Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hijos

Rom 9:8 Es decir, no los que son hijos de la carne, éstos son hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa, ésos se cuentan por descendientes de Abrahán.
Rom 9:8 Es decir, no los que son hijos de la carne, éstos son hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa, ésos se cuentan por descendientes de Abrahán.
Rom 9:10 Mas no solamente se vio esto en Sara, sino también en Rebeca, que concibió de una vez dos hijos de Isaac, nuestro padre.
Rom 9:26 Y sucederá que en el mismo lugar en que se les dijo: Vosotros no sois mi pueblo, allí serán llamados hijos de Dios vivo.
Rom 9:27 Por otra parte Isaías exclama con respecto a Israel: Aun cuando el número de los hijos de Israel fuese igual al de las arenas del mar, sólo un pequeño residuo de ellos se salvará.
I Cor 4:14 No os escribo estas cosas porque quiera sonrojaros, sino que os amonesto como a hijos míos muy queridos.
I Cor 7:14 Porque un marido infiel es santificado por la mujer fiel, y la mujer infiel santificada por el marido fiel; de lo contrario, vuestros hijos serían mancillados, cuando ahora son santos.
I Cor 11:32 Si bien cuando lo somos, el Señor nos castiga como a hijos con el fin de que no seamos condenados junto con este mundo.
I Cor 15:48 Así como el primer hombre ha sido terreno, han sido también terrenos sus hijos; y así como es celestial el segundo hombre, son también celestiales sus hijos.
I Cor 15:48 Así como el primer hombre ha sido terreno, han sido también terrenos sus hijos; y así como es celestial el segundo hombre, son también celestiales sus hijos.
II Cor 3:7 Que si el ministerio de aquella ley de muerte, grabada con letras sobre dos piedras, fue tan glorioso que no podían los hijos de Israel fijar la vista en el rostro de Moisés por el resplandor de su cara, resplandor que no era duradero,
II Cor 3:13 Y no hacemos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, por cuanto no podían los hijos de Israel fijar la vista en el resplandor de su cara, aunque no debía durar,
II Cor 6:13 Volvedme, pues, amor por amor, os hablo como a hijos míos, ensanchad también para mí vuestro corazón.
II Cor 6:18 y yo os acogeré, y seré yo vuestro padre, y vosotros seréis mis hijos y mis hijas, dice el Señor todopoderoso.
II Cor 12:14 He ahí que es ésta la tercera vez que me dispongo para ir a veros, y tampoco os ocasionaré molestia. Porque a vosotros os busco yo, no vuestros bienes; atento a que no son los hijos los que deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.
II Cor 12:14 He ahí que es ésta la tercera vez que me dispongo para ir a veros, y tampoco os ocasionaré molestia. Porque a vosotros os busco yo, no vuestros bienes; atento a que no son los hijos los que deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.
Gál 3:7 Reconoced, pues, que los que abrazan la fe, esos son los verdaderos hijos de Abrahán.
Gál 3:26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Jesucristo.
Gál 3:29 Y siendo vosotros miembros de Cristo , sois por consiguiente hijos de Abrahán, y los herederos según la promesa.
Gál 4:5 para redimir a los que estaban debajo de la ley y a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Gál 4:6 Y por cuanto vosotros sois hijos, envió Dios a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual nos hace clamar: ¡Abba!, esto es: ¡Padre mío!
Gál 4:22 Porque escrito está que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava Agar, y otro de la libre, que era Sara.
Gál 4:25 porque el Sinaí es un monte de la Arabia que corresponde a la Jerusalén de aquí abajo, la cual es esclava con sus hijos.
Gál 4:27 Porque escrito está: Alégrate estéril, que no pares, prorrumpe en gritos de júbilo, tú que no eres fecunda; porque son muchos más los hijos de la que ya estaba abandonada por estéril, que los de la que tiene marido.
Gál 4:28 Nosotros, pues, hermanos, somos los hijos de la promesa, figurados en Isaac.
Gál 4:31 Según esto, hermanos, nosotros no somos hijos de la esclava, sino de la libre; y Cristo es el que nos ha adquirido esta libertad.
Ef 1:5 habiéndonos predestinado a ser de hijos suyos adoptivos por Jesucristo a gloria suya, por un puro efecto de su buena voluntad,
Ef 2:2 en que vivisteis en otro tiempo, según la costumbre de este siglo mundano, a merced del príncipe que ejerce su potestad sobre este aire, que es el espíritu que al presente domina en los hijos rebeldes,
Ef 2:3 entre los cuales fuimos así mismo todos nosotros en otro tiempo siguiendo nuestros deseos carnales, haciendo la voluntad de la carne y de las sugestiones de los demás vicios, y éramos por naturaleza u origen hijos de ira, no menos que todos los demás;
Ef 3:5 misterio que en otras edades no fue conocido de los hijos de los hombres, en la manera que ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu Santo,
Ef 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios, como sois sus hijos muy queridos,
Ef 5:8 Porque verdad es que en otro tiempo no erais sino tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Y así proceded como hijos de la luz.
Ef 6:4 Y vosotros, padres, no irritéis con excesivo rigor a vuestros hijos; mas educadlos corrigiéndolos e instruyéndolos según la doctrina del Señor.
Filip 2:15 para que seáis irreprensibles y sencillos como hijos de Dios, sin tacha en medio de una nación depravada y perversa, en donde resplandecéis como lumbrera del mundo,
Col 3:21 Padres, no provoquéis a ira, o no irritéis, a vuestros hijos con excesiva severidad, para que no se hagan pusilánimes o apocados.
I Tes 2:7 Pudiendo como apóstoles de Cristo gravaros, con la carga de nuestra subsistencia, más bien nos hicimos párvulos, o mansos y suaves, en medio de vosotros, como una madre que está criando, llena de ternura para con sus hijos,
I Tes 2:11 sabiendo, como sabéis, que nos hemos portado con cada uno de vosotros (a la manera que un padre con sus hijos)
I Tes 5:5 puesto que todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no lo somos de la noche ni de las tinieblas.
I Tes 5:5 puesto que todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no lo somos de la noche ni de las tinieblas.
I Tes 5:8 Nosotros que somos hijos del día, o de la luz de la fe, vivamos en sobriedad, vestidos de cota de fe y de caridad, y teniendo por casco la esperanza de la salud eterna;
I Tim 2:15 Verdad es que se salvará por medio de la buena crianza de los hijos, si persevera en la fe y en la caridad, en santa y arreglada vida.
I Tim 3:4 que sepa gobernar bien su casa, teniendo los hijos a raya con toda decencia.
I Tim 3:12 Los diáconos sean esposos de una sola mujer, que gobiernen bien sus hijos y sus familias.
I Tim 5:4 Que si alguna viuda tiene hijos o nietos, atienda primero a gobernar bien su casa y dar el retorno debido a sus padres; pues esto es lo que a Dios agrada.
I Tim 5:10 Sus buenas obras den testimonio de ella, si ha educado bien a los hijos, si ha ejercitado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha practicado toda suerte de virtudes.
I Tim 5:14 Quiero, pues, más en este caso, que las que son jóvenes se vuelvan a casar, críen hijos, sean buenas madres de familia, no den al enemigo ninguna ocasión de maledicencia.
Tit 1:6 escogiendo para tan sagrado ministerio a quien sea sin tacha, casado una sola vez, que tenga hijos fieles, no infamados de lujuria, ni desobedientes.
Tit 2:4 enseñando el pudor a las jóvenes, a que amen a sus maridos, y a cuidar de sus hijos,
Heb 2:10 Por cuanto era cosa digna que aquel Dios para quien y por quien son todas las cosas, habiendo de conducir a muchos hijos adoptivos a la gloria, consumase o inmolase por medio de la pasión y muerte al autor y modelo de la salvación de los mismos, Jesucristo Señor nuestro.
Heb 2:13 Y en otra parte: Yo pondré en él toda mi confianza. Item: He aquí, yo y mis hijos, que Dios me ha dado.