Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

vida

Prov 29:10 Aborrecen al sencillo los hombres sanguinarios; mas los justos procuran salvarle la vida.
Prov 30:7 Dos cosas te he pedido, ¡oh Señor!, no me las niegues en lo que me resta de vida:
Prov 31:12 Ella le acarrea el bien todos los días de su vida, y nunca el mal.
Ecle 2:17 Por tanto he cobrado tedio a mi propia vida, viendo que debajo del sol no hay más que males, y que todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Ecle 2:18 Detesté también toda aquella aplicación mía, con que en esta vida me había afanado con tanto empeño; habiendo de tener después de mí un heredero,
Ecle 3:3 Tiempo de dar muerte y tiempo de dar vida; tiempo de derribar y tiempo de edificar.
Ecle 5:14 y él mismo, así como salió desnudo del vientre de su madre, así saldrá de esta vida, sin llevar consigo nada de lo adquirido con su trabajo.
Ecle 5:16 Todos los días de su vida ha comido a oscuras, y en medio de muchos cuidados con mezquindad y melancolía.
Ecle 5:17 Por tanto yo tengo por una cosa bien hecha el que el hombre coma y beba sobriamente, y disfrute con alegría del fruto de las fatigas que ha de soportar en este mundo durante los días de vida que Dios le conceda; y ésta es la suerte que le pertenece.
Ecle 5:19 Los días de su vida se le pasarán casi sin sentirlo, porque Dios le llenará el corazón de delicias.
Ecle 6:8 ¿Cuál es la ventaja del sabio respecto del insensato? ¿Cuál la del pobre, sino encaminarse allá donde se halla la verdadera vida?
Ecle 6:12 ¿Qué necesita el hombre andar inquiriendo cosas superiores a su capacidad, cuando ignora lo que le es conducente durante su vida, en el corto número de días de su peregrinación, y en el tiempo de ella, que pasa como sombra? ¿Ni quién podrá descubrirle lo que ha de suceder después de él debajo del sol?
Ecle 7:12 Porque como la sabiduría es un escudo, así lo es el dinero; pero la instrucción y la sabiduría de Dios tienen la ventaja de que dan vida a quien las posee.
Ecle 7:15 He visto así mismo en los caducos y frágiles días de mi vida que perece el justo en medio de su justicia, y el impío vive largo tiempo en medio de su malicia.
Ecle 8:8 No está en poder del hombre el retener el espíritu o prolongar su vida; ni tiene potestad alguna sobre el día de su muerte; ni se le dan treguas en aquella guerra que lo amenaza. No le valdrá al impío su impiedad en aquel trance.
Ecle 8:13 ¡Ah!, no haya bien para el impío, ni sean prolongados los días de su vida; antes bien pasen como sombra los que no temen la presencia del Señor.
Ecle 8:15 Por tanto alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento, y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida que le ha concedido Dios en la tierra.
Ecle 8:15 Por tanto alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento, y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida que le ha concedido Dios en la tierra.
Ecle 9:3 Esta es la cosa más intrincada y peligrosa de todas cuantas pasan debajo del sol, el ver que todos están sujetos a los mismos azares, de donde nace que los corazones de los hijos de los hombres se llenan de malicia y de orgullo durante su vida, y después de esto son llevados a los infiernos.
Ecle 9:9 Goza de la vida en compañía de tu amada esposa, durante todos los días de tu vida, que se te han concedido debajo del sol por todo el tiempo de tu vanidad o frágil vida, ya que mientras vives, esta es la parte que te toca de tu trabajo con que andas afanado en este mundo.
Ecle 9:9 Goza de la vida en compañía de tu amada esposa, durante todos los días de tu vida, que se te han concedido debajo del sol por todo el tiempo de tu vanidad o frágil vida, ya que mientras vives, esta es la parte que te toca de tu trabajo con que andas afanado en este mundo.
Ecle 9:9 Goza de la vida en compañía de tu amada esposa, durante todos los días de tu vida, que se te han concedido debajo del sol por todo el tiempo de tu vanidad o frágil vida, ya que mientras vives, esta es la parte que te toca de tu trabajo con que andas afanado en este mundo.
Ecle 11:6 Siembra, pues, tu simiente desde la mañana de tu vida, y no levantes por la tarde tu mano de la labor, pues no sabes qué nacerá primero, si esto o aquello, que si naciere todo a un tiempo, tanto mejor.
Ecle 11:7 Dulce cosa es la luz de la vida, y deleitable a los ojos ver el sol.
Cant 3:4 Cuando he aquí que a pocos pasos me encontré al que adora mi alma; le así, y no le soltaré hasta haberlo hecho entrar en la casa de mi madre, en la habitación de la que me dio la vida.
Sab 1:12 No os afanéis en acarrearos la muerte con el descamino de vuestra vida; ni os granjeéis la perdición con las obras de vuestras manos.
Sab 2:1 Dijeron, pues, los impíos entre sí, discurriendo sin juicio: Corto y lleno de tedio es el tiempo de nuestra vida; no hay consuelo en el fin del hombre o después de su muerte, ni se ha conocido nadie que haya vuelto de los infiernos o del otro mundo.
Sab 2:3 Apagada que sea, quedará nuestro cuerpo reducido a ceniza; y el espíritu se disipará, cual sutil aire; se desvanecerá ha, como una nube que pasa, nuestra vida; y desaparecerá como niebla herida de los rayos del sol, y disuelta con su calor.
Sab 2:5 Porque el tiempo de nuestra vida es una sombra que pasa, y no hay retorno después de la muerte; porque queda puesto el sello, y nadie vuelve atrás.
Sab 2:15 No podemos sufrir ni aun su vista; porque no se asemeja su vida a la de los otros, y sigue una conducta muy diferente.
Sab 3:17 Y dado que tuvieren larga vida, para nada se contará con ellos, y su última vejez será sin honra.
Sab 4:9 y es edad anciana la vida inmaculada.
Sab 4:13 Con lo poco que vivió, llenó la carrera de una larga vida.
Sab 4:16 Mas el justo muerto condena a los impíos que viven; y su juventud pronto acabada, la larga vida del pecador.
Sab 5:4 ¡Insensatos de nosotros! Su tenor de vida nos parecía una necedad, y su muerte una ignominia.
Sab 7:6 Una misma, pues, es para todos la entrada a la vida, y semejante es la salida.
Sab 8:5 Y si en esta vida se codician las riquezas, ¿qué cosa más rica que la sabiduría, creadora de todas las cosas?
Sab 8:7 Y si alguno ama la justicia o santidad de vida, frutos son de los trabajos u obras de esta sabiduría las grandes virtudes; por ser ella la que enseña la templanza, la prudencia, y la justicia, y la fortaleza, que son las cosas más útiles a los hombres en esta vida.
Sab 8:7 Y si alguno ama la justicia o santidad de vida, frutos son de los trabajos u obras de esta sabiduría las grandes virtudes; por ser ella la que enseña la templanza, la prudencia, y la justicia, y la fortaleza, que son las cosas más útiles a los hombres en esta vida.
Sab 13:11 Como cuando un artífice o escultor hábil corta del bosque un árbol derecho, y diestramente le quita toda la corteza y valiéndose de su arte fabrica mañosamente un mueble a propósito para el servicio de la vida,
Sab 13:17 Y sin embargo, ofreciéndole votos, la consulta sobre su hacienda, sobre sus hijos y sobre sus matrimonios. Ni se corre de hablar con aquello que carece de vida;
Sab 13:18 antes bien suplica por la salud a un inválido, y ruega por la vida a un muerto, e invoca en su ayuda a un estafermo;
Sab 14:12 Pues la invención de los ídolos fue el origen de la idolatría, y su hallazgo la corrupción de la vida,
Sab 15:9 Pero él no se cura del trabajo que le ha de costar, ni de la brevedad de su vida; sino que va a competencia con los artífices de oro y de plata, e imita también a los broncistas, y pone su gloria en formar cosas inútiles;
Sab 15:10 pues su corazón es ceniza o polvo, y vil tierra su esperanza, y su vida más despreciable que el barro;
Sab 15:11 como que no conoce al que lo ha creado e infundido el alma con que trabaja, e inspirándole el espíritu de vida.
Sab 15:12 Y aun han creído éstos ser nuestra vida un juego, y que toda nuestra ocupación debe reducirse a amontonar riquezas, y que convie-ne ganar por cualquier medio, aunque sea ma-lo.
Sab 15:17 Porque siendo, como es, mortal, forma con manos sacrílegas una cosa muerta; siendo él mejor que aquellos a quienes adora, pues él, aunque mortal, ha obtenido la vida, pero aquéllos nunca vivirán.
Sab 16:9 Pues aquéllos perecieron mordidos de las langostas y moscas, sin que hallase remedio para su vida; porque merecían ser consumidos de semejantes insectos.
Sab 16:13 Pues tú eres, ¡oh Señor!, el dueño de la vida y de la muerte, y tú nos conduces hasta las puertas de la muerte, y nos haces volver atrás desde ellas.