III Rey 20:20
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y cada uno de ellos mató al que se le puso delante; con lo que huyeron los siros, y fue Israel persiguiéndolos. Huyó también Benadad, rey de Siria, a uña de caballo, con los de su caballería.
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III Rey 20:21
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Y saliendo asimismo el rey de Israel, derrotó caballos y carros, haciendo un gran estrago en los siros.
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III Rey 20:22
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Entonces acercándose un profeta al rey de Israel, le dijo: Anda y esfuérzate, y reflexiona y mira lo que has de hacer; porque el año que viene volverá contra ti el rey de Siria.
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III Rey 20:22
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Entonces acercándose un profeta al rey de Israel, le dijo: Anda y esfuérzate, y reflexiona y mira lo que has de hacer; porque el año que viene volverá contra ti el rey de Siria.
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III Rey 20:23
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En efecto, los criados o cortesanos del rey de Siria le dijeron: Los dioses de los montes son sus dioses; por eso nos han vencido; así es mejor que peleemos contra ellos en los llanos, y los venceremos.
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III Rey 20:28
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Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
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III Rey 20:31
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Y le dijeron sus criados: Nosotros hemos oído decir que los reyes de la casa de Israel son clementes y piadosos; vistámonos, pues, de sacos con sogas al cuello, y presentémonos así al rey de Israel; que tal vez nos salvará las vidas.
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III Rey 20:32
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Se vistieron, pues, los sacos, ciñéndoselos en la cintura, y se pusieron las sogas al cuello, y se presentaron al rey de Israel diciéndole: Benadad, tu siervo, dice: Sálvame, te ruego, la vida. A lo que respondió el rey: Si vive todavía, él es mi hermano.
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III Rey 20:32
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Se vistieron, pues, los sacos, ciñéndoselos en la cintura, y se pusieron las sogas al cuello, y se presentaron al rey de Israel diciéndole: Benadad, tu siervo, dice: Sálvame, te ruego, la vida. A lo que respondió el rey: Si vive todavía, él es mi hermano.
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III Rey 20:38
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Se fue así el profeta, y salió al encuentro del rey en el camino, habiendo desfigurado su fisonomía, llenándose de polvo la cara y los ojos.
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III Rey 20:39
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Y así que hubo pasado el rey dio voces tras él, diciendo: Había avanzado tu siervo para batir más de cerca al enemigo; y como hubiese huido un hombre de los prisioneros, otro me lo trajo, y me dijo: Guarda a ese hombre; que si lo dejas escapar, tu vida responderá por la suya, o me pagarás un talento de plata.
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III Rey 20:40
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Mas como yo agitado o turbado me volviese a un lado y a otro, el hombre desapareció de repente. Le respondió el rey de Israel: Tú mismo te has pronunciado la sentencia.
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III Rey 20:41
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Entonces él se limpió de repente el polvo de la cara, y conoció el rey de Israel ser uno de los profetas.
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III Rey 20:42
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El cual dijo al rey: Esto dice el Señor: Por cuanto has dejado escapar de tus manos un hombre digno de muerte, tu vida pagará por la suya, y tu pueblo por el pueblo suyo.
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III Rey 20:43
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Mas el rey de Israel se volvió a su casa, no haciendo caso de lo que le decía el profeta, y entró lleno de furor en Samaria.
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III Rey 21:1
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Después de estas cosas sucedió en aquel tiempo que Nabot, jezraelita, tenía en Jezrael una viña cerca del palacio de Acab, rey de Samaria.
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III Rey 21:10
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y sobornad a dos hombres, hijos de Belial, que digan contra él este falso testimonio: Ha blasfemado contra Dios y contra el rey. Después sacadle fuera, y apedreadle hasta que muera.
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III Rey 21:13
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Y habiendo introducido a dos hombres, hijos del diablo, los hicieron sentar enfrente de Nabot, los cuales, al fin como hombres diabólicos, atestiguaron contra él en presencia del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey. En vista de este testimonio lo sacaron fuera de la ciudad, y lo mataron a pedradas.
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III Rey 21:18
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Marcha y sal al encuentro de Acab, rey de Israel, que está en Samaria; sábete que va a la viña de Nabot para tomar posesión de ella.
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III Rey 22:2
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pero al tercer año fue Josafat, rey de Judá, a visitar al rey de Israel.
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III Rey 22:2
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pero al tercer año fue Josafat, rey de Judá, a visitar al rey de Israel.
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III Rey 22:3
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(Había dicho el rey de Israel a sus criados o cortesanos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es plaza nuestra, y con todo no cuidamos de recobrarla del poder del rey de Siria?)
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III Rey 22:3
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(Había dicho el rey de Israel a sus criados o cortesanos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es plaza nuestra, y con todo no cuidamos de recobrarla del poder del rey de Siria?)
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III Rey 22:5
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Respondió Josafat al rey de Israel: Somos los dos una misma cosa, y una misma cosa son tu pueblo y el mío, y tuya es mi caballería. Y añadió Josafat al rey de Israel: Consulta, te ruego, al Señor este día, para que sepamos su voluntad.
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III Rey 22:5
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Respondió Josafat al rey de Israel: Somos los dos una misma cosa, y una misma cosa son tu pueblo y el mío, y tuya es mi caballería. Y añadió Josafat al rey de Israel: Consulta, te ruego, al Señor este día, para que sepamos su voluntad.
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III Rey 22:6
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Juntó, pues, el rey de Israel a sus profetas en número de cerca de cuatrocientos, y les dijo: ¿Debo emprender la guerra contra Ramot de Galaad, o estarme quieto? Empréndela, respondieron ellos; que el Señor entregará la plaza en poder del rey.
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III Rey 22:6
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Juntó, pues, el rey de Israel a sus profetas en número de cerca de cuatrocientos, y les dijo: ¿Debo emprender la guerra contra Ramot de Galaad, o estarme quieto? Empréndela, respondieron ellos; que el Señor entregará la plaza en poder del rey.
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III Rey 22:8
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Le respondió el rey de Israel: Uno ha quedado, por cuyo medio podemos consultar al Señor; mas yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino mala: ése es Miqueas, hijo de Jemla. Replicó Josafat: Oh rey, no hables de esa manera.
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III Rey 22:8
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Le respondió el rey de Israel: Uno ha quedado, por cuyo medio podemos consultar al Señor; mas yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino mala: ése es Miqueas, hijo de Jemla. Replicó Josafat: Oh rey, no hables de esa manera.
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III Rey 22:9
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Llamó, pues, el rey de Israel a un eunuco o camarero y le dijo: Anda, ve, y trae luego a Miqueas, hijo de Jemla.
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III Rey 22:10
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Estaban el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, sentados cada uno en su trono, vestidos de traje real en la era o plaza contigua a la puerta de Samaria; y todos los profetas falsos profetizando delante de los dos.
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III Rey 22:10
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Estaban el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, sentados cada uno en su trono, vestidos de traje real en la era o plaza contigua a la puerta de Samaria; y todos los profetas falsos profetizando delante de los dos.
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III Rey 22:12
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A este tenor los demás profetas profetizaban, diciendo: Sal a campaña contra Ramot de Galaad, ve en hora buena; que el Señor la entregará en manos del rey.
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III Rey 22:13
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Al mismo tiempo el mensajero que había ido a llamar a Miqueas, lo previno, diciendo: Mira que todos los profetas están acordes en anunciar prósperos sucesos al rey; sea, pues, tu lenguaje semejante al suyo, y anuncia buenas nuevas.
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III Rey 22:15
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Llegó, pues, delante del rey, el cual le preguntó: Miqueas, ¿debemos ir a hacer la guerra contra Ramot de Galaad, o estarnos quietos? Le respondió Miqueas: Anda, y ve en hora buena; que el Señor la entregará en manos del rey.
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III Rey 22:15
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Llegó, pues, delante del rey, el cual le preguntó: Miqueas, ¿debemos ir a hacer la guerra contra Ramot de Galaad, o estarnos quietos? Le respondió Miqueas: Anda, y ve en hora buena; que el Señor la entregará en manos del rey.
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III Rey 22:16
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Le replicó el rey: Te conjuro una y mil veces en el nombre del Señor, que no me digas sino la verdad.
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III Rey 22:18
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Al oír esto el rey de Israel dijo a Josafat: ¿Por ventura no te lo dije, que éste jamás me profetiza cosa buena, sino siempre mala?
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III Rey 22:20
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Y dijo el Señor: ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel, para que vaya y perezca en Ramot de Galaad? Sobre lo cual uno dijo una cosa, y otro otra.
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III Rey 22:26
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Pero el rey de Israel dijo: Prended a Miqueas, y esté bajo la custodia de Amón, gobernador de la ciudad, y de Joás, hijo de Amelec;
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III Rey 22:27
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a quienes diréis: Esto manda el rey: Meted a ese hombre en la cárcel, y alimentadle con pan de dolor y agua de aflicción, hasta que yo vuelva victorioso.
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III Rey 22:29
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Salió, pues, el rey de Israel a campaña con Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad.
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III Rey 22:29
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Salió, pues, el rey de Israel a campaña con Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad.
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III Rey 22:30
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Y dijo el rey de Israel a Josafat: Toma tus armas y entra en batalla, vestido de tus ropas. Mas el rey de Israel mudó de traje, y entró disfrazado en la pelea.
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III Rey 22:30
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Y dijo el rey de Israel a Josafat: Toma tus armas y entra en batalla, vestido de tus ropas. Mas el rey de Israel mudó de traje, y entró disfrazado en la pelea.
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III Rey 22:31
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Había mandado el rey de Siria a los treinta y dos comandantes de sus carros de guerra, diciendo: No pelearéis contra ninguno pequeño ni grande, sino contra solo el rey de Israel.
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III Rey 22:31
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Había mandado el rey de Siria a los treinta y dos comandantes de sus carros de guerra, diciendo: No pelearéis contra ninguno pequeño ni grande, sino contra solo el rey de Israel.
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III Rey 22:32
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Como fuesen, pues, los capitanes de los carros a Josafat, se figuraron que era el rey de Israel, y arrojándose encima, peleaban contra él. Josafat entonces dio voces al Señor;
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III Rey 22:33
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por donde conocieron los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, y lo dejaron.
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III Rey 22:34
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Mas un soldado flechó su arco, y disparando al aire, casualmente hirió al rey de Israel entre el pulmón y el estómago. Por lo que dijo el rey a su cochero: Da la vuelta y sácame del combate, porque estoy gravemente herido.
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