Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

hubo

Salm 43:13 Has vendido a tu pueblo de balde; y no hubo concurrencia en su mercado o venta.
Salm 51:9 He ahí el hombre que no contó con el favor de Dios, sino que puso su confianza en sus grandes riquezas, y no hubo quien le apeara de su vanidad.
Salm 63:10 y no hubo quien se atemorizase. Con lo cual publicaron todos las obras de Dios y meditaron sobre sus hechos.
Salm 106:12 fue abatido su corazón con los trabajos; quedaron sin fuerzas; y no hubo quien los socorriese.
Cant 6:2 A su huerto hubo de bajar mi amado, al plantío de las hierbas aromáticas, para recrearse en los verjeles y coger azucenas.
Sab 11:9 demostrando, por la sed que hubo entonces, cómo ensalzabas a los tuyos, y hacías perecer a sus contrarios.
Ecli 44:9 Mas hubo algunos de los cuales no queda memoria, que perecieron como si nunca hubieran existido, así ellos como sus hijos; y aunque nacieron, fueron como si no hubiesen nacido.
Ecli 48:14 Ni hubo cosa de este mundo que pudiese doblarlo; y aun después de muerto, su cuerpo hizo milagros.
Isa 10:14 y el poderío de los pueblos fue respecto de mi valor como una nidada de pajarillos; y como se recogen del nido los huevos que han sido abandonados, así reuní yo bajo mi poder toda la tierra, y no hubo quien moviese un ala, ni abriese el pico, ni piase.
Isa 37:9 Y Sennaquerib oyó decir de Taraca, rey de Etiopía, que venía a pelear contra él; y así que hubo recibido esta noticia, envió embajadores a Ezequías , diciéndoles:
Isa 41:28 Y yo Isaías estuve observando, y no hubo allí entre estos partidarios de los ídolos ni uno siquiera que fuese capaz de consejo, ni de contestar una sola palabra quien le preguntaba.
Isa 43:12 Yo lo dije, y yo fui el que os salvé, os lo hice conocer, y no hubo entonces dios extraño entre vosotros; vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y vosotros sabéis que yo soy el Dios único y verdadero;
Isa 50:2 Porque yo vine al mundo, y no hubo nadie que me recibiese; llamé y no hubo quien me escuchase. ¿Es por ventura que se ha acortado o achicado mi mano, de suerte que no pueda redimir? ¿O no tengo yo poder para libertaros? Sabed que a una amenaza mía haré del mar un desierto, y secaré los ríos; se pudrirán los peces por falta de agua, y morirán en seco.
Isa 50:2 Porque yo vine al mundo, y no hubo nadie que me recibiese; llamé y no hubo quien me escuchase. ¿Es por ventura que se ha acortado o achicado mi mano, de suerte que no pueda redimir? ¿O no tengo yo poder para libertaros? Sabed que a una amenaza mía haré del mar un desierto, y secaré los ríos; se pudrirán los peces por falta de agua, y morirán en seco.
Isa 53:9 Y en recompensa de bajar al sepulcro le concederá Dios la conversión de los impíos; tendrá por precio de su muerte al hombre rico; porque él no cometió pecado, ni hubo dolo en sus palabras.
Isa 63:5 Eché la vista alrededor, y no hubo quien acudiese a mi socorro; anduve buscando y no hallé persona que me ayudase; y sólo me salvó mi brazo; y la indignación que concebí me sostuvo.
Isa 66:4 Por lo que yo me complaceré también en burlarme de ellos, y haré que les acontezcan las cosas desastrosas que temían; ya que llamé y no hubo quien respondiese; hablé y no me escucharon, y obraron la maldad ante mis ojos, y han querido lo que yo reprobaba.
Jer 16:17 Porque mis ojos están observando todos sus pasos; no se oculta ninguno a mis miradas; como no hubo maldad suya oculta a mi vista.
Jer 26:8 Y así que hubo concluido Jeremías de hablar cuanto le había mandado el Señor que hiciese saber a todo el pueblo, la prendieron los sacerdotes y los falsos profetas, y el pueblo todo, diciendo: ¡Muera sin remedio!
Jer 28:12 Y se fue Jeremías profeta por su camino. Y el Señor, después que Hananías profeta hubo roto la atadura o cadena, que llevaba al cuello el profeta Jeremías, habló a éste diciendo:
Jer 36:11 Y Miqueas, hijo de Gamarías, hijo de Safán, oído que hubo todas las palabras del Señor, leídas en el dicho libro,
Jer 36:23 Y así que Judí hubo leído tres o cuatro páginas, el rey hizo pedazos el libro con el cortaplumas del secretario, y lo arrojó en el fuego del brasero, el cual lo hizo consumir todo.
Jer 43:1 Y así que Jeremías hubo concluido de hablar al pueblo todas las palabras del Señor Dios de ellos, palabras todas que el Señor Dios suyo le había enviado a decirles,
Lam 2:22 Tú Señor, has convidado como a una gran fiesta a esa nación enemiga, para que me aterrase por todos lados; y en aquel día de tu furor no hubo nadie que pudiese escapar y salvarse; a aquellos que yo crié y alimenté los hizo perecer el enemigo mío.
Lam 5:8 Nuestros esclavos se han enseñoreado de nosotros; no hubo quien nos libertase de sus manos.
Bar 1:8 después que Baruc hubo recibido los vasos del templo del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos otra vez a tierra de Judá, a diez del mes de Siván; vasos de plata que había hecho Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá,
Bar 1:9 cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, hubo aprisionado a Jeconías y a los príncipes, a todos los magnates y al pueblo de la tierra, y se los llevó presos desde Jerusalén a Babilonia.
Bar 3:26 Allí vivieron aquellos famosos gigantes, que hubo al principio del mundo, de gran estatura, diestros en la guerra.
Ezeq 2:2 Y después que él hubo hablado, entró en mí el espíritu, y me puso sobre mis pies; y escuché al personaje que me hablaba,
Ezeq 10:6 Y luego que él hubo mandado y dicho al varón que iba con vestidura de lino: Coge fuego de en medio de las ruedas que están entre los querubines, fue aquél, y se puso junto a una rueda.
Ezeq 17:6 Y cuando hubo brotado, creció y se hizo una cepa muy lozana, pero de poca elevación; cuyos vástagos se dirigían hacia aquella águila, y debajo de cuya sombra estaban sus raíces; llegó, pues, a ser una parra, y echó mugrones y sarmientos.
Ezeq 31:8 En el paraíso de Dios no hubo cedros más empinados que él; no igualaron los abetos su copa; ni los plátanos emparejaron con sus ramas; no hubo en el paraíso de Dios un árbol semejante a él, ni de tanta hermosura.
Ezeq 31:8 En el paraíso de Dios no hubo cedros más empinados que él; no igualaron los abetos su copa; ni los plátanos emparejaron con sus ramas; no hubo en el paraíso de Dios un árbol semejante a él, ni de tanta hermosura.
Ezeq 34:6 Perdida anduvo mi grey por todos los montes y por todas las altas colinas, se dispersaron mis rebaños por toda la tierra, y no había quien fuese en busca de ellos; nadie, repito, hubo que los buscase.
Ezeq 42:15 Y cuando el ángel hubo acabado de medir la casa o templo interior, me sacó fuera por la puerta que miraba al oriente, y midió la casa por todos lados alrededor.
Ezeq 42:16 Midió, pues, por la parte del oriente con la caña de medir, y hubo la medida de quinientas cañas alrededor.
Ezeq 42:17 Y por la parte del norte hubo la medida de quinientas cañas de medir alrededor.
Ezeq 42:18 Y por la parte del mediodía hubo quinientas cañas de medir alrededor.
Ezeq 42:20 Por los cuatro vientos midió su pared por todas partes alrededor, y hubo quinientos codos o cañas de longitud y quinientos codos de ancho; esta pared hace la separación entre el santuario y el lugar o atrio del pueblo.
Dan 5:2 Estando, pues, él ya lleno de vino, mandó traer los vasos de oro y plata, que su padre Nabucodonosor se había llevado del templo que hubo en Jerusalén , para que bebiesen en ellos el rey, y sus grandes, y sus mujeres, y sus concubinas.
Dan 5:3 Trajeron, pues, los vasos de oro y de plata transportados del templo que hubo en Jerusalén , y bebieron en ellos el rey, y sus grandes, y sus mujeres, y sus concubinas.
Dan 8:8 Este macho cabrío se hizo en extremo grande; y cuando hubo crecido fue quebrantada el asta grande, en cuyo lugar nacieron cuatro astas con dirección a los cuatro vientos del cielo.
Dan 9:12 Y él ha cumplido la sentencia que pronunció sobre nosotros y sobre nuestros príncipes que nos gobernaron, enviando contra nosotros una gran calamidad, cual jamás la hubo debajo del cielo, y cual ha acontecido en Jerusalén .
Dan 10:11 Y él me dijo: Daniel, varón de deseos, atiende a las palabras que yo te hablo, y ponte en pie; pues yo vengo ahora enviado a ti. Y así que él me hubo dicho estas palabras, me puse en pie, temblando.
Jon 4:8 Y nacido que hubo el sol, dispuso el Señor que soplase un viento solano que quemaba; hería el sol en la cabeza de Jonás , quien se abrasaba y deseaba la muerte, diciendo: Mejor me es morir que vivir.
Ag 2:18 yo destruí con viento abrasador, y con plagas, y con pedrisco todas las labores de vuestras manos; y no hubo entre vosotros quien se convirtiese a mí, dice el Señor.
I Mac 1:26 Fue grande el llanto que hubo en Israel y en todo el país.
I Mac 6:8 Oído que hubo el rey tales noticias, quedó pasmado y lleno de turbación, y se puso en cama, y enfermó de melancolía, viendo que no le habían salido las cosas como él se había imaginado.
I Mac 7:17 Alrededor de Jerusalén arrojaron los cuerpos de tus santos y su sangre; ni hubo quien les diese sepultura.
I Mac 10:75 Fueron a acampar junto a la ciudad de Joppe; la cual le cerró las puertas (porque Joppe tenía guarnición de Apolonio), y así hubo de ponerla sitio."