Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

tienes

I Mac 10:71 Ahora bien, si tú tienes confianza en tus tropas, desciende a la llanura, y mediremos allí nuestras fuerzas; pues el valor militar en mí reside."
II Mac 3:38 Si tú tienes algún enemigo, o que atente contra tu reino, envíalo allá, y lo verás volver desgarrado a azotes, si es que escapa con vida; porque no se puede dudar que reside en aquel lugar una cierta virtud divina."
II Mac 6:30 Estando ya para morir a fuerza de los golpes que descargaban sobre él, arrojó un suspiro, y dijo: Señor, tú que tienes la ciencia santa, tú sabes bien que habiendo yo podido librarme de la muerte, sufro en mi cuerpo atroces dolores; pero mi alma los padece de buena gana por tu santo temor."
II Mac 7:16 Teniendo, como tienes, poder entre los hombres, aunque eres mortal como ellos, haces tú lo que quieres; mas no imagines por eso que Dios ha desamparado a nuestra nación.
Mt 6:23 Mas si tienes malicioso o malo tu ojo, todo tu cuerpo estará oscurecido. Que si lo que debe ser luz en ti es tinieblas, las mismas tinieblas ¿cuán grandes serán?
Mt 7:4 O ¿cómo dices a tu hermano: Deja que yo saque esa pajita de tu ojo, mientras tú mismo tienes una viga en el tuyo?
Mt 16:23 Pero Jesús , vuelto a él, le dijo: Quítate de delante de mí, Satanás, que me escandalizas; porque no tienes conocimiento ni gusto de las cosas de Dios, sino de las de los hombres.
Mt 19:21 Le respondió Jesús : Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; ven después, y sígueme.
Mt 25:25 y así, temeroso de perderle, me fui y escondí tu talento en tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Mc 10:21 Y Jesús mirándole de hito en hito, mostró quedar prendado de él, y le dijo: Una cosa te falta aún, anda, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo; y ven después y sígueme.
Lc 1:36 Y ahí tienes a tu parienta Isabel, que en su vejez ha concebido también un hijo; y la que se llamaba estéril, hoy cuenta ya el sexto mes;
Lc 2:31 al cual tienes destinado para que, expuesto a la vista de todos los pueblos,
Lc 5:10 Lo mismo que sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No tienes que temer, de hoy en adelante serán hombres los que has de pescar.
Lc 6:41 Mas tú, ¿por qué miras la paja en el ojo de tu hermano, no reparando en la viga que tienes en el tuyo?
Lc 8:49 Aún estaba hablando, cuando vino uno a decir al jefe de la sinagoga: Tu hija ha muerto, no tienes que cansar ya al Maestro.
Lc 12:19 con lo que diré a mi alma: ¡Oh alma mía!, ya tienes muchos bienes de repuesto para muchísimos años: Descansa, come, bebe, y date buena vida.
Lc 19:20 Vino otro, y dijo: Señor, aquí tienes tu marco de plata, el cual he guardado envuelto en un pañuelo;
Jn 4:11 Le dijo la mujer: Señor, tú no tienes con qué sacarla, y el pozo es profundo: ¿dónde tienes, pues, esa agua viva?
Jn 4:11 Le dijo la mujer: Señor, tú no tienes con qué sacarla, y el pozo es profundo: ¿dónde tienes, pues, esa agua viva?
Jn 4:17 Respondió la mujer: Yo no tengo marido. Le dijo Jesús : Tienes razón en decir que no tienes marido;
Jn 4:18 porque has tenido cinco maridos; y el que ahora tienes, no es marido tuyo; en eso verdad has dicho.
Jn 6:68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Jn 8:53 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abrahán, el cual murió; y que los profetas, que asimismo murieron? Tú ¿por quién te tienes?
Jn 8:57 Los judíos le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y viste a Abrahán?
Jn 12:15 No tienes que temer, hija de Sión: Mira a tu rey que viene sentado sobre un burro.
Jn 19:26 Habiendo mirado, pues, Jesús a su madre y al discípulo que él amaba, el cual estaba allí, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Jn 19:27 Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel punto se encargó de ella el discípulo, y la tuvo consigo en su casa.
Hech 18:9 Entonces el Señor, apareciéndose una noche a Pablo, le dijo: No tienes que temer, prosigue predicando, y no dejes de hablar;
Hech 23:19 El tribuno cogiendo de la mano al mancebo, se retiró con él a solas, y le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que comunicarme?
Rom 2:17 Mas tú que te precias del renombre de judío, y tienes puesta tu confianza en la ley, y te glorías de adorar a Dios,
Rom 11:18 no tienes de qué gloriarte contra las ramas naturales. Y si te glorías, sábete que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
I Cor 4:7 Porque ¿quién es el que te da la ventaja sobre otros? O ¿qué cosa tienes tú que no la hayas recibido de Dios? Y si todo lo que tienes lo has recibido de él, ¿de qué te jactas como si no lo hubieses recibido?
I Cor 4:7 Porque ¿quién es el que te da la ventaja sobre otros? O ¿qué cosa tienes tú que no la hayas recibido de Dios? Y si todo lo que tienes lo has recibido de él, ¿de qué te jactas como si no lo hubieses recibido?
I Tim 4:14 No malogres la gracia que tienes por la consagración, la cual se te dio a pesar de tus pocos años en virtud de particular revelación, con la imposición de las manos de los presbíteros.
Filem 1:5 oyendo la fe que tienes en el Señor Jesús , y tu caridad para con todos los santos o fieles,
Filem 1:17 Ahora bien, si me tienes por íntimo compañero tuyo, acógele como a mí mismo.
Sant 2:18 Sobre lo cual podrá decir alguno al que tiene fe sin obras: Tú tienes fe, y yo tengo obra, muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré mi fe por las obras.
Apoc 2:3 y que tienes paciencia, y has padecido por mi Nombre, y no desmayaste.
Apoc 2:6 Pero tienes esto de bueno, que aborreces las acciones de los nicolaítas, que yo también aborrezco.
Apoc 2:14 Sin embargo, algo tengo contra ti, y es que tienes ahí secuaces de la doctrina de Balaam , el cual enseñaba al rey Balac a poner escándalo o tropiezo a los hijos de Israel, para que cayesen en pecado comiendo y cometiendo la fornicación,
Apoc 2:15 pues así tienes tú también a los que siguen la doctrina de los nicolaítas.
Apoc 3:1 Al ángel de la iglesia de Sardis escríbele también: Esto dice el que tiene a su mandar los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Yo conozco tus obras y que tienes nombre de viviente, y estás muerto.
Apoc 3:4 Con todo, tienes en Sardis unos pocos sujetos que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en el cielo vestidos de blanco, porque lo merecen.
Apoc 3:8 Yo conozco tus obras. He aquí que puse delante de tus ojos abierta una puerta que nadie podrá cerrar; porque aunque tú tienes poca fuerza, o virtud, con todo, has guardado mi palabra o mis mandamientos, y no negaste mi Nombre.
Apoc 3:11 Mira que vengo luego: mantén lo que tienes de bueno en tu alma, no sea que otro se lleve tu corona.