Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

suerte

I Rey 10:20 Y sorteó Samuel todas las tribus de Israel, y cayó la suerte sobre la tribu de Benjamín.
I Rey 10:21 Sorteó después las familias de la tribu de Benjamín, y tocó la suerte a la familia de Metri, y finalmente a Saúl, hijo de Cis. Lo buscaron luego, mas no pudieron encontrarlo.
I Rey 11:11 Venido, pues, el día siguiente, dividió Saúl el ejército en tres cuerpos, y al rayar el alba entró por medio de los campamentos de los amonitas, y los estuvo acuchillando hasta que el sol comenzó a calentar; desparramándose de tal suerte los que escaparon, que no quedaron dos de ellos juntos.
I Rey 14:41 Dijo entonces Saúl al Señor Dios de Israel: Oh Señor Dios de Israel, danos a entender, ¿por qué causa no has hoy respondido a tu siervo? Si la culpa está en mí o en Jonatás, mi hijo, decláralo; pero si tu pueblo es el culpado, manifiesta tu santidad. Y cayó la suerte sobre Jonatás y Saúl, quedando libre el pueblo.
I Rey 19:12 Y lo descolgó Micol por una ventana; y de esta suerte escapó David, y huyendo se puso a salvo.
I Rey 20:16 De esta suerte hizo Jonatás alianza con la casa de David; y el Señor tomó en efecto venganza de los enemigos de David.
I Rey 22:9 para que os hayáis todos conjurado contra mí, sin haber una persona que me informe de lo que hace David; sobre todo después que aun el hijo mío se ha coligado con el hijo de Isaí? No hay uno siquiera de vosotros que se duela de mi suerte, ni que me dé un consejo; viendo que mi hijo ha sublevado contra mí a un criado mío, que no cesa hasta hoy día de armarme asechanzas.
I Rey 23:22 A lo que respondió Saúl: Bendito seáis vosotros del Señor, pues os habéis condolido de mi suerte.
II Rey 5:10 De esta suerte se iba fortificando y engrandeciendo más y más, y el Señor Dios de los ejércitos estaba con él.
II Rey 6:5 David y todo Israel festejaban al Señor con toda suerte de instrumentos de madera, con cítaras, y liras, y tambores, y sistros, y címbalos.
II Rey 14:7 Y he aquí que ahora toda la parentela conjurándose contra tu sierva, dice: Entréganos el que mató a su hermano, para hacerle morir en venganza de la sangre de su hermano y a quien quitó la vida; y acabemos con ese heredero. De esta suerte pretenden extinguir la sola centella que me había quedado, para que no reste de mi marido nombre ni reliquia sobre la tierra.
II Rey 17:13 Y si se metiere dentro de alguna ciudad, ceñirá todo Israel con maromas aquella ciudad, y lo arrastraremos hasta el torrente; de suerte que no quede de ella ni una piedrecita.
II Rey 18:32 Mas el rey preguntó a Cusi: ¿Está vivo y sano mi hijo Absalón? Le respondió Cusi: Tengan la suerte de ese joven los enemigos del rey, mi señor, y cuántos se levantaren contra él para dañarle.
II Rey 19:14 De esta suerte ganó el corazón de todos los varones de Judá, como si fuesen un solo hombre, y unánimemente enviaron a decir al rey: Vuelve con todos los tuyos.
II Rey 21:5 Respondieron ellos: Al hombre que nos oprimió y asoló tan inicuamente, debemos aniquilarlo de tal suerte, que ni uno siquiera quede de su linaje en todos los términos de Israel.
II Rey 22:39 Los consumiré y haré añicos, de suerte que no puedan ya reponerse. Caerán todos bajo mis pies.
II Rey 24:3 Respondió Joab al rey: Así multiplique el Señor Dios tuyo a tu pueblo sobre lo que ahora es, de suerte que venga a ser cien veces más numeroso, y lo vea el rey mi señor; pero, ¿y qué es lo que pretende mi señor el rey con hacer eso?
III Rey 1:19 Ha hecho degollar bueyes, y toda suerte de víctimas o reses cebadas, y muchísimos carneros, y ha convidado a todos los hijos del rey, y también al sumo sacerdote Abiatar, y a Joab, general del ejército: pero no ha convidado a tu siervo Salomón .
III Rey 8:14 Y volviéndose el rey hacia toda la congregación de Israel, le deseó y pidió para ella toda suerte de felicidades; pues todo Israel se hallaba allí reunido.
III Rey 8:37 Si viniere hambre al país o peste, o infección de aire, o tizón, o langosta o pulgón; si los enemigos le devastaren sitiando sus ciudades; en toda plaga, en toda suerte de calamidad que viniere,
III Rey 8:61 Sea también nuestro corazón recto para con Dios nuestro Señor; de suerte que obedezcamos sus preceptos, y observemos sus mandamientos, como hacemos hoy.
III Rey 11:4 Y siendo ya viejo, vino a depravarse su corazón por causa de las mujeres hasta hacerle seguir los dioses ajenos; de suerte que su corazón ya no era puro y sincero para con el Señor Dios suyo, como lo fue el corazón de David, su padre.
III Rey 11:20 De esta hermana de Tafnes tuvo un hijo llamado Genubat, al cual crió Tafnes en el palacio del faraón; de suerte que Genubat vivía en el palacio del faraón con los hijos del rey.
III Rey 16:12 De esta suerte acabó Zambri con toda la casa de Baasa, conforme a la sentencia del Señor, dada a conocer a Baasa por boca del profeta Jehú,
III Rey 17:17 Sucedió después que enfermó el hijo de aquella mujer dueña de la casa, y la enfermedad era mortal, de suerte que quedó sin respiración alguna.
III Rey 18:35 de suerte que corría el agua alrededor del altar, y quedó la zanja llena de agua.
IV Rey 3:25 destruyeron sus ciudades; llenaron de piedras, que cada uno echaba, los campos más fértiles; cegaron todos los manantiales de las aguas, y cortaron todos los árboles frutales; de suerte que solamente quedaron los muros de ladrillos o el castillo; mas la ciudad fue cercada por los honderos, y en gran parte derribada.
IV Rey 9:24 Pero Jehú flechó su arco, y atravesó a Joram por las espaldas, de suerte que la saeta le pasó de parte a parte el corazón y de repente cayó muerto en su coche.
IV Rey 9:37 y estarán las carnes o huesos de Jezabel en el campo de Jezrael, como está el estiércol sobre la faz de la tierra; de suerte que los pasajeros dirán: ¡Y ésta es aquella Jezabel!
IV Rey 13:5 y envió el Señor a Israel un salvador que lo libró del poder del rey de Siria; de suerte que los hijos de Israel pudieron vivir en sus habitaciones con tranquilidad, como en los tiempos anteriores.
I Par 6:54 Y he aquí los parajes en donde habitaron estos hijos de Aarón, es decir, los lugares y términos que les tocaron por suerte, principiando por las familias de Caat.
I Par 6:63 Igualmente a los hijos de Merari, divididos en sus familias, les dieron por suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, y de la tribu de Gad, y de la tribu de Zabulón.
I Par 6:65 Les dieron por suerte estas ciudades de la tribu de los hijos de Judá, de la tribu de los hijos de Simeón, y de la tribu de los hijos de Benjamín; ciudades que llamaron de sus propios nombres.
I Par 10:6 Feneció, pues, Saúl, con sus tres hijos; y toda su familia tuvo la misma suerte.
I Par 24:31 Y éstos también echaron suertes a imitación de sus hermanos los hijos de Aarón, en presencia del rey David, y de Sadoc, y de Ahimelec, y de los príncipes o cabezas de las familias sacerdotales y levíticas; desde el mayor hasta el menor, todos igualmente fueron distribuidos por suerte, en veinticuatro clases de levitas.
I Par 25:9 La primera suerte salió a José, el cual era de la casa de Asaf. La segunda a Godolías, a él y a sus hijos y hermanos, en número de doce.
I Par 26:12 Entre éstos fue distribuido el oficio de portero, de tal suerte, que los capitanes de las guardias, como también sus hermanos, servían siempre en la casa del Señor.
I Par 26:15 A Obededom y sus hijos tocó por suerte la del mediodía, en cuya parte de la casa o templo estaba el consejo de los Ancianos o sala del Sanedrín.
I Par 29:2 Yo por mi parte he preparado con todas mis fuerzas todos los materiales para la casa de mi Dios. Oro para los utensilios de oro, y plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, y piedras de ónique, y semejantes al alcohol, y otras de varios colores, y toda suerte de piedras preciosas, y mármol de Paros en grandísima cantidad.
I Par 29:5 De suerte que donde quiera que sea necesario, los artífices puedan hacer de oro lo que se haya de hacer de oro, y de plata lo que se haya de hacer de plata. Mas si alguno quiere hacer espontáneamente oferta, preséntela hoy por su mano, y ofrezca al Señor lo que gustare.
II Par 4:18 La multitud de vasos era innumerable, de suerte que no se sabía la cantidad de bronce empleada.
II Par 4:22 Así como también eran de oro purísimo los braserillos de los perfumes, y los incensarios, y las navetas, y los morterillos. Las puertas del templo interior, esto es, el lugar santísimo, las hizo cincelar, y las puertas del templo estaban cubiertas de oro por fuera. De esta suerte quedaron acabadas todas las obras que hizo Salomón en la casa del Señor.
II Par 5:8 De tal suerte, que los querubines tenían extendidas sus alas sobre el lugar en que descansaba el arca , y cubrían la misma arca y sus varas;
II Par 5:14 de suerte que los sacerdotes no podían estar allí, ni ejercer sus funciones, a causa de la densa niebla. Porque la gloria del Señor había llenado la casa de Dios.
II Par 9:23 de suerte que todos los reyes de la tierra deseaban ver la cara de Salomón para oír la sabiduría que Dios había infundido en su corazón,
II Par 15:6 porque una nación se levantará contra otra, y una ciudad contra otra ciudad, pues el Señor los conturbará con toda suerte de aflicciones.
II Par 17:5 Con esto le aseguró el Señor en la posesión del reino, y todo Judá ofrecía presentes a Josafat; de suerte que vino a tener inmensas riquezas y mucha gloria.
II Par 20:31 De esta suerte reinó Josafat sobre Judá: siendo de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar; y reinó veinticinco años en Jerusalén ; su madre se llamó Azuba, hija de Selahí.
II Par 21:19 De esta suerte, sucediéndose unos a otros los días y estaciones, se pasaron años; hasta que consumido lentamente de la podredumbre, tanto que arrojaba sus mismas entrañas, acabó al tiempo de pensar y de vivir. Muerto que fue de una tan horrible enfermedad, el pueblo no le celebró exequias, quemándole perfumes como a sus antecesores, según costumbre.
II Par 24:10 Se alegraron de esto todos los príncipes y el pueblo todo; y acudieron a echar en el arca del Señor el dinero, de suerte que la llenaron.