Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

cuya

Deut 24:4 no podrá el primer marido volverla a tomar por mujer; pues quedó amancillada y hecha abominable delante del Señor; no sufras que con un tal pecado sea contaminada la tierra, cuya posesión te ha de dar el Señor Dios tuyo.
Deut 24:18 Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor Dios tuyo te libertó de allí. Por cuya razón te mando que hagas esto:
Deut 26:1 Cuando hubieres entrado en la tierra cuya posesión te dará el Señor Dios tuyo, y la hayas obtenido, y habitares ya en ella,
Deut 28:21 Hará el Señor que se te pegue la peste, hasta que acabe contigo, en la tierra en cuya posesión entrarás.
Deut 28:49 Desde un país remoto, del cabo del mundo hará venir el Señor contra ti, con la rapidez que vuela el águila, y se echa impetuosamente sobre la presa una nación cuya lengua no podrás entender:
Deut 28:63 Y así como en otros tiempos se complació el Señor en haceros bien y multiplicaros, así se gozará en abatiros y arrastraros; para que seáis exterminados de la tierra en cuya posesión vais a entrar.
Deut 30:16 Con el fin de que ames al Señor tu Dios, y sigas sus caminos, y guardes sus mandamientos, y ceremonias y ordenanzas, para que vivas y el Señor te multiplique y bendiga en la tierra, en cuya posesión entrarás.
Deut 30:18 desde hoy te profetizo que vas a perecer, y que morarás poco tiempo en la tierra en cuya posesión, pasado el Jordán, entrarás.
Deut 32:47 Porque no en vano se os han dado estos preceptos; sino a fin de que cada uno halle la vida en ellos, y ejecutándolos permanezcáis largo tiempo en la tierra en cuya posesión vais a entrar, pasado el Jordán.
Deut 32:49 Sube a esa montaña de Abarim, esto es, de los pasajes, al monte o colina de Nebo, que está en el país de Moab, enfrente de Jericó ; y contemplarás la tierra de Canaán, cuya posesión yo entregaré a los hijos de Israel. Y después morirás en el monte,
Jos 1:15 hasta tanto que el Señor dé reposo a vuestros hermanos, como os lo ha dado a vosotros y posean también ellos la tierra que el Señor Dios vuestro les ha de dar: y entonces os volveréis al territorio cuya posesión se os ha dado y habitaréis en el lugar que os señaló Moisés, siervo del Señor, a esta parte del Jordán, hacia el oriente.
Jos 12:1 Estos son los reyes a los cuales derrotaron los hijos de Israel, y cuya tierra poseyeron a la otra parte del Jordán, hacia el oriente, desde el torrente de Arnón hasta el monte Hermón, toda la región occidental que mira al desierto.
Jos 13:24 Asimismo a la tribu de Judá y a sus hijos divididos en sus familias, dio Moisés la tierra que debían poseer; cuya partición es esta:
Jos 24:15 Pero si os parece malo el servir al Señor, libres sois: escoged hoy, según lo que más os agrade, a quien debéis antes servir, si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres en Mesopotamia, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor.
Juec 6:10 Y dije: Yo soy el Señor Dios vuestro; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; pero vosotros no habéis querido escuchar mi voz.
Juec 9:26 Entretanto llegó Gaal, hijo de Obed, con sus hermanos y entró en Siquem; con cuya venida cobrando ánimo los vecinos de Siquem,
Juec 11:35 A cuya vista rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Ay de mi, hija mía!, tú me has engañado, y tú misma has sido engañada: porque yo he hecho un voto al Señor, y no podré dejar de cumplirle.
Juec 13:2 En esta sazón había un hombre natural de Saraa y de la tribu de Dan, llamado Manué, cuya mujer era estéril.
Juec 13:5 porque has de concebir y parir un hijo, a cuya cabeza no tocará navaja; pues ha de ser nazareo, o consagrado a Dios, desde su infancia, y desde el vientre de su madre; y él ha de comenzar a libertar a Israel del poder de los filisteos.
I Rey 6:13 Estaban los betsamitas segando el trigo en un valle, y alzando los ojos vieron el arca , cuya vista los llenó de gozo.
I Rey 17:4 Y salió de los campamentos de los filisteos un hombre bastardo, llamado Goliat, natural de Get, cuya estatura era de seis codos y un palmo.
I Rey 17:32 a cuya presencia conducido, le habló David de esta manera: Nadie desmaye a causa de los insultos de ese filisteo; yo siervo tuyo, iré y pelearé contra él.
I Rey 21:12 Mas los cortesanos de Aquis, luego que vieron a David, dijeron al rey: ¿No es éste aquel David, respetado como rey en su país? ¿No es éste aquel en cuya alabanza cantaban en medio de sus danzas: Mató Saúl a mil y David mató a diez mil?
II Rey 6:4 Luego que sacaron el arca de Dios de la casa de Abinadab, en cuya custodia estaba en Gabaa, Ahío iba delante del arca .
II Rey 7:23 Y ¿qué nación hay sobre la tierra comparable a tu pueblo de Israel, al cual tú has ido a rescatar para hacer de él un pueblo tuyo, en el cual has engrandecido tu nombre con las maravillas obradas en favor suyo, y en cuya presencia has hecho tan espantosos prodigios para sacarle de la esclavitud de Egipto, y castigar a aquella tierra, su gente y su dios o rey?
II Rey 24:14 Respondió David a Gad: En un estrechísimo apuro me veo; pero más quiero yo caer en las manos del Señor (cuya misericordia es tan grande) que no en manos de hombres.
III Rey 8:36 atiéndeles, Señor, desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo; y enséñales el buen camino por donde deben andar, y envía lluvias a esta tu tierra, cuya posesión diste a tu pueblo.
III Rey 11:26 Asimismo Jeroboam, hijo de Nabat, efrateo, de Sareda, criado de Salomón , cuya madre era una mujer viuda llamada Sarva, se sublevó contra el rey.
IV Rey 3:14 Vive el Señor de los ejércitos, en cuya presencia estoy, respondió Eliseo, que si no respetara a Josafat, rey de Judá, no te hubiera atendido, ni aun siquiera mirándote la cara.
IV Rey 5:16 Mas él respondió: Vive el Señor Dios, ante cuya presencia estoy, que no lo recibiré. Y por más instancias que le hizo, de ningún modo quiso condescender.
IV Rey 12:18 Por cuya razón Joás, rey de Judá, tomó todas las ofrendas sagradas que habían ofrecido Josafat, y Joram, y Ocozías, reyes de Judá sus mayores, y las que él mismo había ofrecido, y toda la plata que se pudo hallar en los tesoros del templo del Señor, y en el palacio real, y lo envió al rey de Siria Hazael, que con eso se retiró de Jerusalén .
IV Rey 25:19 Y también a un eunuco de la ciudad, bajo cuya inspección estaba la gente de guerra, y cinco señores del servicio doméstico del rey, hallados en la ciudad; y a Sofer, inspector del ejército, que amaestraba a los soldados bisoños del país, y a sesenta varones del pueblo que se hallaron en la ciudad.
I Par 1:50 Vino también a morir éste, y tuvo por sucesor en el trono a Adad, cuya ciudad fue Fau, y su mujer se llamó Meetabel, hija de Matred, que lo era de Mezaad.
I Par 8:29 En Gabaón habitaron Abigabaón (cuya mujer se llamó Maaca),
I Par 9:1 Se hizo, pues, el censo de todo Israel; cuya suma se halla escrita en el Libro de los Reyes de Israel y de Judá. Y fueron los israelitas transportados a Babilonia por sus pecados.
I Par 11:19 diciendo: Lejos de mí hacer tal cosa en presencia de mi Dios, que yo beba la sangre de estos hombres que con riesgo de sus vidas me han traído esta agua. Por cuya causa no quiso beberla. Esto hicieron aquellos tres esforzadísimos varones.
I Par 11:23 Mató también él mismo a un egipcio, cuya estatura era de cinco codos, y que tenía una lanza semejante al rodillo de un telar. Arremetió, pues, contra él con un palo, y le arrebató la lanza que tenía en la mano, y con esta misma lanza lo mató.
I Par 22:9 Tú tendrás un hijo, el cual será hombre de paz; pues yo haré que no sea perturbado de ninguno de sus enemigos en todos los alrededores; por cuya causa será llamado el Pacífico o Salomón ; y paz y sosiego daré yo a Israel todo el tiempo de su vida.
I Par 22:16 en oro, plata, bronce o hierro, cuya suma es incalculable. Anímate, pues, y manos a la obra, y el Señor será contigo.
I Par 26:15 A Obededom y sus hijos tocó por suerte la del mediodía, en cuya parte de la casa o templo estaba el consejo de los Ancianos o sala del Sanedrín.
II Par 3:8 Edificó asimismo la casa o el lugar santísimo; cuya longitud era de veinte codos, como la anchura del templo, y su anchura igualmente de veinte codos, y la cubrió con planchas de oro, que pesaban cerca de seiscientos talentos.
II Par 6:27 escúchalos, oh Señor, desde el cielo, y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo, y enséñales el buen camino que han de seguir, y envía la lluvia a la tierra cuya posesión diste a tu pueblo.
II Par 9:11 De cuya madera de tino mandó el rey hacer la gradería del templo del Señor y del palacio real, como también las cítaras y los salterios para los cantores. No se vio nunca en el país de Judá madera como ésta.
II Par 18:2 Al cabo de algunos años pasó a visitar a éste en Samaria, por cuya llegada hizo matar Acab muchísimos carneros y bueyes para él y para la gente que con él había venido, y lo persuadió de ir con él contra Ramot de Galaad.
II Par 20:11 he aquí que proceden al contrario, y hacen todo esfuerzo para arrojarnos del país, cuya posesión nos diste.
II Par 25:12 Los hijos de Judá hicieron prisioneros a otros diez mil hombres, y los llevaron a la cima de un despeñadero, desde cuya altura los precipitaron, reventando todos ellos.
II Par 25:23 Y Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, fue hecho prisionero en Betsames por Joás, rey de Israel, quien lo llevó a Jerusalén , cuya muralla derribó por espacio de cuatrocientos codos, desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Angulo.
II Par 29:22 Sacrificaron, pues, los sacerdotes los toros, y recibieron la sangre, y la derramaron sobre el altar; como también los carneros; y asimismo los corderos, cuya sangre derramaron igualmente sobre el altar.
II Par 32:26 Mas después se humilló arrepentido de haberse ensoberbecido en su corazón, tanto él como los habitantes de Jerusalén ; por cuya razón no descargó sobre ellos la ira del Señor, mientras vivió Ezequías .
I Esd 6:17 para cuya dedicación ofrecieron cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y doce machos cabríos por el pecado de Israel, según el número de sus tribus.