Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

casa

II Rey 7:5 Anda y dile a mi siervo David: Esto dice el Señor: ¿Conque tú piensas edificarme casa para mi habitación?
II Rey 7:6 Pues yo no he habitado en ninguna casa, desde el día que saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto hasta el presente, sino que he habitado en pabellones y tiendas.
II Rey 7:7 ¿Por ventura en todos los lugares por donde pasé con todos los hijos de Israel, he hablado nunca a alguna de las tribus, a quien hubiese yo encargado el gobierno de mi pueblo Israel, ni le he dicho jamás: Por qué no me edificáis una casa de cedro?
II Rey 7:11 desde el tiempo en que constituí jueces sobre mi pueblo de Israel; y yo te daré la paz con todos tus enemigos. Además el Señor es el que te promete desde ahora que él mismo dará un firme estar a tu casa.
II Rey 7:16 Antes tu casa será estable y verás permanecer eternamente tu reino, y tu trono será firme para siempre.
II Rey 7:18 Entonces David fue a presentarse delante del Señor en el Tabernáculo, y permaneciendo allí en oración, dijo: ¿Quién soy yo, Señor Dios mío, y cuál es mi casa para haberme elevado hasta este punto?
II Rey 7:19 Y pareciéndote aún, ¡oh Señor Dios!, que esto era poco a tus ojos, has querido asegurar a tu siervo la permanencia de su casa para los siglos venideros; que tal es la ley o el deseo de los hijos de Adán, ¡oh Señor Dios!
II Rey 7:25 Ahora, pues, ¡oh Señor Dios!, mantén siempre viva la promesa que has hecho a tu siervo para él y para su casa, y hazlo como has dicho;
II Rey 7:26 para que tu nombre sea eternamente engrandecido, y se diga: El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel. Sí, la casa de tu siervo David será estable delante del Señor;
II Rey 7:27 porque tú, ¡oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel!, revelaste y dijiste a tu siervo: Yo te fundaré una casa estable; de aquí es que tu siervo se ha animado para dirigirte esta plegaria.
II Rey 7:29 empieza desde luego y echa la bendición sobre la casa de tu siervo, para que siempre subsista en tu acatamiento; puesto que tú, ¡oh Señor Dios!, has hablado y dicho que la casa de tu siervo será bendita con tu bendición eternamente.
II Rey 7:29 empieza desde luego y echa la bendición sobre la casa de tu siervo, para que siempre subsista en tu acatamiento; puesto que tú, ¡oh Señor Dios!, has hablado y dicho que la casa de tu siervo será bendita con tu bendición eternamente.
II Rey 9:1 Dijo también David: ¿Si habrá quedado alguno de la casa de Saúl, a quien pueda yo hacer bien por amor de Jonatás?
II Rey 9:3 Le preguntó el rey: ¿Vive por ventura alguno de la casa de Saúl, para que pueda yo hacerle grandes mercedes? Le respondió Siba: Sí, señor; vive todavía un hijo de Jonatás, estropeado de los pies.
II Rey 9:4 ¿Dónde está?, replicó David. Está, dijo Siba, en Lodabar, en casa de Maquir, hijo de Ammiel.
II Rey 9:5 Envió, pues, David por él, y lo hizo venir de Lodabar, de la casa de Maquir, hijo de Ammiel.
II Rey 9:9 Llamó, pues, el rey a Siba, criado de Saúl, y le dijo: He dado al hijo de tu amo todo cuanto poseía Saúl y todos los bienes de su casa.
II Rey 11:2 Entretanto sucedió que un día levantándose David de su cama después de la siesta, se puso a pasear por el terrado de su palacio, y vio en otra casa de enfrente una mujer que se estaba lavando en su baño; y era de extremada hermosura.
II Rey 11:5 y volvió preñada a su casa. De lo que dio aviso a David, diciendo: He concebido.
II Rey 11:8 Dijo después David a Urías: Vete a tu casa; lava tus pies, y descansa. Salido que fue Urías de palacio, le envió el rey en seguida comida de su real mesa.
II Rey 11:9 Mas Urías durmió delante de la puerta de palacio con otros criados u oficiales de su señor, y no fue a su casa.
II Rey 11:10 Se lo contaron luego a David, diciéndole: Urías no ha ido a su casa. Por lo que dijo David a Urías: ¿No has llegado de un viaje? Pues, ¿cómo no has bajado a descansar en tu casa?
II Rey 11:10 Se lo contaron luego a David, diciéndole: Urías no ha ido a su casa. Por lo que dijo David a Urías: ¿No has llegado de un viaje? Pues, ¿cómo no has bajado a descansar en tu casa?
II Rey 11:11 Respondió Urías a David: El arca de Dios, e Israel y Judá están en tiendas de campaña, y mi señor Joab y los siervos de mi señor duermen en el duro suelo; ¿e iría yo a mi casa a comer y beber, y dormir con mi mujer? Por la vida y por la salud de mi rey juro que no haré tal cosa.
II Rey 11:13 Lo convidó David a comer y beber en su mesa, y procuró embriagarlo; mas él saliendo al anochecer, se fue a dormir en su tarima del cuerpo de guardia con los oficiales de su señor, y no bajó a su casa.
II Rey 12:3 El pobre no tenía nada más que una ovejita que había comprado y criado, y que había crecido en su casa entre sus hijos, comiendo de su pan y bebiendo en su vaso, y durmiendo en su seno, y la quería como si fuese una hija suya.
II Rey 12:4 Mas habiendo llegado un huésped a casa del rico, no quiso éste tocar a sus ovejas, ni a sus bueyes para dar el convite al forastero que le había llegado; sino que quitó la ovejita al pobre, y la aderezó para dar de comer al huésped que tenía en casa.
II Rey 12:4 Mas habiendo llegado un huésped a casa del rico, no quiso éste tocar a sus ovejas, ni a sus bueyes para dar el convite al forastero que le había llegado; sino que quitó la ovejita al pobre, y la aderezó para dar de comer al huésped que tenía en casa.
II Rey 12:8 Te di la casa de tu señor, y puse a tu arbitrio sus mujeres; te hice dueño también de la casa de Israel y de Judá; y si esto es poco, te añadiré aun cosas mucho mayores.
II Rey 12:8 Te di la casa de tu señor, y puse a tu arbitrio sus mujeres; te hice dueño también de la casa de Israel y de Judá; y si esto es poco, te añadiré aun cosas mucho mayores.
II Rey 12:10 Por lo cual no se apartará jamás de tu casa la espada de la muerte, porque me has despreciado y has quitado la mujer a Urías, heteo, para que fuese mujer tuya.
II Rey 12:11 He aquí, pues, lo que dice el Señor: Yo haré salir de tu propia casa los desastres contra ti, y te quitaré tus mujeres delante de tus ojos, se las daré a otro, el cual dormirá con ellas a la luz de este sol.
II Rey 12:15 Dicho esto, se retiró Natán a su casa. En efecto, el Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y fue desahuciado.
II Rey 12:20 Entonces David se levantó del suelo; se lavó y se ungió; y mudando de ropa, entró en la casa del Señor, y lo adoró. Pasando después a su palacio, pidió que le pusiesen la mesa, y comió.
II Rey 13:7 Con esto David envió un recado a casa de Tamar, y la hizo decir: Anda, ve a casa de tu hermano Amnón, y hazle alguna cosa de comer.
II Rey 13:7 Con esto David envió un recado a casa de Tamar, y la hizo decir: Anda, ve a casa de tu hermano Amnón, y hazle alguna cosa de comer.
II Rey 13:8 Pasó Tamar a casa de su hermano Amnón, que estaba en cama; y tomando harina, la amasó, y batiéndola hizo a vista de él unos pastelillos;
II Rey 13:20 Le dijo Absalón, su hermano: ¿Es acaso que tu hermano ha abusado de ti? Mas por ahora, hermana mía calla; que al fin es hermano tuyo; no te desesperes por esa desgracia. Con eso Tamar se quedó en casa de su hermano Absalón, consumiéndose de tristeza y de dolor.
II Rey 13:24 A este fin fue a ver al rey y le dijo: Te hago presente que esquilan las ovejas de tu siervo; venga, pues, te suplico, el rey con sus criados a la casa de su siervo.
II Rey 13:37 Absalón huyó y fue a refugiarse en casa de Tolomai, hijo de Ammiud, rey de Gesur. Y David lloraba continuamente a su hijo.
II Rey 14:8 Respondió el rey a la mujer: Vete a tu casa, que yo daré providencia en favor tuyo.
II Rey 14:9 Replicó la mujer tecuita al rey: Recaiga sobre mí la culpa, oh rey y señor mío, y sobre la casa de mi padre; y queden sin ella el rey y su trono.
II Rey 14:24 Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.
II Rey 14:24 Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.
II Rey 14:31 Fue pues, Joab a casa de Absalón. Y le dijo: ¿Por qué razón tus criados han puesto fuego a mis mieses?
II Rey 15:17 Salido que hubo a pie con todos los israelitas que le acompañaban, se paró al estar ya lejos de su casa;
II Rey 15:35 Allí tienes contigo a Sadoc y Abiatar, sumos sacerdotes; todo cuanto oyeres decir en la casa del rey, se lo comunicarás a ellos.
II Rey 16:3 Preguntó más el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió: Se ha quedado en Jerusalén , diciendo: Hoy me restituirá la casa de Israel el reino de mi padre.
II Rey 16:8 Ahora te ha dado el Señor el pago de toda la sangre derramada en casa de Saúl; por cuanto tú le usurpaste el reino, el Señor se lo ha traspasado a manos de tu hijo Absalón; mira cómo te ves oprimido de males, por haber sido tú un hombre sanguinario.
II Rey 17:18 Con todo, los vio un muchacho, y los delató a Absalón; mas ellos a toda prisa se metieron en la casa de cierto vecino de Bahurim, la cual tenía un pozo en su patio y se escondieron en él.