Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

vida

I Tes 2:8 de tal manera apasionados por vosotros, que deseábamos con ansia comunicaros no sólo la buena nueva de Dios, sino daros también hasta nuestra misma vida; tan queridos llegasteis a ser de nosotros.
I Tes 2:12 amonestándoos, consolándoos, y conjurándoos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.
I Tes 4:13 En orden a los difuntos no queremos, hermanos, dejaros en ignorancia, porque no os entristezcáis, del modo que suelen los demás hombres, que no tienen la esperanza de la vida eterna.
I Tim 1:16 mas por eso conseguí misericordia, a fin de que Jesucristo mostrase en mí el primero su extremada paciencia, para ejemplo y confianza de los que han de creer en él, para alcanzar la vida eterna.
I Tim 2:2 por los reyes y por todos los constituidos en alto puesto, a fin de que tengamos una vida quieta y tranquila en el ejercicio de toda piedad y honestidad.
I Tim 2:15 Verdad es que se salvará por medio de la buena crianza de los hijos, si persevera en la fe y en la caridad, en santa y arreglada vida.
I Tim 4:8 Pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas, al paso que la virtud sirve para todo, como que trae consigo la promesa de la vida presente y de la futura, o eterna.
I Tim 6:12 Pelea valerosamente por la fe, y victorioso arrebata y asegura bien la vida eterna, para la cual fuiste llamado, y diste un buen testimonio, confesando la fe delante de muchos testigos.
I Tim 6:19 a atesorar un buen fondo para lo venidero, a fin de alcanzar la vida verdadera.
II Tim 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, según la promesa de vida que tenemos en Jesucristo,
II Tim 1:10 y que se ha manifestado ahora por el advenimiento de nuestro salvador , Jesucristo; el cual ha destruido la muerte, y al mismo tiempo ha sacado a luz la vida y la inmortalidad por medio de la buena nueva,
Tit 1:2 y que da la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no puede mentir, ha prometido y destinado antes de todos los siglos,
Tit 3:7 para que justificados por la gracia de éste mismo, vengamos a ser herederos de la vida eterna, conforme a la esperanza que de ella tenemos.
Filem 1:10 Te ruego, pues, por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado, o dado la vida de la gracia, entre las cadenas,
Heb 2:15 y librar a aquellos que por el temor de la muerte estaban toda la vida sujetos a servidumbre.
Heb 7:3 representado sin padre, sin madre, sin genealogía, sin ser conocido el principio de sus días, ni el fin de su vida, sino que siendo por todo esto imagen del Hijo de Dios, queda sacerdote eternamente.
Heb 7:16 establecido no por ley de sucesión carnal, como el de Aarón, sino por el poder de su vida inmortal,
Heb 10:20 con la cual nos abrió camino nuevo y de vida para entrar por el velo, esto es, por su carne;
Heb 11:35 mujeres hubo que recibieron resucitados a sus difuntos hijos. Mas otros fueron estirados en el potro, no queriendo redimir la vida presente, por asegurar otra mejor en la resurrección .
Heb 12:9 Por otra parte, si tuvimos a nuestros padres carnales que nos corrigieron, y los respetábamos, y amábamos, ¿no es mucho más justo que obedezcamos al Padre de los espíritus, para alcanzar la vida eterna?
Heb 12:14 Procurad tener paz con todos, y la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios,
Heb 13:7 Acordaos de vuestros prelados los cuales os han predicado la palabra de Dios, cuya fe habéis de imitar, considerando el fin dichoso de su vida.
Sant 1:12 Bienaventurado, pues, aquel hombre que sufre con paciencia la tentación, o tribulación; porque después que fuere así probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Sant 3:6 La lengua también es un fuego, es un mundo entero de maldad. La lengua es uno de nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y siendo inflamada del fuego infernal inflama la rueda, o toda la carrera, de nuestra vida.
Sant 4:15 Porque ¿qué cosa es vuestra vida? Un vapor que por un poco de tiempo aparece, y luego desaparece. En vez de decir: Queriendo Dios; y: Si viviéremos, haremos esto o aquello.
I Ped 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha regenerado con una viva esperanza de vida eterna, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
I Ped 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana conducta de vida, o vivir mundano, que recibisteis de vuestros padres, no con oro o plata, que son cosas perecederas,
I Ped 2:12 llevando una vida ajustada entre los gentiles, a fin de que por lo mismo que os censuran como a malhechores, reflexionando sobre las obras buenas que observan en vosotros, glorifiquen a Dios en el día en que los visitará.
I Ped 3:2 considerando la pureza de la vida que llevan, y el respeto que les tienen.
I Ped 3:7 Maridos, vosotros igualmente habéis de cohabitar con vuestras mujeres, tratándolas con honor y discreción como a sexo más débil, y como a coherederas de la gracia, o beneficio de la vida eterna, a fin de que nada estorbe el efecto de vuestras oraciones.
I Ped 3:10 Así, pues, el que de veras ama la vida, y quiere vivir días dichosos, refrene su lengua del mal, y sus labios no se desplieguen a favor de la falsedad.
I Ped 3:22 el cual, después de haber devorado la muerte, a fin de hacernos herederos de la vida eterna, está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo, y estándole sumisos los ángeles, y las potestades y las virtudes.
I Ped 4:2 De suerte que ya el tiempo que le queda en esta vida mortal, viva, no conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.
I Ped 4:3 Porque demasiado tiempo habéis pasado durante vuestra vida anterior abandonados a las mismas pasiones que los paganos, viviendo en desenfrenos, en codicias, en embriagueces, en glotonerías, en excesos en las bebidas y en idolatrías abominables.
I Ped 4:6 que aun por eso ha sido predicado también la buena nueva a los muertos; para que habiendo sido juzgados, o castigados, delante de los hombres según la carne, recibiesen delante de Dios la vida del espíritu.
II Ped 1:3 Así como todos los dones que nos ha dado su poder divino, correspondientes a la vida y a la piedad cristiana, se nos han comunicado por el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y por su virtud,
II Ped 2:7 si libertó al justo Lot, a quien estos hombres abominables afligían y perseguían con su vida infame,
II Ped 3:11 Pues ya que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿cuáles debéis ser vosotros en la santidad de vuestra vida y piedad de costumbres,
I Jn 1:1 Lo que fue desde el principio o desde la eternidad, lo que oímos, lo que vimos con nuestros ojos, y contemplamos, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de la vida,
I Jn 1:2 vida que se hizo patente, y así la vimos, y damos de ella testimonio, y os predicamos esta vida eterna, la cual estaba en el Padre y se dejó ver de nosotros,
I Jn 1:2 vida que se hizo patente, y así la vimos, y damos de ella testimonio, y os predicamos esta vida eterna, la cual estaba en el Padre y se dejó ver de nosotros,
I Jn 2:16 porque todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia u orgullo de la vida, lo cual no nace del Padre, sino del mundo.
I Jn 2:25 Y ésta es la promesa que nos hizo él mismo, la vida eterna.
I Jn 3:14 Nosotros conocemos haber sido trasladados de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no los ama, queda en la muerte, o está sin caridad.
I Jn 3:15 Cualquiera que tiene odio a su hermano, es un homicida. Y ya sabéis que en ningún homicida tiene su morada la vida eterna.
I Jn 3:16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que dio el Señor su vida por nosotros; y así nosotros debemos estar prontos a dar la vida por la salvación de nuestros hermanos.
I Jn 3:16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que dio el Señor su vida por nosotros; y así nosotros debemos estar prontos a dar la vida por la salvación de nuestros hermanos.
I Jn 4:9 En esto se demostró la caridad de Dios hacia nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que por él tengamos la vida.
I Jn 5:11 Y este testimonio nos enseña que Dios nos dio vida eterna, esa vida está en su Hijo Jesucristo.
I Jn 5:11 Y este testimonio nos enseña que Dios nos dio vida eterna, esa vida está en su Hijo Jesucristo.