EL Señor reinó, se revistió de gloria, se armó de fortaleza, y se ciñó todo de ella. Asentó también firme la tierra, y no será conmovida. 2 Desde entonces quedó, ¡oh Señor!, preparado tu solio; y tú eres desde la eternidad. 3 Alzaron los ríos, ¡oh Señor!, levantaron los ríos su voz; alzaron el sonido de sus olas, 4 con el estruendo de las muchas aguas. Maravillosas son las encrespaduras del mar; mas admirable es el Señor en las alturas. 5 Tus testimonios se han hecho en extremo creíbles. La santidad debe ser, Señor, el ornamento de tu casa por todos los siglos.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas