Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

cada

III Rey 10:29 Un tiro de cuatro caballos sacado de Egipto costaba seiscientos siclos de plata, y cada caballo ciento cincuenta; y a este tenor le vendían los caballos todos los reyes de los heteos y de la Siria.
III Rey 12:24 Esto dice el Señor: No salgáis a campaña, ni peleéis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel; vuélvase cada cual a su casa; porque yo soy el que he dispuesto lo sucedido. Obedecieron ellos las palabras del Señor, y se volvieron según el Señor lo había mandado.
III Rey 19:2 Y envió Jezabel a decir a Elías: Trátenme los dioses con todo su rigor, si mañana a estas horas no te hiciere pagar con tu vida la que quitaste a cada uno de aquellos profetas.
III Rey 20:10 Volviéndose los mensajeros, llevaron a Benadad esta respuesta; el cual los despachó nuevamente, diciendo por medio de ellos a Acab: Háganme los dioses no bien, sino mucho mal, si todo el polvo o tierra de Samaria ha de ser bastante para que repartido entre mis soldados le quepa a cada uno un puñado.
III Rey 20:20 y cada uno de ellos mató al que se le puso delante; con lo que huyeron los siros, y fue Israel persiguiéndolos. Huyó también Benadad, rey de Siria, a uña de caballo, con los de su caballería.
III Rey 22:10 Estaban el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, sentados cada uno en su trono, vestidos de traje real en la era o plaza contigua a la puerta de Samaria; y todos los profetas falsos profetizando delante de los dos.
III Rey 22:17 Entonces dijo él: Yo vi a todo Israel dispersado por los montes, a semejanza de ovejas sin pastor; y dijo el Señor: Estos no tienen caudillo; vuélvase cada uno en paz a su casa.
III Rey 22:36 Y antes de ponerse el sol, un rey de armas tocó la trompeta por todo el ejército avisando que cada uno se volviese a su ciudad y a su país.
IV Rey 1:14 Ya sé que ha bajado fuego del cielo, y devorado a los dos primeros capitanes de cincuenta hombres y a los cincuenta que cada uno mandaba. Mas ahora yo te suplico que te apiades de mí.
IV Rey 3:25 destruyeron sus ciudades; llenaron de piedras, que cada uno echaba, los campos más fértiles; cegaron todos los manantiales de las aguas, y cortaron todos los árboles frutales; de suerte que solamente quedaron los muros de ladrillos o el castillo; mas la ciudad fue cercada por los honderos, y en gran parte derribada.
IV Rey 6:2 Vamos hasta el Jordán, y tome cada cual de nosotros maderas del bosque para edificarnos allí un lugar en que habitar. Respondió Eliseo: Id en hora buena.
IV Rey 9:13 Se levantaron entonces a toda prisa, y tomando cada uno su propio manto, le pusieron debajo de los pies de Jehú en forma de tribunal; y a son de trompetas lo proclamaron, diciendo: Jehú es nuestro rey.
IV Rey 9:21 Entonces dijo Joram: Pon el coche. Le pusieron el coche, y salió Joram, rey de Israel, en compañía de Ocozías, rey de Judá, cada cual en su coche y fueron al encuentro de Jehú, y lo hallaron en el campo de Nabot, jezraelita.
IV Rey 11:9 Ejecutaron puntualmente todo lo que les había ordenado el sumo sacerdote Joíada, y tomando cada uno de sus gentes, así los que entraban de semana como los que salían, se presentaron al sumo sacerdote Joíada,
IV Rey 12:4 Y Joás había dicho a los sacerdotes: Todo el dinero de cosas consagradas que fuere presentado en el templo del Señor por los forasteros que pasaren, y el que se ofrece por rescate de la persona, y el que voluntariamente y al arbitrio de su corazón trae cada cual al templo del Señor,
IV Rey 14:6 aunque no mató a los hijos de los que lo habían muerto, conforme a lo que se halla escrito en el libro de la ley de Moisés, según el precepto del Señor, que dice: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
IV Rey 14:12 fue el ejército de Judá derrotado por el de Israel; y cada cual huyó a su casa.
IV Rey 17:29 Con todo eso, cada uno de dichos pueblos se fabricó su dios, que colocaron en los adoratorios de las alturas, que habían erigido los de Samaria; cada nación puso el dios suyo en las poblaciones donde habitaba.
IV Rey 17:29 Con todo eso, cada uno de dichos pueblos se fabricó su dios, que colocaron en los adoratorios de las alturas, que habían erigido los de Samaria; cada nación puso el dios suyo en las poblaciones donde habitaba.
IV Rey 18:31 No queráis dar oídos a Ezequías ; porque he aquí lo que os dice el rey de los asirios: Capitulad conmigo lo que os tiene cuenta, y salid a rendiros a mí; y con esto comerá cada cual el fruto de su viña y de su higuera, y beberéis del agua de vuestras cisternas;
IV Rey 23:35 Joakim dio la plata y el oro al faraón, habiendo impuesto a todo el país un tributo personal para sacar la suma ordenada por el faraón, exigiendo de cada uno de sus vasallos así la plata como el oro, a proporción de su posibilidad, para dárselo al faraón Necao.
I Par 9:27 Por eso tenían cada uno su habitación alrededor del templo del Señor, y abrían a su tiempo las puertas por la mañana.
I Par 9:32 De los hijos de Caat, hermanos de éstos, había algunos que estaban encargados de los panes de la proposición, para renovarlos cada sábado.
I Par 12:22 Y a éste tenor cada día acudían gentes a David para prestarle auxilio, hasta juntarse en gran número, como un ejército de Dios.
I Par 12:32 De los hijos de Isacar vinieron también doscientos de los principales, hombres instruidos, que sabían discernir cada uno de los tiempos, a fin de prescribir lo que debía practicar Israel; y todo el resto de la tribu seguía su consejo.
I Par 16:41 Después de Sadoc seguían Hemán e Iditún, y los demás escogidos y señalados cada cual por su nombre para alabar al Señor diciendo: Que es eterna su misericordia.
I Par 16:43 Después volvió todo el pueblo cada cual a su casa, y David a la suya para bendecirla.
I Par 23:31 tanto en la oblación de los holocaustos del Señor, como en los días de sábado, y en las calendas, y en las demás festividades, según el número prescrito, observando constantemente delante del Señor las ceremonias particulares a cada cosa.
I Par 24:4 Pero se halló que era en mucho mayor número las cabezas de familias descendientes de Eleazar, que las de Itamar. Por eso a los descendientes de Eleazar los dividió en dieciséis familias con una cabeza para cada familia, y a los de Itamar en ocho familias.
I Par 25:7 El número de éstos, junto con sus hermanos, maestros todos que enseñaban a cantar los cánticos del Señor, fue de doscientos ochenta y ocho, doce de cada familia.
I Par 26:13 Se echaron, pues, las suertes por familias, con igualdad, sin distinción de pequeños ni grandes, para cada una de las puertas.
I Par 26:17 La puerta del oriente la guardaban seis levitas; la del norte cuatro, que se mudaban cada día; y la del mediodía cuatro, igualmente todos los días; y allí donde estaba el consejo, de dos en dos.
I Par 28:14 Le dio el oro, según el peso que había de tener cada uno de los vasos del ministerio; asimismo la plata, pesada según la diversidad de los vasos y de las hechuras.
I Par 28:15 Además para los candeleros de oro y sus mecheros dio el oro correspondiente a la medida de cada candelero y de los mecheros; e igualmente el peso necesario de plata para los candeleros de plata y sus mecheros, a proporción de su tamaño.
II Par 3:9 Aun los clavos los hizo hacer de oro, cada uno de los cuales pesaba cincuenta siclos; e igualmente cubrió de oro los artesonados del techo.
II Par 4:13 Igualmente cuatrocientas granadas y dos mallas, en tal disposición, que se juntaban dos órdenes de granada a cada una de las mallas que abrazaban los capiteles y frisos de las columnas.
II Par 6:30 tú lo oirás desde el cielo, desde esa tu excelsa morada, y le serás propicio, remunerando a cada uno según sus procederes, y conforme a lo que descubras en su corazón (pues sólo tú conoces los corazones de los hombres),
II Par 8:14 Distribuyó también, según las disposiciones de su padre David, las funciones de los sacerdotes en sus ministerios; y estableció el orden que debían guardar los levitas respecto al canto y al cumplimiento de sus oficios delante de los sacerdotes, según el rito de cada día; y el repartimiento de los porteros en cada una de las puertas; porque así lo había ordenado David, varón de Dios.
II Par 8:14 Distribuyó también, según las disposiciones de su padre David, las funciones de los sacerdotes en sus ministerios; y estableció el orden que debían guardar los levitas respecto al canto y al cumplimiento de sus oficios delante de los sacerdotes, según el rito de cada día; y el repartimiento de los porteros en cada una de las puertas; porque así lo había ordenado David, varón de Dios.
II Par 9:15 Hizo, pues, el rey Salomón doscientas picas de oro, cada una de las cuales llevaba de peso seiscientos siclos de oro;
II Par 9:16 y asimismo trescientas rodelas o adargas de oro, cubierta cada una de trescientos siclos de oro; lo que puso el rey en la armería, que estaba situada en el palacio llamado del Bosque.
II Par 9:18 Asimismo seis gradas por las que se subía al trono, y una tarima de oro, y dos brazos, uno por cada parte, y dos leones arrimados a los brazos,
II Par 11:4 Esto dice el Señor: No marcharéis ni pelearás contra vuestros hermanos. Vuelva cada uno a su casa; pues se ha hecho esta división por voluntad mía. Así que oyeron ellos la palabra del Señor, se retiraron y no pasaron adelante contra Jeroboam.
II Par 11:12 Hizo además de esto en cada una de las ciudades una armería de escudos y de picas, y las fortificó con sumo esmero; y reinó sobre las tribus de Judá y de Benjamín.
II Par 13:11 y los que ofrecen holocaustos al Señor cada día, mañana y tarde, y perfumes preparados según lo prescrito en la ley, y ponen los panes encima de la mesa limpísima; y está en nuestro poder el candelero de oro con sus mecheros, que se encienden siempre a la tarde; en suma, nosotros observamos los mandamientos del Señor Dios nuestro; a quien vosotros habéis abandonado.
II Par 18:16 Entonces dijo Miqueas: He visto a todo Israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor; y ha dicho el Señor: Estos no tienen quien los mande; que se vuelva cada uno en paz a su casa.
II Par 23:8 Los levitas, pues, y todo Judá ejecutaron puntualmente las órdenes del sumo sacerdote Joíada. Y tomó cada uno los hombres que tenía a su mando, así los que venían según el turno para hacer la semana, como los que, cumplida su semana, debían salir, porque el sumo sacerdote Joíada no había permitido que se marcharan las compañías de levitas, que al fin de la semana se sucedían unas a otras.
II Par 24:9 y se pregonó en Judá y en Jerusalén que cada cual trajese al Señor la contribución señalada por Moisés, siervo de Dios, a todo Israel en el desierto.
II Par 25:4 pero no mató a sus hijos, conformándose con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor mandó expresamente: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado personal.
II Par 30:21 De esta manera los hijos de Israel, que se hallaron en Jerusalén , celebraron con gran alegría la solemnidad de los Azimos por espacio de siete días, cantando cada día alabanzas al Señor, y asimismo los levitas y sacerdotes con los instrumentos músicos correspondientes a su oficio.