Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

ciudad

III Rey 22:51 Al fin pasó a descansar Josafat con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de su padre David; y lo sucedió en el reino su hijo Joram.
IV Rey 2:19 Por este tiempo dijeron también a Eliseo los vecinos de la ciudad: Bien ves que la situación de esta ciudad es bellísima, como tú mismo, señor, lo estás conociendo; pero las aguas son muy malas y la tierra estéril.
IV Rey 2:19 Por este tiempo dijeron también a Eliseo los vecinos de la ciudad: Bien ves que la situación de esta ciudad es bellísima, como tú mismo, señor, lo estás conociendo; pero las aguas son muy malas y la tierra estéril.
IV Rey 2:23 De aquí pasó a Betel, y cuando iba subiendo por el camino, salieron de la ciudad unos muchachos, y le motejaban, diciendo: Sube, oh calvo: calvo, sube.
IV Rey 3:25 destruyeron sus ciudades; llenaron de piedras, que cada uno echaba, los campos más fértiles; cegaron todos los manantiales de las aguas, y cortaron todos los árboles frutales; de suerte que solamente quedaron los muros de ladrillos o el castillo; mas la ciudad fue cercada por los honderos, y en gran parte derribada.
IV Rey 4:8 Pasaba un día Eliseo por la ciudad de Sunam, y había en ella una señora de gran consideración, que lo detuvo a comer; y como pasase por allí frecuentemente, se detenía a comer en dicha casa.
IV Rey 6:14 Con esta noticia destacó allá caballos y carros de guerra, y las mejores tropas de su ejército; los cuales llegando de noche, cercaron la ciudad.
IV Rey 6:15 Y al apuntar el día, habiéndose levantado el criado del varón de Dios, y salido fuera, vio el ejército alrededor de la ciudad con los caballos y carros y fue a dar aviso a su amo, diciendo: ¡Ay!, ¡ay, señor mío!; ¡ay!, ¿qué es lo que haremos?
IV Rey 6:19 Entonces Eliseo, llegándose a ellos, les dijo: No es este el camino, ni esta la ciudad; seguidme a mí, que yo os enseñaré el hombre que buscáis. Dicho esto los condujo a Sama-ria;
IV Rey 6:23 Les pusieron, pues, comida en abundancia, y comieron y bebieron, y les dio el rey libertad, y volvieron a su señor. Desde entonces no volvieron más las guerrillas o partidas ligeras de Siria a hacer correrías en la ciudad de Israel.
IV Rey 7:3 Había cuatro hombres leprosos cerca de la entrada de la puerta de la ciudad, los cuales se dijeron unos a otros: ¿Para qué queremos estar aquí hasta morir?
IV Rey 7:4 Si tratamos de entrar en la ciudad, moriremos de hambre; si nos quedamos aquí, moriremos también; vamos, pues, y pasémonos al campamento de los siros; si tuvieren compasión de nosotros, viviremos; que si nos quieren matar, de cualquier modo también habríamos de morirnos acá.
IV Rey 7:10 Venidos a la puerta de la ciudad, dieron la noticia diciendo: Hemos ido al campamento de los siros, y no hemos hallado allí a nadie, sino sólo los caballos y los asnos atados, y las tiendas que están todavía en pie.
IV Rey 7:12 el cual se levantó, siendo aún de noche, y dijo a sus criados: Yo os diré lo que han hecho con nosotros los siros; saben que nos morimos de hambre, y por eso se han salido del campamento, y están escondidos por los campos, diciendo: Cuando salgan de la ciudad, los cogeremos vivos, y entonces podremos entrar en ella.
IV Rey 7:13 Mas uno de sus criados le respondió: Tomemos los cinco caballos que han quedado en la ciudad (ya que sólo éstos restan de todos los que había en Israel, por haber sido consumidos los otros), y enviemos a hacer con ellos la descubierta.
IV Rey 7:17 Había puesto el rey a la puerta de la ciudad aquel capitán que le servía de bracero, al cual atropelló el gentío a la entrada de la puerta, y murió conforme a lo que había predicho el varón de Dios, cuando fue el rey a buscarlo.
IV Rey 8:24 En fin, Joram durmió con sus padres, y fue con ellos sepultado en la ciudad de David; y le sucedió en el reino de su hijo Ocozías.
IV Rey 9:5 y entrando en el lugar de la ciudad donde estaban sentados los príncipes del ejército dijo: Una palabra tengo que decirte, oh príncipe. Preguntó Jehú: ¿A quién de todos nosotros? Y le respondió él: A ti, oh príncipe.
IV Rey 9:15 y se había retirado de Jezrael para curarse de las heridas que los siros le habían hecho en el combate contra Hazael, el rey de Siria. Dijo entonces Jehú: Si os parece, nadie salga ni huya de la ciudad, para que no vaya a dar la noticia en Jezrael.
IV Rey 9:28 Y lo pusieron sus criados dentro de su coche; y lo llevaron a Jerusalén . Y lo sepultaron en la ciudad de David en el sepulcro de sus padres.
IV Rey 9:31 cómo entraba Jehú por la puerta de la ciudad, y dijo: ¿Es posible que pueda tener paz o prosperidad éste, que como Zambri ha muerto a su señor?
IV Rey 10:1 Quedaban de Acab setenta hijos en Samaria. En consecuencia escribió Jehú una carta y la envió a Samaria a los magnates de la ciudad, y a los ancianos, y a los preceptores de los hijos de Acab. Decía en ella:
IV Rey 10:5 Enviaron, pues, los mayordomos de palacio y magistrados de la ciudad, y los ancianos y los preceptores a decir a Jehú: Vasallos tuyos somos, haremos cuanto mandares; no pensamos elegir rey sobre nosotros; haz todo lo que bien te pareciere.
IV Rey 10:6 Mas él les volvió a escribir una segunda carta, en la cual les decía: Si sois de los míos, y me prestáis obediencia, tomad las cabezas de los hijos de vuestro señor, y venid a veros conmigo mañana a estas horas en Jezrael. Eran los hijos del rey en número de setenta: los cuales se criaban en las casas de los magnates de aquella ciudad.
IV Rey 10:25 Concluido que fue el holocausto, dijo Jehú a sus soldados y capitanes: Entrad y matadlos; que ninguno escape. Y los soldados y capitanes los pasaron a cuchillo, arrojando fuera los cadáveres. De aquí marcharon a la ciudad del templo de Baal,
IV Rey 11:20 Y todo el pueblo de la tierra se regocijó, y quedó en reposo la ciudad después que Atalía pereció a filo de espada en la casa del rey.
IV Rey 12:21 Los criados que le quitaron la vida fueron Josacar, hijo de Semaat, y Jozabad, hijo de Somer y muerto que fue, lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, sucediéndole en el reino su hijo Amasías.
IV Rey 14:11 Pero Amasías no quiso aquietarse. Por lo cual Joás, rey de Israel salió a campaña, y encontrándose él y Amasías, rey de Judá, junto a Betsamés, ciudad de Judá,
IV Rey 14:20 Lo transportaron después de allí en un carro tirado de caballos, y fue sepultado en Jerusalén con sus padres en la ciudad de David.
IV Rey 14:25 Restableció en el primitivo estado los límites del reino de Israel, reconquistando desde la entrada de Emat hasta el mar del desierto, conforme a la palabra del Señor Dios de Israel, pronunciada por su siervo el profeta Jonás hijo de Amati natural de Get, ciudad situada en Ofer.
IV Rey 15:7 Pasó, en fin Azarías a descansar con sus padres, y fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de David, sucediéndole en el reino su hijo Joatam.
IV Rey 15:38 Pasó Joatam a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre, sucediéndole en el reino su hijo Acaz.
IV Rey 16:20 En fin, Acaz pasó a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, sucediéndole en el reino su hijo Ezequías .
IV Rey 18:30 Ni os inspire confianza en el Señor, diciéndoos: Sin falta nos librará el Señor y no caerá esta ciudad en poder del rey de los asirios.
IV Rey 19:13 ¿Dónde está el rey de Emat, y el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaím, y de Ana y de Ava?
IV Rey 19:32 Por lo cual he aquí lo que acerca del rey de los asirios dice el Señor: No pondrá el pie en esta ciudad, ni disparará contra ella saeta alguna, ni el soldado cubierto con su broquel la asaltará ni la cercará con trincheras.
IV Rey 19:33 Por el camino que ha venido se volverá, y no entrará en la ciudad, dice el Señor.
IV Rey 19:34 Pues yo ampararé a esta ciudad, y la salvaré por amor de mí y por amor de David, siervo mío.
IV Rey 20:6 Y alargaré quince años tu vida; además de eso te libraré del poder del rey de los asirios a ti y a esta ciudad; a la cual protegeré por amor mío, y por amor de David mi siervo.
IV Rey 20:20 En orden a los demás hechos de Ezequías , y su gran fortaleza, y como fabricó el estanque, y el acueducto con que introdujo las aguas en la ciudad, ¿no está todo esto escrito en el Libro de los Anales de los Reyes de Judá?
IV Rey 21:7 Además el ídolo del bosque que había plantado, lo colocó en el templo del Señor; templo del cual el Señor dijo a David y a Salomón , su hijo: En este templo y en Jerusalén , ciudad que tengo escogida entre todas las tribus de Israel, estableceré mi Nombre para siempre;
IV Rey 23:8 Recogió también a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los lugares altos, donde sacrificaban los sacerdotes, desde Gabaa hasta Bersabee, y derribó los altares de las puertas de Jerusalén , situados a la entrada de la casa o puerta de Josué, príncipe de la ciudad, que habitaba a mano izquierda de la puerta de la ciudad.
IV Rey 23:8 Recogió también a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los lugares altos, donde sacrificaban los sacerdotes, desde Gabaa hasta Bersabee, y derribó los altares de las puertas de Jerusalén , situados a la entrada de la casa o puerta de Josué, príncipe de la ciudad, que habitaba a mano izquierda de la puerta de la ciudad.
IV Rey 23:17 Añadió: ¿De quién es aquel túmulo o monumento que veo? Le respondieron los vecinos de aquella ciudad: Es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá y profetizó estas cosas que acabas de ejecutar sobre el altar de Betel.
IV Rey 23:27 Y así dijo el Señor: Yo arrojaré de mi presencia también a Judá, como arrojé a Israel; y desecharé a Jerusalén , esa ciudad que yo había escogido, y el templo del cual dije: Aquí es donde mi Nombre será invocado.
IV Rey 24:10 Por aquel tiempo vinieron contra Jerusalén los capitanes de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y cercaron la ciudad con trincheras.
IV Rey 24:11 Vino también Nabucodonosor, rey de Babilonia, al sitio de la ciudad con sus oficiales para batirla.
IV Rey 24:16 Además a todos los varones robustos, en número de siete mil, y mil artífices e ingenieros; en suma, todos los hombres valerosos y aguerridos; y los condujo el rey de Babilonia cautivos a dicha ciudad.
IV Rey 25:2 Con lo que la ciudad quedó cerrada y circunvalada hasta el año undécimo del reinado de Sedecías,
IV Rey 25:3 y día nueve del mes cuarto; y fue creciendo el hambre en la ciudad, de modo que faltó el pan o alimento a la gente del pueblo.