EN aquellos días, Ezequías enfermó de muerte; y entró a visitarlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: Esto dice el Señor: Dispón de las cosas de tu casa; porque vas a morir, y estás al fin de tu vida.

2 Y volvió Ezequías su rostro a la pared y oró al Señor, 3 diciendo: Acuérdate, te ruego, y suplico, ¡oh Señor!, de cómo he caminado en tu presencia con sinceridad y con un corazón perfecto y que he hecho lo que era agradable a tus ojos. Y prorrumpió Ezequías en un deshecho llanto.

4 Y luego habló el Señor a Isaías diciendo: 5 Anda y di a Ezequías : Esto dice el Señor Dios de tu padre David: He oído tu oración y visto tus lágrimas. He aquí que te daré quince años más de vida; 6 y te libraré del poder del rey de los asirios a ti y a esa ciudad, y la protegeré. 7 Y de que el Señor cumplirá lo que ha dicho, se te dará por el mismo Señor esta señal: 8 He aquí que voy a hacer que la sombra del sol retroceda las diez líneas que ha bajado en el reloj de Acaz. Y retrocedió el sol por las diez líneas que había bajado.

9 Cántico que dejó escrito Ezequías , rey de Judá, cuando enfermó, y sanó de su enfermedad. 10 Dije yo: A la mitad de mis días entraré por la puerta del sepulcro; privado me veo del resto de mis años. 11 Ya no veré yo al Señor Dios, dije, en la tierra de los que viven. No veré más a hombre alguno, ni a los que morarán en dulce paz. 12 Se me quita el vivir, y se va a plegar o doblar mi vida, como se hace con la tienda de un pastor. Cortada ha sido mi vida, como tela por el tejedor; mientras la estaba aún urdiendo, entonces él me la ha cortado; de la mañana a la noche acabarás conmigo, ¡oh Dios mío! 13 Esperaba vivir hasta el amanecer; el Señor, como un león fuerte, había quebrantado todos mis huesos; pero por la mañana decía: Antes de anochecer acabarás, oh Señor, mi vi-da. 14 Gritaba yo como un pollito de golondrina, gemía como paloma: Se debilitaron mis ojos de mirar siempre a lo alto del cielo. Mi situación, Señor, es muy violenta: Toma a tu cargo mi defensa. 15 ¿Mas qué es lo que digo? ¿Cómo me tomará él bajo su patrocinio, cuando él mismo es el que ha hecho esto? Repasaré, ¡oh Dios mío!, delante de ti con amargura de mi alma todos los años de mi vida. 16 ¡Oh Señor!, si esto es vivir, y en tales apuros se halla la vida de mi alma, castígame te ruego; y castigado, vivifícame. 17 Ved cómo se ha cambiado en paz mi amarguísima aflicción; y tú, ¡oh Señor! has librado de la perdición a mi alma; has arrojado tras de tus espaldas todos mis pecados.

18 Porque no han de cantar tus glorias los que están en el sepulcro, ni han de entonar las alabanzas los que están en poder de la muerte; ni aquellos que bajan a la fosa esperarán ver el cumplimiento de tus verídicas promesas. 19 Los vivos, Señor, los vivos son los que te han de tributar alabanzas, como hago yo este día; el padre anunciará a sus hijos su fidelidad en las promesas.

20 ¡Oh Señor!, sálvame, y cantaremos nuestros salmos en el templo del Señor todos los días de nuestra vida.

21 Es de saber que Isaías había mandado que tomasen una porción de higos, y que haciendo de ellos una masa, compusiesen una cataplasma y la pusiesen sobre la llaga de Ezequías , y se curaría. 22 Y entonces fue cuando dijo Ezequías : ¿Qué señal tendré yo, de que aún he de subir al templo del Señor?
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas