; pues tú oh Dios, eres mi asilo; ¡Dios mío, misericordia mía!
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas