¡AY de aquellos que establecen leyes inicuas, y escriben continuamente sentencias de injusticia, 2 para oprimir a los pobres en juicio y hacer violencia a los desvalidos de mi pueblo, para devorar cual presa a las viudas y saquear a los huérfanos! 3 ¿Qué haréis el día en que se os tomarán cuentas, y en la calamidad que viene amenazando de lejos? ¿A quién acudiréis para que os ayude? ¿Y en dónde dejaréis o de qué servirá vuestra grandeza, 4 para no doblar la cerviz a la cadena entre los esclavos y no caer entre los muertos? A pesar de todas estas cosas no está calmada la ira del Señor, sino que aún está levantado su brazo.

5 ¡Ay de Asur!, vara y bastón de mi furor; en su mano he puesto mi ira. 6 Lo enviaré contra un pueblo falto de fe, y contra un pueblo que ha provocado mi indignación; y le daré mis órdenes para que se lleve sus despojos, y lo entregue al saqueo, y lo reduzca a ser pisado como el lodo de las plazas. 7 Es verdad que él no lo pensará así, y que en su corazón no formará tal concepto; su corazón solamente pondrá la mira en destruir y exterminar no pocas naciones. 8 Porque dirá: 9 ¿Acaso mis palaciegos no son otros tantos reyes? Pues, ¿no ha tenido la misma suerte Cálano que Cárcamis? ¿Y Emat que Arfad? ¿Por ventura no ha sido de Samaria lo que de Damasco?

10 Así como ganó mi mano los reinos de varios ídolos, del mismo modo venceré los simulacros de los de Jerusalén y de Samaria. 11 ¿Acaso lo que hice ya con Samaria y con sus ídolos, no lo ejecutaré también con Jerusalén y con sus simulacros?

12 Pero luego que el Señor hubiere cumplido todas sus obras en el monte de Sión y en Jerusalén , él mismo tomará cuentas de las empresas del altivo corazón del rey asirio y de la jactancia de sus altivos ojos.

13 Ya que ha dicho: Con el poder de mi mano hice lo que hice, y con mi sabiduría lo tracé; y he cambiado los límites de los pueblos y despojado sus príncipes, y con el poder que tengo he derribado a los que estaban en altos puestos; 14 y el poderío de los pueblos fue respecto de mi valor como una nidada de pajarillos; y como se recogen del nido los huevos que han sido abandonados, así reuní yo bajo mi poder toda la tierra, y no hubo quien moviese un ala, ni abriese el pico, ni piase. 15 ¿Pero y por ventura se gloriará el hacha contra el que corta con ella, o se llenará de soberbia la sierra contra el que la mueve? Eso es como si se levantara la vara contra el que la maneja, o se envaneciese el bastón que al cabo no es más que un palo.

16 Por eso el soberano Señor de los ejércitos enviará la extenuación a sus robustos guerreros, y arderá debajo de sus galas una como hoguera de fuego que los consuma. 17 Y la luz de Israel será el fuego, y su Santo la llama con que se encenderán y arderán las espinas y las zarzas de Asur en un solo día. 18 Y la gloria de este bosque y de este Carmelo será consumida en cuerpo y alma, y él, (Sennaquerib) huirá azorado. 19 Y los árboles que de esta selva quedaren, se podrán contar, por su corto número, y un niño podrá formar la lista de ellos. 20 Y entonces será cuando los que quedaren de Israel, y los de la casa de Jacob que hayan escapado, no volverán a fiarse en el que los hiere, sino que sinceramente se apoyarán en el Señor, el Santo de Israel. 21 Los residuos de Jacob , los residuos digo, se convertirán al Dios fuerte. 22 Porque aun cuando tu pueblo, oh Israel, fuese como la arena del mar, solamente los restos de él se convertirán; pero los restos que se salvaren de la destrucción, rebosarán en justicia.

23 Porque destrucción y disminución hará el Señor Dios de los ejércitos en toda la tierra de Judea.

24 Por tanto, esto dice el Señor Dios de los ejércitos: Pueblo mío que habitas en Sión, no tengas miedo del asirio; él te sacudirá con la vara, y alzará contra ti su bastón desde el camino que va a Egipto. 25 Pero dentro de poco, muy en breve, mi enojo y mi furor provocado por sus maldades, llegará a su colmo. 26 Y el Señor Dios de los ejércitos levantará contra el asirio su brazo, y hará en él el estrago que hizo en los madianitas en la peña de Ored; y así como alzó su vara sobre el mar Rojo, del mismo modo la alzará sobre el camino de Egipto.

27 Y aquel día será quitado de encima de tus hombros el peso de Asur, y su yugo de tu cerviz, y se pudrirá el yugo por la abundancia del aceite.

28 Llegará el rey de Asiria hasta Ayat, pasará a Magrón, en Macmas depositará su carga. 29 Pasarán a marchas forzadas, diciendo: En Gabaat plantaremos nuestros campamentos. Ramá está sobresaltada, Gabaat la de Saúl huye precipitadamente. 30 Esfuerza tu grito, ¡oh ciudad de Gallim!; mira por ti, ¡oh Laisa!, y tú también, pobrecita Anatot. 31 Los de Medemena escaparon; esforzaos moradores de Gabim. 32 Aún falta un día para llegar a hacer alto en Nobe; desde ahí levantará Sennaquerib su mano en ademán de amenaza contra el monte de la hija de Sión, contra el collado de Jerusalén .

33 Pero he aquí que el soberano Señor de los ejércitos estrellará con ímpetu el vaso de tierra; y los de agigantada estatura serán desjarretados, y los sublimes serán abatidos. 34 Y la espesura del bosque será cortada con el hierro, y caerá el Líbano con sus altos cedros.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
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