ALMO de David. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El me ha colocado en lugar de verdes pastos; me ha conducido a unas aguas que restauran y recrean.
Convirtió a mi alma. Me ha conducido por los senderos de la justicia, para gloria de su Nombre.
De esta suerte, aunque caminase yo por la sombra de la muerte, no temeré ningún desastre; porque tú estás conmigo. Tu vara y tu báculo han sido mi consuelo.
Aparejaste delante de mí una mesa abundante, a la vista de mis perseguidores. Bañaste de óleo o perfumaste mi cabeza. ¡Y cuán excelente es el cáliz mío que santamente embriaga!
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Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas