Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Señor

Jer 24:5 Esto dice el Señor Dios de Israel: Así como esos higos son buenos, así haré yo bien a los desterrados de Judá, que yo he echado de este lugar a la región de los caldeos;
Jer 24:7 Y les daré un corazón dócil, para que reconozcan que soy el Señor su Dios, y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios; pues se convertirán a mí de todo corazón.
Jer 24:8 Y así como los otros higos son tan malos que no se pueden comer de puro malos, así yo, dice el Señor, trataré a Sedecías, rey de Judá, y a sus grandes, y a todos los demás que quedaren en esta ciudad de Jerusalén , y a los que habitan en tierra de Egipto.
Jer 25:3 Desde el año decimotercero de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy, en que han pasado veintitrés años, el Señor me ha hecho oír su palabra, y yo os la he estado anunciando, levantándome antes de amanecer para predicaros, y vosotros no me habéis escuchado.
Jer 25:4 Asimismo el Señor os ha enviado muy a tiempo todos sus siervos los profetas; sin que vosotros, mientras los iba enviando, los escuchaseis, ni aplicaseis vuestros oídos para atender
Jer 25:5 cuando él os decía: Convertíos cada uno de vosotros de vuestra malvada conducta y de vuestras pésimas inclinaciones, y con eso moraréis por todos los siglos en la tierra que el Señor os dio a vosotros y a vuestros padres;
Jer 25:7 Pero vosotros, dice el Señor, no me habéis escuchado; antes me habéis irritado con vuestras fechorías para vuestro propio daño.
Jer 25:8 Por lo cual, esto dice el Señor de los ejércitos: Por cuanto no habéis atendido a mis palabras,
Jer 25:9 sabed que yo reuniré, y enviaré, dice el Señor, todas las familias o pueblos del Norte con Nabucodonosor, rey de Babilonia, ministro o instrumento mío, y los conduciré contra esta tierra y contra sus habitantes, y contra todas las naciones circunvecinas, y daré cabo de ellos, y los reduciré a ser el pasmo y el escarnio de todos, y a una soledad perdurable todas sus ciudades.
Jer 25:12 Y cumplidos que sean los setenta años, yo tomaré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación, dice el Señor, castigando sus iniquidades, y a todo el país de los caldeos, reduciéndolo a un eterno páramo.
Jer 25:15 Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Toma de mi mano esa copa de vino de mi furor, y darás a beber de él a todas las gentes a quienes yo te envío;
Jer 25:17 Tomé, pues, la copa de la mano del Señor, y di a beber de ella a todas las naciones a que el Señor me envió:
Jer 25:17 Tomé, pues, la copa de la mano del Señor, y di a beber de ella a todas las naciones a que el Señor me envió:
Jer 25:27 Y tú, ¡oh Jeremías!, les dirás: Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Bebed y embriagaos hasta vomitar, y echaos por el suelo, y no os levantéis a la vista de la espada que yo voy a enviar contra vosotros.
Jer 25:28 Y cuando no quisieren recibir de tu mano la copa de mi ira para beber de ella, les dirás: Ved lo que dice el Señor de los ejércitos: La beberéis sin recurso.
Jer 25:29 ¿Es bueno que yo he de comenzar el castigo por Jerusalén , la ciudad en que ha sido invocado mi Nombre; y vosotros, como si fueseis inocentes, habíais de quedar impunes? No quedaréis exentos de castigo, pues yo desenvaino mi espada contra todos los moradores de la tierra, dice el Señor de los ejércitos.
Jer 25:30 Todas estas cosas les profetizarás y les dirás: El Señor rugirá como león desde lo alto, y desde su santa morada hará resonar su voz; rugirá fuertemente contra Jerusalén , lugar de su gloria; se oirá un grito de triunfo contra todos los habitantes de esta tierra, una algazara semejante a la de aquellos que pisan la vendimia.
Jer 25:31 Hasta el cabo del mundo llegó el estrépito de las armas de los caldeos; porque el Señor entra en juicio con las naciones, y disputa su causa contra todos los mortales. Yo he entregado a los impíos, dice el Señor, al filo de la espada.
Jer 25:31 Hasta el cabo del mundo llegó el estrépito de las armas de los caldeos; porque el Señor entra en juicio con las naciones, y disputa su causa contra todos los mortales. Yo he entregado a los impíos, dice el Señor, al filo de la espada.
Jer 25:32 Esto dice también el Señor de los ejércitos: Sabed que la tribulación pasará de un pueblo a otro pueblo, y de la extremidad de la tierra se alzará una espantosa tempestad.
Jer 25:33 Y aquellos a quienes el Señor haya entregado a la muerte en este día, quedarán tendidos por el suelo desde un cabo de la tierra hasta el otro; no serán llorados, nadie los recogerá, ni les dará sepultura; yacerán sobre la tierra como estiércol.
Jer 25:36 Se oirán las voces y la gritería de los pastores, y los alaridos de los mayorales de la grey, porque el Señor ha talado sus pastos,
Jer 25:37 y en las amenas campiñas reinará un triste silencio a la vista de la tremenda ira del Señor.
Jer 25:38 El cual, como león ha abandonado el lugar santo donde moraba, y luego ha quedado reducida toda la tierra de ellos a un páramo por la ira de la paloma y por la terrible indignación del Señor.
Jer 26:1 En el principio del reinado de Joakim, hijo de Josías, rey de Judá, me habló el Señor en estos términos:
Jer 26:2 Esto dice el Señor: Ponte en el atrio de la casa del Señor; y a todas las ciudades de Judá, cuyos moradores vienen a adorar en el templo del Señor, les anunciarás todo aquello que te he mandado decirles; no omitas ni una sola palabra,
Jer 26:2 Esto dice el Señor: Ponte en el atrio de la casa del Señor; y a todas las ciudades de Judá, cuyos moradores vienen a adorar en el templo del Señor, les anunciarás todo aquello que te he mandado decirles; no omitas ni una sola palabra,
Jer 26:2 Esto dice el Señor: Ponte en el atrio de la casa del Señor; y a todas las ciudades de Judá, cuyos moradores vienen a adorar en el templo del Señor, les anunciarás todo aquello que te he mandado decirles; no omitas ni una sola palabra,
Jer 26:4 Tú, pues, les dirás: Esto dice el Señor: Si vosotros no me escuchareis, si no siguiereis la ley mía que yo os di,
Jer 26:7 Oyeron los sacerdotes y los profetas y el pueblo todo cómo Jeremías anunciaba tales cosas en la casa del Señor.
Jer 26:8 Y así que hubo concluido Jeremías de hablar cuanto le había mandado el Señor que hiciese saber a todo el pueblo, la prendieron los sacerdotes y los falsos profetas, y el pueblo todo, diciendo: ¡Muera sin remedio!
Jer 26:9 ¿Cómo ha osado profetizar en el nombre del Señor, diciendo: Este templo será destruido como Silo, y esta ciudad quedará de tal manera asolada que no habrá quien la habite? Y todo el pueblo se amotinó contra Jeremías en la casa del Señor.
Jer 26:9 ¿Cómo ha osado profetizar en el nombre del Señor, diciendo: Este templo será destruido como Silo, y esta ciudad quedará de tal manera asolada que no habrá quien la habite? Y todo el pueblo se amotinó contra Jeremías en la casa del Señor.
Jer 26:10 Llegó esto a noticia de los príncipes de Judá, y pasaron desde el palacio del rey a la casa del Señor, y se sentaron en el tribunal que está a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor.
Jer 26:10 Llegó esto a noticia de los príncipes de Judá, y pasaron desde el palacio del rey a la casa del Señor, y se sentaron en el tribunal que está a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor.
Jer 26:12 Pero Jeremías habló en estos términos a todos los príncipes y al pueblo todo: El Señor me ha enviado para que profetizara contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.
Jer 26:13 Ahora, pues, enmendad vuestra vida, y purificad vuestras inclinaciones, y escuchad la voz del Señor Dios vuestro, y no dudéis que el Señor se arrepentirá o desistirá del castigo con que os ha amenazado.
Jer 26:13 Ahora, pues, enmendad vuestra vida, y purificad vuestras inclinaciones, y escuchad la voz del Señor Dios vuestro, y no dudéis que el Señor se arrepentirá o desistirá del castigo con que os ha amenazado.
Jer 26:15 Sabed, no obstante, y tened por cierto, que si me quitáis la vida, derramaréis la sangre inocente, y la haréis recaer sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque verdaderamente es el Señor el que me ha enviado a comunicar a vuestros oídos todas las estas palabras.
Jer 26:16 Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: No es este hombre reo de muerte, puesto que él nos ha predicado en nombre del Señor Dios nuestro.
Jer 26:18 Miqueas, natural de Morasti, fue profeta en tiempo de Ezequías , rey de Judá, y predicó a todo el pueblo, diciendo: Esto dice el Señor de los ejércitos: Sión será arada como un barbecho, y Jerusalén parará en un montón de piedras, y el monte Moria, en que está situado el templo, será un espeso bosque.
Jer 26:19 ¿Fue por ventura Miqueas condenado a muerte por Ezequías , rey de Judá, y todo su pueblo? Al contrario ¿no temieron ellos al Señor e imploraron su clemencia, y el Señor se arrepintió o desistió de enviarles el castigo con que les había amenazado? Luego nosotros cometeríamos un gran pecado en daño de nuestras almas.
Jer 26:19 ¿Fue por ventura Miqueas condenado a muerte por Ezequías , rey de Judá, y todo su pueblo? Al contrario ¿no temieron ellos al Señor e imploraron su clemencia, y el Señor se arrepintió o desistió de enviarles el castigo con que les había amenazado? Luego nosotros cometeríamos un gran pecado en daño de nuestras almas.
Jer 26:20 Hubo también un varón llamado Urías, hijo de Semei, natural de Cariatiarim, que profetizaba en el nombre del Señor, y profetizó contra esta ciudad y contra este país todo lo que ha dicho Jeremías.
Jer 27:1 Al principio del reinado de Joakim, hijo de Josías, rey de Judá, el Señor habló a Jeremías de esta manera:
Jer 27:2 Esto me dice el Señor: Hazte unas ataduras a modo de correas, y unas cadenas como collares, y póntelas al cuello.
Jer 27:4 a los cuales encargarás que digan a sus amos: Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, y esto diréis a vuestros amos:
Jer 27:8 Mas a la nación y al reino que no quiera someterse a Nabucodonosor, rey de Babilonia, a cualquiera que no doblare su cerviz al yugo del rey de Babilonia, yo los castigaré, dice el Señor, con la espada, con hambre y con peste hasta que por medio de Nabucodonosor acabe con ellos.
Jer 27:11 Al contrario, la nación que doblare su cerviz al yugo del rey de Babilonia y le sirviere, yo la dejaré en su tierra, dice el Señor, y seguirá cultivándola y habitando en ella.
Jer 27:15 pues no son ellos enviados míos, dice el Señor, sino que profetizan falsamente en mi Nombre, para acarrearos que seáis desterrados y perezcáis, tanto vosotros como los profetas que falsamente os anuncian lo futuro.