RIMERO fue menos afligida la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, y después fue gravemente herida la costa del mar, la Galilea de las naciones, más allá del Jordán.
El pueblo que andaba entre tinieblas vio una gran luz; amaneció el día a los que moraban en la sombría región de la muerte.
Multiplicaste la nación; mas no aumentaste la alegría. Sin embargo, se alegrarán algún día delante de ti, como los que se alegran en la siega, o como se huelgan los vencedores con el botín que cogieron, al repartirse los despojos.
Porque su pesado yugo y la vara que hería sus espaldas, y el bastón de su tirano, tú los hiciste pedazos, como en la jornada de Madián.
Porque todo despojo hecho con violencia y tumulto, y los vestidos manchados de sangre serán quemados y hechos pábulo del fuego.
Ahora que ha nacido un parvulito para nosotros, y se nos ha dado un hijo, el cual lleva sobre sus hombros el principado, o la divisa de rey, y tendrá por nombre el Admirable, el Consejero, Dios, el Fuerte, el Padre del siglo venidero, el Príncipe de paz.
Su imperio será amplificado, y la paz no tendrá fin; se sentará sobre el solio de David; y poseerá su reino para afianzarlo y consolidarlo haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos es el que hará estas cosas.
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Lanzó el Señor una palabra contra Jacob , y cayó sobre Israel.
Y lo verá todo el pueblo de Efraín, y los habitantes de Samaria, quienes con soberbia e hinchazón de corazón andan diciendo:
Los edificios de ladrillos han sido arruinados por los enemigos mas nosotros edificaremos con piedras de sillería; cortaron las higueras silvestres, pero en su lugar sustituiremos cedros.
Entretanto el Señor hará que los enemigos (los asirios) prevalezcan contra Rasín, y reunirá después en tropel a los mismos enemigos contra Efraín.
A los sirios por el lado del oriente, y a los filisteos por el occidente; y llenos de rabia devorarán a Israel. A pesar de todo esto no se retira su furor, sino que aún está levantado su brazo,
porque el pueblo no se ha convertido hacia aquel que lo hiere, y no ha buscado al Señor de los ejércitos;
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y el Señor destruirá en un solo día la cabeza y la cola a los que obedecen sumisos, como a los que gobiernan.
El anciano y el hombre respetable, ése es la cabeza; el profeta que vende embustes, ése es la cola.
Y tanto los que llaman bienaventurado a este pueblo, seduciéndolo, como los mismos que son llamados bienaventurados, perecerán desgraciadamente.
Por esto no se enternecerá el Señor en favor de los jovencitos de ese pueblo, ni tendrá compasión de sus huérfanos, ni de sus viudas; porque todo él es hipócrita y malvado, y todas sus bocas no hablan más que desatinos. Por todas estas cosas su furor no se aplaca, sino que aún está levantada su mano.
Pues la impiedad se encendió cual fuego que devora las zarzas y las espigas, y toma vigor en lo más espeso del bosque, y se eleva en torbellinos de humo densísimo.
La tierra está en la mayor consternación por la ira del Señor de los ejércitos, y el pueblo será como cebo del fuego; el hombre no perdonará a su propio hermano.
Y volverá a la derecha para devorarlo todo, y aún tendrá hambre, y comerá cuanto halle a la izquierda, y tampoco podrá saciarse; cada uno devorará la carne de su mismo brazo. Manasés devastará a Efraín, y Efraín a Manasés; luego ambos se unirán contra Judá.
A pesar de todas estas cosas no está aplacada la ira del Señor, sino que aún está levantado su brazo.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas