OÍD estas cosas los de la casa de Jacob , vosotros que os apellidáis con el nombre de Israel y venís de la estirpe de Judá; vosotros que juráis en el nombre del Señor, y hacéis mención del Dios de Israel, mas no con verdad ni con justicia; 2 y que os llamáis ciudadanos de la ciudad santa y estáis apoyados en el Dios de Israel, el cual tiene por nombre Señor de los ejércitos. 3 Yo anuncié mucho antes las cosas pasadas, y las predije e hice oír de mi propia boca; de repente las puse en ejecución, y se efectuaron. 4 Porque sabía yo que tú eres un pueblo duro y tu frente de bronce. 5 Te las predije muy de antemano; antes que sucedieran te las hice saber, a fin de que nunca dijeses: Mis ídolos han hecho estas cosas, y lo han ordenado así mis estatuas de escultura y de fundición. 6 Mira ejecutado todo lo que oíste: ¿Y acaso no lo habéis vosotros mismos pregonado? Hasta ahora te he revelado cosas nuevas, y tengo reservadas otras que tú no sabes. 7 Ahora es cuando estas predicciones te son hechas, y no antes, pues hasta aquí tú no oíste hablar de ellas, a fin de que no puedas decir: Yo ya me las sabía. 8 Ni las habías oído ni las sabías; ni entonces tenías abiertas tus orejas; que bien sé que tú has de proseguir siempre prevaricando; y prevaricador te llamé desde el seno de tu madre. 9 Con todo, por amor de mi nombre contendré mi furor; y con la gloria mía te tiraré del freno para que no te despeñes. 10 Mira, yo te he acrisolado con el fuego de las tribulaciones; mas no como la plata, sino que he hecho prueba de ti en la fragua de la pobreza. 11 Por mi respeto, por respeto mío haré esto, a fin de que no sea yo blasfemado de vuestros enemigos, porque no daré yo jamás a otro mi gloria.

12 Escúchame, ¡oh Jacob , y tú, oh Israel!, a quien yo doy nombre: Yo mismo, yo el primero y yo el último.

13 Mi mano fue la que fundó la tierra, y mi diestra la que midió los cielos; a una voz que yo les dé, al momento se presentarán todos. 14 Reuníos todos vosotros, pueblos, y escuchadme, ¿cuál de esos ídolos anunció tales cosas? El Señor amó a este hombre; y éste ejecutará la voluntad del Señor en Babilonia, y será su brazo contra los caldeos. 15 Yo, yo soy el que le ha hablado, y yo el que lo he llamado: yo lo he guiado, y le he allanado el camino.

16 Acercaos a mí y escuchad esto. Yo desde el principio jamás he hablado a escondidas; ya tiempo antes que esto sucediese, estaba yo allí, y ahora me ha enviado el Señor, y su espíritu. 17 Esto dice el Señor tu redentor, el Santo de Israel: Yo el Señor Dios tuyo que te enseño lo que te importa, y te dirijo por el camino que sigues. 18 ¡Ojalá hubieras atendido a mis mandamientos; hubieras sido tú paz o felicidad como un río, y tu justicia o santidad tan copiosa como los abismos del mar, 19 y como sus arenas la descendencia tuya, y como sus granitos o piedrecitas los hijos de tus entrañas; no hubiera perecido, ni quedado borrado su nombre delante de mis ojos. 20 Salid, pues, ahora de Babilonia, huid de los caldeos, anunciad con voces de júbilo, haced saber esta alegre nueva, y llevadla hasta las últimas extremidades del mundo, decid en todas partes: Redimió el Señor a los hijos de su siervo Jacob .

21 Cuando los guió por el desierto, no padecieron sed; de una roca les hizo salir agua; rompió la peña y brotaron aguas en abundancia.

22 Pero para los impíos no hay paz, dice el Señor.

Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas