I también descender del cielo a un ángel, y tenía la llave del abismo, y una gran cadena en su mano.
Y agarró al dragón, esto es, a aquella serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y le encadenó por mil años.
Y le metió en el abismo, y le encerró, y puso sello sobre él, para que no ande más engañando a las gentes, hasta que se cumplan los mil años, después de los cuales ha de ser soltado por poco tiempo.
Luego vi unos tronos, y varios personajes que se sentaron en ellos, y se les dio la potestad de juzgar; y vi las almas de los que habían sido degollados por la confesión de Jesús y por la palabra de Dios, y los que no adoraron la bestia, ni a su imagen, ni recibieron su marca en las frentes, ni en las manos, que vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Los otros muertos no revivirán hasta cumplirse los mil años. Esta es la resurrección primera.
Bienaventurados y santos quienes tienen parte en la primera resurrección ; sobre éstos la segunda muerte, que es la eterna de los réprobos, no tendrá poderío, antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo , y reinarán con él mil años.
Mas al cabo de los mil años será suelto Satanás de su prisión; y saldrá y engañará a las naciones que hay sobre los cuatro ángulos del mundo, a Gog y a Magog, y los juntará para dar batalla, cuyo número es como la arena del mar.
•
Y se extendieron sobre toda la tierra, y cercaron los reales, o campamentos, de los santos, y la ciudad amada.
Mas Dios llovió fuego del cielo, que los consumió; y el diablo, que los traía engañados, fue precipitado en el estanque de fuego y azufre, donde también la bestia
y el falso profeta serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
•
Después vi un gran solio reluciente, y a uno, esto es, a Jesucristo, sentado en él, a cuya vista desapareció la tierra, y el cielo, y no quedó nada de ellos.
Y vi a los muertos grandes y pequeños estar delante del trono, y se abrieron los libros de las conciencias, y se abrió también otro libro, que es el de la vida, y fueron juzgados los muertos por las cosas escritas en los libros según sus obras.
El mar, pues, entregó los muertos que había en él, y la muerte y el infierno entregaron los muertos que tenían dentro, y se dio a cada uno la sentencia según sus obras.
Entonces, el infierno y la muerte fueron lanzados en el estanque de fuego. Esta es la muerte segunda, y eterna.
El que no fue hallado escrito en el Libro de la vida fue así mismo arrojado en el estanque de fuego.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
Comentario
Referencia
Ilustración
Atlas