QUEDÓ, pues, Salomón , hijo de David, asegurado en su reino, y el Señor Dios suyo estaba con él, y lo engrandeció en sumo grado.

2 Entonces Salomón convocó a todo Israel, a los tribunos, y centuriones, y comandantes, y jueces de todo Israel, y a las cabezas de las familias, 3 y marchó con toda esta multitud al alto de Gabaón, donde estaba el Tabernáculo del Testamento de Dios, que Moisés, siervo de Dios, construyó en el desierto. 4 En cuanto al arca de Dios, David la había llevado de Cariatiarim al lugar que le había preparado, y donde le había erigido un Tabernáculo, esto es, a Jerusalén .

5 Mas el altar de bronce, hecho por Beseleel, hijo de Uri, hijo de Hur, estaba allá en Gabaón delante del Tabernáculo del Señor; y Salomón , con todo aquel congreso, fue allí a presentarse ante dicho altar.

6 Subió, pues, Salomón al altar de bronce, delante del Tabernáculo de la Alianza del Señor, y ofreció en él mil víctimas.

7 Y he aquí que aquella misma noche se le apareció Dios, diciendo: Pídeme lo que quieras que te conceda. 8 Respondió Salomón a Dios: Tú usaste de gran misericordia para con David, mi padre, y a mí me has constituido rey en su lugar. 9 Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,

10 dame sabiduría e inteligencia para poder gobernar bien a este pueblo tuyo; porque, ¿quién podrá gobernar dignamente a este tu pueblo, siendo como es tan grande?

11 Dijo entonces Dios a Salomón : Ya que esto es lo que ha agradado más a tu corazón, y no has pedido riquezas, ni hacienda, ni gloria, ni la muerte de aquellos que te odian, ni tampoco una larga vida; sino que has pedido sabiduría y ciencia para poder gobernar a mi pueblo, del cual yo te he hecho rey; 12 te son otorgadas sabiduría y ciencia; y además te daré riquezas, y hacienda, y gloria en tanto grado, que ninguno de los reyes ni antes ni después de ti te igualará.

13 Volvió después Salomón a Jerusalén desde el lugar alto de Gabaón de ante el Tabernáculo del Testamento; y reinó sobre Israel. 14 Y juntó carros de guerra, y gente de a caballo, y vino a tener hasta mil cuatrocientos carros armados, y doce mil soldados de a caballo, y los alojó en las ciudades destinadas para los carros de guerra, y en Jerusalén cerca de su persona.

15 E hizo el rey que la plata y el oro en Jerusalén fuese tan común como las piedras, y los cedros como las higueras silvestres que con tanta abundancia crecen en los campos. 16 Le llevaban caballos de Egipto y de Coa los comisarios regios, que iban a comprarlos por su justo precio: 17 Un tiro de cuatro caballos en seiscientos siclos de plata, y un caballo en ciento cincuenta; y del mismo modo se hacían semejantes compras en todos los reinos de los heteos y de los reyes de Siria.
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