Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

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II Par 6:14 habló de esta manera: Señor Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni en el cielo ni en la tierra; a ti que guardas el pacto y usas de misericordia con tus siervos, con los que siguen de todo su corazón tus caminos.
II Par 6:14 habló de esta manera: Señor Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni en el cielo ni en la tierra; a ti que guardas el pacto y usas de misericordia con tus siervos, con los que siguen de todo su corazón tus caminos.
II Par 9:2 Mas Salomón le descifró todas las cosas que le propuso; ni hubo punto que no se lo declarase.
II Par 10:16 Entonces todo el pueblo, al oír la respuesta tan dura del rey, le habló así: Nosotros nada tenemos que ver con la casa de David; ni nada que esperar del hijo de Isaí. Retírate, oh Israel, a tus habitaciones; y tú Roboam, hijo de David, rige tu casa. Y se retiró Israel a sus habitaciones.
II Par 11:4 Esto dice el Señor: No marcharéis ni pelearás contra vuestros hermanos. Vuelva cada uno a su casa; pues se ha hecho esta división por voluntad mía. Así que oyeron ellos la palabra del Señor, se retiraron y no pasaron adelante contra Jeroboam.
II Par 16:12 Cayó finalmente enfermo Asá el año treinta y nueve de su reinado, de un dolor de pies agudísimo; y ni aun en su dolencia recurrió al Señor, sino que confió más en el saber de los médicos.
II Par 18:30 Había dado el rey de Siria esta orden a los capitanes de su caballería: No peleéis contra nadie, pequeño ni grande, sino tan solamente contra el rey de Israel.
II Par 19:7 Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
II Par 19:7 Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
II Par 20:15 y dijo: Atención, oh pueblo de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén , y tú, oh rey Josafat: Esto os dice el Señor: No tenéis que temer ni acobardaros a vista de esa muchedumbre, porque el combate no está a cargo vuestro, sino de Dios.
II Par 20:17 No tendréis vosotros que pelear; manteneos solamente a pie firme con confianza, y veréis, oh habitantes de Judá y Jerusalén , el socorro del Señor sobre vosotros; no tenéis que temer ni acobardaros; mañana saldréis contra ellos, y el Señor estará con vosotros.
II Par 20:24 Los de Judá, así que llegaron a la altura desde donde se descubre el desierto, vieron a lo lejos todo aquel espacioso campo cubierto de cadáveres, y que ni uno siquiera había escapado a la mortandad.
II Par 20:25 Llegó, pues, Josafat con todo su ejército para coger los despojos de los muertos; y hallaron entre los cadáveres muchas alhajas, y vestidos, y vasos preciosísimos, y lo cogieron todo; siendo tanto el botín, que no sabían cómo llevarlo, ni pudieron en tres días recoger todos los despojos.
II Par 21:12 Entonces le entregaron una carta del profeta Elías, en la cual estaba escrito: Esto dice el Señor Dios de tu padre David: Ya que tú no has seguido las pisadas de Josafat, tu padre, ni las pisadas de Asá, rey de Judá,
II Par 25:4 pero no mató a sus hijos, conformándose con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor mandó expresamente: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
II Par 25:7 Entonces vino a encontrarle un varón de Dios, y le dijo: Oh rey, no vaya contigo el ejército de Israel, porque el Señor no está con Israel, ni con ninguno de los hijos de Efraín.
II Par 31:1 Concluidas todas las ceremonias de la fiesta, salieron todos los israelitas que moraban en las ciudades de Judá, e hicieron pedazos los ídolos, y cortaron los bosques a ellos dedicados, y derribaron los adoratorios de los lugares altos, y destruyeron los altares; no sólo en todo el país de Judá y de Benjamín, sino también de Efraín y Manasés; ni pararon hasta no dejar rastro de ellos; y después de esto se volvieron todos los hijos de Israel a sus posesiones y ciudades.
II Par 32:7 Portaos con valor, y cobrad bríos. No temáis, ni tengáis miedo del rey de los asirios, ni de todo el gentío que viene con él; porque muchos más están por nuestra parte que por la suya.
II Par 32:7 Portaos con valor, y cobrad bríos. No temáis, ni tengáis miedo del rey de los asirios, ni de todo el gentío que viene con él; porque muchos más están por nuestra parte que por la suya.
II Par 32:15 No os dejéis, pues, engañar de Ezequías , ni seducir con vanas persuasiones, y no le deis crédito; porque si ninguno de los dioses de las naciones, ni de los otros reinos, pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, es consiguiente que tampoco vuestro Dios podrá libertaros de caer en las mías.
II Par 32:15 No os dejéis, pues, engañar de Ezequías , ni seducir con vanas persuasiones, y no le deis crédito; porque si ninguno de los dioses de las naciones, ni de los otros reinos, pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, es consiguiente que tampoco vuestro Dios podrá libertaros de caer en las mías.
II Par 32:15 No os dejéis, pues, engañar de Ezequías , ni seducir con vanas persuasiones, y no le deis crédito; porque si ninguno de los dioses de las naciones, ni de los otros reinos, pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, es consiguiente que tampoco vuestro Dios podrá libertaros de caer en las mías.
II Par 34:2 E hizo lo que era recto a los ojos del Señor, y siguió los pasos de su padre David, sin torcer ni a la derecha ni a la izquierda.
II Par 34:2 E hizo lo que era recto a los ojos del Señor, y siguió los pasos de su padre David, sin torcer ni a la derecha ni a la izquierda.
II Par 34:21 Id, y orad o consultad al Señor por mí y por las reliquias de Israel y de Judá, acerca de todas las palabras de este libro que se ha encontrado; porque grande es el furor o azote del Señor que está para descargar sobre nosotros; por cuanto no han guardado nuestros padres las palabras del Señor, ni cumplido todo cuanto está escrito en este libro.
II Par 35:15 Entretanto los cantores, hijos de Asaf, estaban en su coro, conforme a lo dispuesto por David, y por Asaf, y Hemán, e Iditún, profetas del rey; y los porteros estaban de guardia en cada una de las puertas sin apartarse ni por un instante de su ministerio; por eso sus hermanos los levitas les aparejaron también la comida.
II Par 35:18 No hubo Pascua semejante a ésta en Israel desde el tiempo del profeta Samuel; ni hubo ninguno de todos los reyes de Israel que como Josías celebrase una Pascua con los sacerdotes y levitas y con todo Judá y cuantos se hallaron allí de Israel, y con los habitantes de Jerusalén .
II Par 36:12 E hizo el mal delante de los ojos del Señor su Dios, ni respetó a Jeremías profeta, que le hablaba de parte del Señor.
II Par 36:17 Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
II Par 36:17 Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
II Par 36:17 Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
I Esd 4:13 Advierte, pues, oh rey, que si esta ciudad se reedifica y se reparan sus muros, no pagarán ya más tributo, ni alcabalas, ni rentas anuales, y el daño llegará hasta los reyes.
I Esd 4:13 Advierte, pues, oh rey, que si esta ciudad se reedifica y se reparan sus muros, no pagarán ya más tributo, ni alcabalas, ni rentas anuales, y el daño llegará hasta los reyes.
I Esd 7:24 También os notificamos que no tenéis potestad de imponer alcabala, ni tributo, ni otras cargas a ninguno de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y natineos, y sirvientes de la casa de este Dios.
I Esd 7:24 También os notificamos que no tenéis potestad de imponer alcabala, ni tributo, ni otras cargas a ninguno de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y natineos, y sirvientes de la casa de este Dios.
I Esd 9:1 Cumplidas estas cosas, acudieron a mí los príncipes de las familias, diciendo: Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes y levitas se han mantenido segregados de los pueblos de estos países y de sus abominaciones, es a saber, de los cananeos, heteos y ferezeos, de los jebuseos y amonitas, y moabitas, y egipcios, y amorreos;
I Esd 9:12 por tanto no daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis sus hijas por esposas de vuestros hijos, ni procuraréis jamás la amistad ni su prosperidad, si queréis haceros poderosos, y comer de los bienes de esta tierra, y dejarla a vuestros hijos en perpetua herencia.
I Esd 9:12 por tanto no daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis sus hijas por esposas de vuestros hijos, ni procuraréis jamás la amistad ni su prosperidad, si queréis haceros poderosos, y comer de los bienes de esta tierra, y dejarla a vuestros hijos en perpetua herencia.
I Esd 9:12 por tanto no daréis vuestras hijas a sus hijos, ni tomaréis sus hijas por esposas de vuestros hijos, ni procuraréis jamás la amistad ni su prosperidad, si queréis haceros poderosos, y comer de los bienes de esta tierra, y dejarla a vuestros hijos en perpetua herencia.
I Esd 9:14 con la condición de que no volvamos atrás, ni violemos tus mandamientos, ni emparentemos con los pueblos reos de semejantes abominaciones. ¿Por ventura estás irritado contra nosotros hasta querer nuestro total exterminio, de suerte que no dejes salvos ni aun los restos de nuestro pueblo?
I Esd 9:14 con la condición de que no volvamos atrás, ni violemos tus mandamientos, ni emparentemos con los pueblos reos de semejantes abominaciones. ¿Por ventura estás irritado contra nosotros hasta querer nuestro total exterminio, de suerte que no dejes salvos ni aun los restos de nuestro pueblo?
I Esd 9:14 con la condición de que no volvamos atrás, ni violemos tus mandamientos, ni emparentemos con los pueblos reos de semejantes abominaciones. ¿Por ventura estás irritado contra nosotros hasta querer nuestro total exterminio, de suerte que no dejes salvos ni aun los restos de nuestro pueblo?
I Esd 10:6 Partió, pues, Esdras de delante del templo de Dios, y se fue al aposento de Johanán, hijo de Eliasib, sumo sacerdote; y entrado allí no comió ni bebió, porque no cesaba de llorar la prevaricación de los que habían venido del cautiverio.
I Esd 10:13 mas como la gente es mucha y el tiempo está lluvioso, no podemos estar al descubierto, y no es este negocio de un día ni de dos (por ser tan grande y de tantos el pecado que hemos cometido),
II Esd 2:16 Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
II Esd 2:16 Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
II Esd 2:16 Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
II Esd 2:16 Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
II Esd 2:16 Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
II Esd 2:20 Pero yo les respondí y dije: El Dios del cielo es quien nos ayuda; nosotros somos sus siervos, e iremos adelante, y proseguiremos la obra; pues vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni se os nombra para nada en Jerusalén .