Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

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II Esd 2:20 Pero yo les respondí y dije: El Dios del cielo es quien nos ayuda; nosotros somos sus siervos, e iremos adelante, y proseguiremos la obra; pues vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni se os nombra para nada en Jerusalén .
II Esd 4:5 No encubras, no disimules su maldad, ni sea borrado su pecdado delante de tu vis-ta, ya que han escarnecido a los que reedifican tu ciudad santa.
II Esd 4:23 Yo, pues, ni mis hermanos, ni mis criados, ni las guardias que me seguían, nos desnudábamos; ninguno se quitaba los vestidos sino para alguna purificación o lavatorio.
II Esd 4:23 Yo, pues, ni mis hermanos, ni mis criados, ni las guardias que me seguían, nos desnudábamos; ninguno se quitaba los vestidos sino para alguna purificación o lavatorio.
II Esd 4:23 Yo, pues, ni mis hermanos, ni mis criados, ni las guardias que me seguían, nos desnudábamos; ninguno se quitaba los vestidos sino para alguna purificación o lavatorio.
II Esd 5:5 Ahora, bien, nuestra carne no es mas ni menos como la carne de estos ricos que son nuestros hermanos, y nuestros hijos valen tanto como los suyos, y, con todo, nosotros les vendemos por esclavos nustros hijos e hijas; y no tendremos con qué rescatar nuestras hijas de la esclavitud, y nuestros campos y viñas están en manos de otros.
II Esd 5:14 Por lo que hace a mí, desde el día aquel en que me mandó el rey que fuese gobernador de la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, por espacio de doce años, ni yo, ni mis hermanos hemos recibido los alimentos o salarios debidos a los gobernadores;
II Esd 5:14 Por lo que hace a mí, desde el día aquel en que me mandó el rey que fuese gobernador de la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, por espacio de doce años, ni yo, ni mis hermanos hemos recibido los alimentos o salarios debidos a los gobernadores;
II Esd 5:16 antes bien trabajé en la constrrucción del muro, y no compré ni una heredad, y acudían todos mis criados a la obra.
II Esd 7:61 Y he aquí los que vinieron de Telmela, Telarsa, Querub, Addón y Emmer ciudades de Caldea, y no pudieron hacer constar la familia de sus padres, ni su linaje, ni si eran del pueblo de Israel.
II Esd 7:61 Y he aquí los que vinieron de Telmela, Telarsa, Querub, Addón y Emmer ciudades de Caldea, y no pudieron hacer constar la familia de sus padres, ni su linaje, ni si eran del pueblo de Israel.
II Esd 8:9 Y Nehemías (que es el mismo Atersata o copero del rey), y Esdras sacerdote y escriba, y los levitas, queinterpretaban la ley a todo el pueblo, dijeron: Este día está consagrado al Señor Dios nuestro; no gimáis, ni lloréis. Porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
II Esd 9:17 No quisieron escucharte ni acordarse de las maravillas que a favor de ellos hiciste; antes endurecieron sus cervices, y como rebeldes quisieron elegirse un caudillo para volverse a su esclavitud de Egipto. Pero tú, oh Dios propicio, clemente y misericordioso, de larga, y de mucha benignidad, no los abandonaste,
II Esd 9:18 ni aun cuando se forjaron un becerro de fundición, dijeron: Este, oh Israel, es tu Dios, el que te ha sacado de Egipto, y cometieron horribles blasfemias.
II Esd 9:19 Tú, no obstante, por tu misericordia no los abandonaste en el desierto; no se apartó de ellos en el día la columna de nube que les mostraba el camino, ni de noche la columna de fuego para enseñarles la senda que habían de seguir.
II Esd 9:21 Por cuarenta años los alimentaste en el desierto, y nada les falto; sus vestidos no se gastaron, ni se lastimaron sus pies.
II Esd 9:31 Si bien por tu grandísima e infinita misericordia no acabaste con ellos, ni los abandonaste, porque tú eres un Dios de benignidad y de clemencia.
II Esd 9:34 Nuestros reyes, nuestros magnates, nuestros sacerdotes, y nuestros padres no han aguardado tu ley, no han atendido a tus mandamientos, ni a las amonestaciones con que los reconvenías.
II Esd 9:35 Al contrario, mientras reinaban y gozaban de los muchos beneficios que les hacías, y de esta espaciosa y feraz tierra que habías entregado a su disposición, ni te sirvieron, ni se apartaron de sus pésimas inclinaciones.
II Esd 9:35 Al contrario, mientras reinaban y gozaban de los muchos beneficios que les hacías, y de esta espaciosa y feraz tierra que habías entregado a su disposición, ni te sirvieron, ni se apartaron de sus pésimas inclinaciones.
II Esd 10:30 y que no daríamos nuestras hijas a varones de otra nación, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
II Esd 10:31 Asimismo que cuando los gentiles traen mercaderías y comestibles en día de sábado, no se las compraremos en sábado, ni en ningún otro día de fiesta; que dejaremos descansar la tierra el año séptimo, y no exigiremos en él deuda ninguna.
II Esd 13:1 Por aquel tiempo se hacía en presencia del pueblo la lectura del libro de la ley de Moisés; y se halló escrito en él que ningún amonita, ni moabita debe jamás entrar en la congregación del pueblo de Dios,
II Esd 13:25 Por tanto los reprendí, y los maldije. E hice azotar algunos de ellos, y mesarles los cabellos, y que jurasen por Dios que no darían sus hijas a los hijos de los tales, ni tomarían de las hijas de ellos para sus hijos ni para sí mismos. Y dije:
II Esd 13:25 Por tanto los reprendí, y los maldije. E hice azotar algunos de ellos, y mesarles los cabellos, y que jurasen por Dios que no darían sus hijas a los hijos de los tales, ni tomarían de las hijas de ellos para sus hijos ni para sí mismos. Y dije:
Tob 2:21 cuyo balido, como lo oyese su marido, dijo: Mirad que no sea acaso hurtado: restituidlo a sus dueños porque no nos es lícito comer, ni tocar cosa robada.
Tob 3:3 Ahora, pues, Señor, acuérdate de mí, y no tomes venganza de mis pecados, ni refresques la memoria de mis culpas, ni de las de mis padres.
Tob 3:3 Ahora, pues, Señor, acuérdate de mí, y no tomes venganza de mis pecados, ni refresques la memoria de mis culpas, ni de las de mis padres.
Tob 3:5 Grandes son al presente, Señor, y terribles tus juicios, porque nosotros no ponemos en obra tus preceptos, ni procedemos sinceramente delante de ti.
Tob 3:9 Reprendiendo, pues, a la muchacha por alguna falta, ésta le replicó, diciendo: Nunca jamás veamos entre nosotros sobre la tierra hijo ni hija nacida de ti, homicida o ahogadora de tus maridos.
Tob 3:10 ¿Quieres tú acaso matarme también a mi como ya has hecho con siete maridos? A estas voces se retiró Sara al cuarto más alto de su casa; y pasó tres días y tres noches sin comer ni beber,
Tob 3:17 Jamás me acompañé con gente licenciosa, ni tuve trato con los que se portan livianamente.
Tob 4:18 Pon tu pan y tu vino sobre la sepultura del justo, y no comas ni bebas de ello con los pecadores.
Tob 5:2 Mas no sé cómo he de ir a recobrar ese dinero; él no me conoce a mí, ni yo lo conozco a él; ¿qué señas le daré? cuánto más que aún no sé el camino para ir allá.
Tob 6:11 Y le respondió el ángel: Aquí hay un hombre llamado Raguel, pariente tuyo, de tu tribu, el cual tiene una hija llamada Sara, y no tiene otro varón ni hembra fuera de ésta.
Tob 7:10 dijo Tobías: Yo no comeré ni beberé hoy aquí, si primero no me otorgas mi petición, prometiendo darme a Sara, tu hija.
Jud 4:9 Y todos a una voz clamaron al Señor Dios de Israel que no fuesen arrebatados sus hijos, ni robadas sus mujeres, ni exterminadas las ciudades, ni profanado el santuario, ni reducidos ellos a ser el oprobio de las naciones.
Jud 4:9 Y todos a una voz clamaron al Señor Dios de Israel que no fuesen arrebatados sus hijos, ni robadas sus mujeres, ni exterminadas las ciudades, ni profanado el santuario, ni reducidos ellos a ser el oprobio de las naciones.
Jud 4:9 Y todos a una voz clamaron al Señor Dios de Israel que no fuesen arrebatados sus hijos, ni robadas sus mujeres, ni exterminadas las ciudades, ni profanado el santuario, ni reducidos ellos a ser el oprobio de las naciones.
Jud 4:9 Y todos a una voz clamaron al Señor Dios de Israel que no fuesen arrebatados sus hijos, ni robadas sus mujeres, ni exterminadas las ciudades, ni profanado el santuario, ni reducidos ellos a ser el oprobio de las naciones.
Jud 5:13 Al mismo tiempo un ejército innumerable de egipcios que iba tras de ellos persiguiéndolos por el mismo paso, fue de tal suerte sumergido por las aguas, que ni uno siquiera quedó para poder referir el suceso a los venideros.
Jud 5:14 Salidos del mar Rojo, hicieron alto en los desiertos del monte Sinaí , donde jamás hombre alguno pudo habitar, ni descansar ninguna persona.
Jud 5:16 Doquiera que pusieron el pie, sin arco ni saeta, sin escudo, ni espada, peleó por ellos su Dios, y fue siempre vencedor.
Jud 5:16 Doquiera que pusieron el pie, sin arco ni saeta, sin escudo, ni espada, peleó por ellos su Dios, y fue siempre vencedor.
Jud 5:27 ¿Quién es éste que dice que al rey Nabucodonosor y a sus ejércitos le pueden hacer frente los hijos de Israel, unos hombres sin armas, y sin valor, ni pericia en el arte militar?
Jud 7:8 Pero los amonitas y los moabitas fueron y dijeron a Holofernes: Los hijos de Israel no ponen su confianza en sus lanzas ni en sus flechas, sino que su defensa y fortificaciones son los montes y los collados escarpados.
Jud 7:11 Y después de veinte días que se hacía esta guardia, llegaron a agotarse todas las cisternas y depósitos de agua de todos los habitantes de Betulia, de manera que no tenían dentro de la ciudad agua ni para saciar la sed un solo día, por lo que diariamente se repartía a los vecinos el agua por medida.
Jud 8:15 Porque no son las amenazas de Dios como las de los hombres, ni él se enciende en cólera como los hijos de los hombres.
Jud 9:16 Que no consiste, Señor, tu poder en la multitud de escuadrones, ni te complaces en la fuerza de la caballería; desde el principio del mundo te han desagradado los soberbios habiéndote sido siempre grata la oración de los humildes y mansos.
Jud 10:13 Por cuyo motivo pensé, y dije para conmigo: Iré a presentarme al príncipe Holofernes, para descubrirle los secretos de los hebreos, y darle un medio para sorprenderlos sin perder ni un hombre siquiera del ejército.