Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

Lam 3:31 Pero no para siempre lo desechará de sí el Señor.
Lam 3:36 ni daña con injusta sentencia a hombre alguno, eso no sabe el Señor hacerlo.
Lam 3:37 ¿Quién es aquel que ha dicho que se hace alguna cosa sin que el Señor lo ordene?
Lam 3:38 ¿No vienen acaso de orden del Señor los males y los bienes?
Lam 3:40 Examinemos y escudriñemos nuestros pasos, y convirtámonos al Señor.
Lam 3:41 Levantemos al cielo, hacia el Señor, junto con las manos, nuestros corazones.
Lam 3:42 Nosotros nos portamos inicuamente, y provocamos, ¡oh Señor!, tu enojo; por eso te muestras inexorable.
Lam 3:50 hasta tanto el Señor vuelva desde el cielo su vista, y se ponga a mirar.
Lam 3:55 Invoqué, oh Señor, tu santo Nombre desde lo más profundo de la fosa;
Lam 3:58 Tú fallaste a favor del alma mía, ¡oh Señor!, ¡oh redentor de mi vida!
Lam 3:59 Viste, oh Señor, las iniquidades de ellos contra m,: hazme justicia.
Lam 3:61 Tú oíste, oh Señor, sus oprobios, y todos sus proyectos contra mí,
Lam 3:63 Repara, Señor, todas sus idas y vueltas; yo soy siempre el objeto de sus canciones burlescas.
Lam 3:64 Tú les darás, ¡oh Señor!, lo que merecen las obras de sus manos.
Lam 3:66 ¡Oh Señor!, tú los perseguirás con saña, y los exterminarás de debajo de los cielos.
Lam 4:11 El Señor ha deshogado su furor, ha derramado la ira de su indignación, ha encendido en Sión un fuego que ha consumido hasta sus cimientos.
Lam 4:15 Apartaos, inmundos, decían gritando a los otros; retiraos, marchad fuera, no nos toquéis, porque de resultas de eso tuvieron pendencias entre sí; y los que fueron dispersos entre las naciones, dijeron: No volverá el Señor ya a habitar entre ellos.
Lam 4:16 El rostro airado del Señor los ha dispersado; ya no volverá él a mirarlos; no han respetado la persona de los sacerdotes, ni se han compadecido de los ancianos.
Lam 4:20 El Ungido del Señor, resuello de nuestra boca, ha sido preso por causa de nuestros pecados; aquel a quien habíamos dicho: A tu sombra viviremos entre las naciones.
Lam 4:22 ¡Oh hija de Sión!, tiene su términos el castigo de tu maldad, el Señor nunca más te hará pasar a otro país. Mas él castigará, ¡oh hija de Edom!, tu iniquidad, él descubrirá tus maldades.
Lam 5:1 Acuérdate, ¡oh Señor!, de lo que nos ha sucedido; mira y considera nuestra ignominia.
Lam 5:19 Pero tú, ¡oh Señor!, permanecerás eternamente; tu solio subsistirá en todas las generaciones venideras.
Lam 5:21 Conviértenos, ¡oh Señor!, a ti, y nos convertiremos; renueva tú nuestros días felices, como desde el principio.
Lam 5:22 Mas tú, Señor, nos has desechado como para siempre: te has irritado terriblemente contra nosotros.
Bar 1:5 los cuales lloraban oyendo a Baruc, y ayunaban, y oraban en la presencia del Señor.
Bar 1:8 después que Baruc hubo recibido los vasos del templo del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos otra vez a tierra de Judá, a diez del mes de Siván; vasos de plata que había hecho Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá,
Bar 1:10 Y les dijeron en una carta lo que sigue: He aquí que os enviamos dinero, con el cual compraréis víctimas para los holocaustos, e incienso, y haced ofrendas, e inmolad víctimas por el pecado en el altar del Señor Dios nuestro.
Bar 1:12 y para que el Señor nos conceda a nosotros fortaleza, y nos haga ver la luz de la prosperidad, para vivir felizmente bajo el amparo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y bajo el amparo de su hijo Baltasar, y les sirvamos a ellos por largo tiempo, y seamos gratos a sus ojos.
Bar 1:13 Rogad también por nosotros mismos al Señor Dios nuestro, porque hemos pecado contra el Señor Dios nuestro, y no se ha apartado su ira de nosotros hasta el día presente.
Bar 1:13 Rogad también por nosotros mismos al Señor Dios nuestro, porque hemos pecado contra el Señor Dios nuestro, y no se ha apartado su ira de nosotros hasta el día presente.
Bar 1:14 Y leed este libro o escrito, el cual os hemos enviado para que se haga la lectura de él en donde estaba el templo del Señor, en día solemne y tiempo oportuno.
Bar 1:15 Diréis, pues: Del Señor Dios nuestro es la justicia o santidad; mas de nosotros la confusión de nuestros rostros, como está sucediendo en este día a todo Judá y a los moradores todos de Jerusalén ,
Bar 1:17 Pecado hemos contra el Señor Dios nuestro, y no le creímos, faltos de confianza en él;
Bar 1:18 y no le estuvimos sumisos, ni quisimos escuchar la voz del Señor Dios nuestro para proceder conforme a los mandamientos que él nos había dado.
Bar 1:19 Desde aquel día en que sacó de la tierra de Egipto a nuestros padres hasta el presente, hemos sido rebeldes al Señor Dios nuestro; y disipados o entregados a nuestros vicios, nos apartamos de él por no oír su voz.
Bar 1:20 Por lo cual se nos han apegado muchos desastres y las maldiciones comunicadas por el Señor a su siervo Moisés; por el Señor que sacó de la tierra de Egipto a nuestros padres para darnos una tierra que mana leche y miel; maldiciones que estamos experimentando en el día de hoy.
Bar 1:20 Por lo cual se nos han apegado muchos desastres y las maldiciones comunicadas por el Señor a su siervo Moisés; por el Señor que sacó de la tierra de Egipto a nuestros padres para darnos una tierra que mana leche y miel; maldiciones que estamos experimentando en el día de hoy.
Bar 1:21 Nosotros no quisimos escuchar la voz del Señor Dios nuestro, según lo que decían los profetas que él nos había enviado;
Bar 1:22 y cada uno de nosotros nos fuimos tras las inclinaciones de nuestro perverso corazón, a servir como esclavos a dioses ajenos, obrando la maldad delante de los ojos del Señor Dios nuestro.
Bar 2:1 Por este motivo el Señor Dios nuestro cumplió su palabra, que nos había ya ordenado a nosotros, y a nuestros jueces gobernadores de Israel, y a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, y a todo Israel y Judá,
Bar 2:2 de que traería el Señor sobre nosotros grandes males, tales como jamás se habían visto debajo del cielo, como los que han sucedido en Jerusalén , conforme a lo que se halla escrito en la ley de Moisés;
Bar 2:4 Y nos entregó el Señor en poder de todos los reyes vecinos nuestros, para escarnio y ejemplar de desolación en todas las naciones, por entre las cuales nos dispersó el Señor.
Bar 2:4 Y nos entregó el Señor en poder de todos los reyes vecinos nuestros, para escarnio y ejemplar de desolación en todas las naciones, por entre las cuales nos dispersó el Señor.
Bar 2:5 Esclavos hemos venido a ser, y no amos, por haber pecado contra el Señor Dios nuestro, no obedeciendo a su voz.
Bar 2:6 Del Señor Dios nuestro es la justicia; de nosotros y de nuestros padres la confusión de nuestros rostros, como se está viendo hoy día.
Bar 2:7 Porque el Señor, todos estos castigos que padecemos, nos los había ya amenazado.
Bar 2:8 Mas nosotros ni por eso acudimos al Señor Dios nuestro para rogarle y para convertirnos cada cual de su depravada vida.
Bar 2:9 Con esto echó luego el Señor mano del castigo, y lo descargó sobre nosotros; porque justo es el Señor en todas sus obras y en cuanto nos ha mandado.
Bar 2:9 Con esto echó luego el Señor mano del castigo, y lo descargó sobre nosotros; porque justo es el Señor en todas sus obras y en cuanto nos ha mandado.
Bar 2:10 Y con todo, nosotros no quisimos obedecer a su voz para que caminásemos según los preceptos que el Señor nos había puesto delante de los ojos.