PARA el fin: por el auxilio de la mañana, Salmo de David. 2 ¡Oh Dios!, ¡oh Dios mío, vuelve a mí tus ojos! ¿Por qué me has desamparado? Los gritos de los pecados míos alejan de mí la salud.

3 Clamaré, oh Dios mío, durante el día, y no me oirás; clamaré de noche, y no por mi culpa. 4 Tú habitas en la santa morada, tú, ¡oh gloria de Israel! 5 En ti esperaron nuestros padres; esperaron en ti, y tú los libraste. 6 A ti clamaron, y fueron puestos a salvo. Confiaron en ti, y no tuvieron por qué avergonzarse. 7 Bien que yo soy un gusano, y no un hombre; el oprobio de los hombres, y el desecho de la gente. 8 Todos los que me miran, hacen mofa de mí con palabras y con meneos de cabeza, diciendo:

9 En el Señor esperaba que le liberte; sálvele, ya que tanto le ama.

10 Sin embargo, tú eres quien me sacó del seno materno; y mi esperanza desde que yo estaba colgado de los pechos de mi madre. 11 Desde las entrañas de mi madre fui arrojado en tus brazos; desde el seno materno te tengo por mi Dios. 12 No te apartes de mí; porque se acerca la tribulación, y no hay nadie que me socorra. 13 Cercado me han novillos en gran número; recios y bravos toros me han sitiado. 14 Abrieron su boca contra mí, como león rapante y rugiente. 15 Me he disuelto como agua, y todos mis huesos se han dispersado. Mi corazón está como una cera, derritiéndose dentro de mis entrañas. 16 Todo mi verdor se ha secado, como un vaso de barro cocido; mi lengua se ha pegado al paladar; y me vas conduciendo al polvo del sepulcro. 17 Porque me veo cercado de una multitud de rabiosos perros: me tiene sitiado una turba de malignos. Han taladrado mis manos y mis pies.

18 Han contado mis huesos uno por uno. Se pusieron a mirarme despacio, y a observarme. 19 Repartieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica.

20 Mas tú, oh Señor, no me dilates tu socorro; atiende luego a mi defensa. 21 Libra mi vida, oh Dios, de la espada; y de las garras de los canes de mi alma. 22 Sálvame de la boca del león; salva de las astas de los toros mi pobre alma.

23 Anunciaré tu santo Nombre a mis hermanos; publicaré tus alabanzas en medio de tu pueblo.

24 Oh, vosotros que teméis al Señor, alabadle; glorificadle vosotros, descendientes todos de Jacob . 25 Témale todo el linaje de Israel, porque no despreció ni desatendió la súplica del pobre, ni apartó de mí su rostro; antes así que clamé a él, luego me oyó. 26 A ti se dirigirán mis alabanzas; en presencia de los que le temen cumpliré yo mis votos. 27 Los pobres comerán y quedarán saciados; y los que buscan al Señor le cantarán alabanzas; sus corazones vivirán por los siglos de los siglos. 28 Se acordará de los beneficios recibidos, y se convertirá al Señor toda la extensión de la tierra; y se postrarán ante su acatamiento las familias todas de las gentes. 29 Porque del Señor es el reino; y él tendrá el imperio de las naciones. 30 Comieron, y le adoraron todos los ricos de la tierra; ante su acatamiento se postrarán todos los mortales. 31 Y mi alma vivirá para él, y a él servirá mi descendencia. 32 Será contada como la del Señor la generación venidera; y los cielos anunciarán la justicia de él al pueblo que nacerá, formado por el Señor.
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