A respuesta suave y humilde quebranta la ira; las palabras duras exitan el furor.
La lengua de los sabios da lustre a la sabiduría; hierve en necedades la boca de los fatuos.
En todo lugar están los ojos del Señor contemplando a los buenos y a los malos.
La lengua pacífica es árbol de la vida; pero la desenfrenada quebrantará el corazón.
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El necio se mofa de la amonestación de su padre; mas el que hace caso de la corrección, se hará más avisado. Donde abunda la justicia, se halla suma fortaleza; pero los designios de los impíos serán arrancados de cuajo.
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La casa del justo está bien arraigada; pero en las ganancias del impío no hay más que inquietudes.
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Los labios de los sabios difundirán la sabiduría; no así el corazón de los necios.
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Detesta el Señor las víctimas de los impíos; lo aplacan los votos de los justos.
Abominable es al Señor el proceder del impío; es amado de él aquel que sigue la justicia.
El que abandona el camino de la vida le es ingrata la enseñanza; quien aborrece la corrección, perecerá.
El profundo infierno, y lugar de perdición están patentes al Señor: ¿Cuánto más los corazones de los hombres?
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El hombre corrompido no ama al que le corrige, ni va en busca de los sabios.
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El corazón contento hace rebosar la alegría en el semblante; con la tristeza del ánimo se abate el espíritu.
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El corazón del sabio procura ser instruido; la boca de los necios se alimenta de sandeces.
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Todos los días del pobre son trabajosos; mas la buena conciencia es como un banquete continuo.
Más vale poquito con temor de Dios, que grandes riquezas, las cuales nunca sacian.
Vale más ser convidados a comer unas verduras en la casa del que nos ama, que a comer un ternero cebado en la del que nos odia.
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A los perezosos les parece el camino un vallado de espinas; los justos no hayan en él embarazo alguno.
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Es la alegría de su padre el hijo sabio; el necio vilipendia o afrenta a su propia madre.
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El insensato halla placer en sus sandeces; mas el hombre prudente mide sus pasos.
Donde falta el consejo, se disipan los proyectos; pero donde hay muchos consejeros adquieren firmeza.
Se aficiona el hombre al dictamen que ya ha manifestado; mas aquella es óptima palabra, que es la más oportuna.
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El varón instruido se dirige hacia lo alto por la senda de la vida, a fin de desviarse del abismo del infierno.
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Derribará el Señor la casa de los soberbios, y mantendrá segura la heredad de la viuda.
Abominables son al Señor los malos pensamientos; las palabras castas y decentísimas son las que él aprueba.
El que se deja llevar de la avaricia, mete el desorden en su casa; el que aborrece los sobornos, vivirá feliz. Mediante las obras de misericordia y la viva fe se purgan los pecados; y por medio del Señor evitará todo hombre el mal.
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El justo pone todo su estudio en la obediencia; mas la boca de los impíos rebosa sólo maldades.
Lejos está el Señor de oír a los impíos; pero serán oídas las oraciones de los justos.
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Así como la luz de los ojos es la alegría del alma, así la buena reputación llena de jugo los huesos.
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Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas