Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

cielos

Mt 18:1 En esta misma ocasión se acercaron los discípulos de Jesús , y le hicieron esta pregunta: ¿Quién será el mayor en el reino de los cielos?
Mt 18:3 Y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y hacéis sencillos como a los niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Mt 18:4 Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése será el mayor en el reino de los cielos.
Mt 18:10 Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñitos; porque os hago saber que sus ángeles en los cielos están siempre viendo la cara de mi Padre celestial.
Mt 18:14 Así que no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, el que perezca uno solo de estos pequeñitos.
Mt 18:19 Os digo más: Que si dos de vosotros se unieren entre sí sobre la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, les será otorgado por mi Padre que está en los cielos.
Mt 18:23 Por esto el reino de los cielos viene a ser semejante a un rey que quiso tomar cuentas a sus criados.
Mt 19:12 Porque hay unos eunucos que nacieron tales del vientre de sus madres; hay eunucos que fueron castrados por los hombres; y eunucos hay que se castraron en cierta manera a sí mismos por amor del reino de los cielos. Aquel que puede ser capaz de eso séalo.
Mt 19:14 Jesús , por el contrario, les dijo: Dejad en paz a los niños, y no les estorbéis de venir a mí; porque de los que son como ellos es el reino de los cielos.
Mt 19:23 Jesús dijo entonces a sus discípulos: En verdad os digo que difícilmente un rico entrará en el reino de los cielos.
Mt 19:24 Y aun os digo más: Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de los cielos.
Mt 20:1 Porque el reino de los cielos se parece a un padre de familia, que al romper el día salió a alquilar jornaleros para su viña,
Mt 20:16 De esta suerte, los últimos en este mundo serán primeros en el reino de los cielos; y los primeros, últimos. Muchos son los llamados; mas pocos los escogidos.
Mt 21:9 Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban diciendo: ¡Hosanna, al Hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!
Mt 22:2 En el reino de los cielos acontece lo que a cierto rey que celebró las bodas de su hijo.
Mt 23:9 Tampoco habéis de llamar a nadie sobre la tierra Padre vuestro; pues uno solo es vuestro verdadero Padre, el cual está en los cielos.
Mt 23:13 Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis el reino de los cielos a los hombres; porque ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que entrarían!
Mt 25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas salieron a recibir al esposo y a la esposa;
Mc 1:10 Y luego al salir del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu Santo descender en forma de paloma y posar sobre él mismo.
Mc 11:10 ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que vemos llegar ahora!¡Hosanna en lo más alto de los cielos!
Mc 11:25 Mas al poneros a orar, si tenéis algo contra alguno, perdonadle el agravio, a fin de que vuestro Padre que está en los cielos, también os perdone vuestros pecados.
Mc 12:25 Porque cuando hayan resucitado de entre los muertos, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres maridos, sino que serán como los ángeles que están en los cielos.
Mc 13:25 y las estrellas del cielo caerán, y las potestades que hay en los cielos, serán sacudidas.
Lc 2:14 Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
Lc 10:20 Con todo eso, no tanto habéis de gozaros, porque se os rinden los espíritus, cuanto porque vuestros nombres están escritos en los cielos.
Lc 11:13 Pues si vosotros, siendo malos como sois, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará el espíritu bueno a los que se lo piden?
Lc 19:38 diciendo: ¡Bendito sea el rey que viene en nombre del Señor; paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!
Lc 21:26 secándose los hombres de temor y de sobresalto, por las cosas que han de sobrevenir a todo el universo; porque las virtudes de los cielos estarán bambaleando.
Hech 7:56 Y dijo: Estoy viendo ahora los cielos abiertos, y al Hijo del hombre sentado a la diestra de Dios.
Ef 1:10 restaurar en Cristo , cumplidos los tiempos prescritos, todas las cosas de los cielos y las de la tierra, reuniéndolas todas por él mismo, en un cuerpo o Iglesia.
Ef 1:20 que él ha desplegado y hecho patente en la persona de Cristo , resucitándole de entre los muertos, y colocándole a su diestra en los cielos,
Ef 2:6 y nos resucitó con él, y nos hizo sentar sobre los cielos en la persona de Jesucristo,
Ef 3:10 con el fin de que en la formación de la Iglesia se manifieste a los principados, y potestades en los cielos, la sabiduría de Dios en los admirables y diferentes modos de su conducta,
Ef 4:10 El que descendió, ése mismo es el que ascendió sobre todos los cielos, para dar cumplimiento a todas las cosas.
Ef 6:9 Y vosotros, amos, haced otro tanto con ellos, excusando las amenazas y castigos, considerando que unos y otros tenéis un mismo Señor allá en los cielos, y que no hay en él preferencia de personas.
Col 1:5 en vista de la esperanza de la gloria, que os está reservada en los cielos, esperanza que habéis adquirido cuando se os anunció la verdadera doctrina del Evangelio.
Col 1:16 pues por él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, ora sean tronos, ora dominaciones, ora principados, ora potestades, todas las cosas fueron creadas por él mismo y en atención a él mismo;
Heb 1:3 El cual siendo como es el resplandor de su gloria y vivo retrato de su sustancia, y sustentándolo y rigiéndolo todo con sola su poderosa palabra, después de habernos purificado de nuestros pecados, está sentado a la diestra de la majestad en lo más alto de los cielos,
Heb 1:10 Y en otro lugar se dice del hijo de Dios: Tú eres, ¡oh Señor!, el que al principio fundó la tierra, y obras de tus manos son los cielos,
Heb 7:26 A la verdad tal como éste nos convenía que fuese nuestro sumo sacerdote, santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores, o de todo pecado, y sublimado sobre los cielos,
Heb 8:1 En suma, cuanto acabamos de decir se reduce a esto: Tenemos un sumo sacerdote tal, que está sentado a la diestra del trono de la majestad de Dios en los cielos,
Heb 12:23 a la Iglesia de los primogénitos, que están alistados en los cielos, y a Dios juez de todos, y a los espíritus de los justos ya perfectos o bienaventurados,
Heb 12:25 Mirad que no desechéis al que os habla. Porque si no escaparon del castigo aquellos que desobedecieron al siervo de Dios Moisés, que les hablaba sobre la tierra, mucho más castigados seremos nosotros si desecháremos al Hijo de Dios que nos habla desde los cielos,
I Ped 1:4 para alcanzar algún día una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, y que es inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
II Ped 3:7 Así los cielos que ahora existen, y la tierra, se guardan por la misma palabra, para ser abrasados por el fuego en el día del juicio y del exterminio de los hombres malvados e impíos.
II Ped 3:10 Por lo demás, el día del Señor vendrá como ladrón, y entonces los cielos con espantoso estruendo pasarán de una parte a otra, los elementos con el ardor del fuego se disolverán, y la tierra, y las obras que hay en ella serán abrasadas.
II Ped 3:12 aguardando con ansia, y corriendo a esperar la venida del día del Señor, día en que los cielos encendidos se disolverán, y se derretirán los elementos con el ardor del fuego?
II Ped 3:13 Aunque esperamos, conforme a sus promesas, nuevos cielos y nueva tierra, donde habitará eternamente la justicia.
Apoc 1:9 Yo Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, y en el reino de los cielos, y en la tolerancia por Cristo Jesús , estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio que daba de Jesús .
Apoc 12:12 Por tanto, regocijaos, ¡oh cielos, y los que en ellos morais! ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el diablo bajó a vosotros, arrojado del cielo, y está lleno de furor, sabiendo que le queda poco tiempo.