Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

eres

I Rey 29:6 Llamó, pues, Aquis a David, y le dijo: Vive el Señor que tú eres justo y bueno en mis ojos; y que es tal la conducta que has observado en el ejército, que no he hallado en ti falta ninguna, desde el día en que te pasaste a mí hasta el presente; pero no eres del gusto de los sátrapas.
I Rey 29:9 Respondió Aquis, y le dijo: En cuanto a mí, bien sé que me eres fiel, y te tengo por un ángel de Dios; pero los príncipes de los filisteos han dicho resueltamente: No irá con nosotros al combate.
I Rey 30:13 Le dijo entonces David: ¿De quién eres tú?, ¿de dónde vienes, y a dónde vas? El cual respondió: Yo soy un esclavo egipcio, que sirvo a un amalecita. Mi amo me ha dejado abandonado, porque caí enfermo antes de ayer.
II Rey 1:8 me preguntó: ¿Quién eres tú? Le dije: Soy un amalecita.
II Rey 1:10 Por lo que poniéndome sobre él lo acabé de matar; bien cierto de que no podría sobrevivir después de tal desastre. Tome la diadema de su cabeza y el brazalete de su brazo, y te lo traigo a ti, que eres mi señor.
II Rey 1:13 Dijo después David al joven que había traído la noticia: ¿De dónde eres tú? Soy hijo, respondió de un hombre extranjero, amalecita.
II Rey 2:20 Y volvió Abner la vista atrás, y dijo: ¿No eres tú Asael? Asael soy, respondió él.
II Rey 7:28 Ahora, pues, Señor y Dios mío, tú eres Dios, y se cumplirán tus palabras. Ya que has prometido a tu siervo tales bienes,
II Rey 12:7 Dijo entonces Natán a David: Ese hombre eres tú. Esto es lo que dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, y te libré de la mano de Saúl.
II Rey 14:20 La parábola de que me he valido, quien la ha dispuesto ha sido tu siervo Joab. Mas tú, oh rey mi señor, eres sabio como lo es un ángel de Dios, para entender todas las cosas del mundo.
II Rey 15:2 Y levantándose de madrugada, se ponía a la entrada de la puerta; y a todos los que tenían negocios de tratar, y venían a pedir justicia al rey, los llamaba Absalón, y les decía: ¿De dónde eres tú? Le respondía el hombre: Yo, siervo tuyo, soy de tal tribu de Israel.
II Rey 15:19 Dijo entonces el rey a Etai, geteo: ¿Para qué vienes con nosotros? Vuélvete y quédate con el nuevo rey; pues tú eres un extranjero que estás fuera de tu patria.
II Rey 15:26 Que si me dijere: No eres acepto a mis ojos, a su disposición estoy, haga de mí lo que fuere de su mayor agrado.
II Rey 19:13 Decid también de mi parte a Amasa: Por ventura ¿no eres tú carne y sangre mía? No me haga el Señor ningún bien, y sí mucho mal, si no te hiciere general perpetuo de mis tropas, en vez de Joab.
II Rey 19:27 y sobre no hacerlo, fue a calumniarme a mí, siervo tuvo, delante de ti, que eres mi rey y señor; mas tú, oh señor y rey mío, tú eres como un ángel de Dios; haz lo que fuere de tu agrado.
II Rey 19:27 y sobre no hacerlo, fue a calumniarme a mí, siervo tuvo, delante de ti, que eres mi rey y señor; mas tú, oh señor y rey mío, tú eres como un ángel de Dios; haz lo que fuere de tu agrado.
II Rey 22:29 eres, Señor, mi antorcha; y tú alumbrarás, oh Señor, mis tinieblas.
II Rey 22:49 eres el que me has sacado de las manos de mis enemigos, y me has ensalzado sobre los que me resistían; y tú el que me librarás del hombre inicuo.
III Rey 1:42 Aún estaba hablando, cuando llegó Jonatás, hijo de Abiatar el sumo sacerdote; y le dijo Adonías: Entra, que tú eres un hombre valeroso y portador de buenas nuevas.
III Rey 2:9 Pero tú no permitas que quede impune su delito; sabio eres para conocer cómo lo has de tratar, y harás que acabe su vejez con muerte violenta.
III Rey 17:24 Y dijo la mujer a Elías: Ahora acabo de reconocer en esto que tú eres un varón de Dios, y que verdaderamente la palabra de Dios está en tu boca.
III Rey 18:7 Estando Abdías de camino, le salió al encuentro Elías; ante el cual, luego que lo conoció, se postró sobre su rostro, diciendo: Mi señor, ¿eres tú Elías?
III Rey 18:36 Siendo ya el tiempo de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo: Oh Señor Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, muestra hoy que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que por tu mandato he hecho todas estas cosas.
III Rey 18:37 Oyeme, oh Señor, escúchame, a fin de que sepa este pueblo que tú eres el Señor Dios, y que tú has convertido de nuevo sus corazones.
IV Rey 19:15 y oró en su acatamiento, diciendo: Señor Dios de Israel, que estás sentado sobre los querubines, tú eres el solo Dios de todos los reyes de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra.
IV Rey 19:19 Ahora, pues, ¡oh Señor Dios nuestro!, sálvanos de la mano de éste; para que sepan todos los reinos de la tierra que tú eres el Señor, el solo Dios.
I Par 17:26 Ahora, pues, oh Señor, tú eres Dios infalible, y tú has prometido a tu siervo tan grandes favores,
I Par 29:10 Y bendijo al Señor en presencia de toda la muchedumbre, y dijo: Bendito eres, Señor Dios de Israel nuestro padre, por los siglos de los siglos.
I Par 29:11 Tuya es, Señor, la magnificencia, el poder, la gloria, y la victoria; y a ti se debe la alabanza, porque todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra tuyas son; tuyo, oh Señor, es el reino, y tú eres sobre todos los reyes.
I Par 29:12 Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
II Par 6:40 Puesto que tú eres mi Dios, te suplico que tengas abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a las oraciones que se harán en este lugar.
II Par 14:11 e invocó al Señor Dios, diciendo: Señor, para ti lo mismo es dar socorro por medio de pocos, que de muchos; ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, pues confiados en ti y en tu Nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Señor, tú eres nuestro Dios, no prevalezca el hombre contra ti.
II Par 20:6 dijo: Señor Dios de nuestros padres, tú eres el Dios del cielo y el dueño de todos los reinos de las naciones; en tus manos están la fortaleza y el poder, y nadie puede resistirte.
I Esd 7:14 puesto que tú eres enviado por parte del rey y de sus siete consejeros o ministros a visitar la Judea y Jerusalén , para arreglarlo todo conforme a la ley de tu Dios, en la cual estás tan versado;
I Esd 9:15 Justo eres tú, oh Señor Dios de Israel; nosotros hemos quedado para que seamos salvados por ti, como se ve este día. Aquí estamos delante de ti con nuestro delito, para que lo perdones; porque no se puede sostener o excusar en tu presencia tal atentado.
II Esd 9:8 y hallaste fiel su corazón en tu presencia y pactaste con él que le darías la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, y del ferezeo, y del jebuseo, y del gergeseo, entregándosela a sus descendientes; y cumpliste tu palabra, pues eres justo.
II Esd 9:31 Si bien por tu grandísima e infinita misericordia no acabaste con ellos, ni los abandonaste, porque tú eres un Dios de benignidad y de clemencia.
II Esd 9:33 Justo eres tú en todos estos males que han llovido sobre nosotros; porque tú has cumplido fielmente las promesas; mas nosotros hemos procedido inicuamente.
Tob 3:2 diciendo: Justo eres, Señor, y justos son todos tus juicios; y todas tus sendas no son más que misericordia, verdad y justicia.
Tob 5:6 Y sin saber que era un ángel de Dios, lo saludó, y dijo: ¿De dónde eres, buen mancebo?
Tob 5:16 Le replicó Tobías: Dime, te ruego, ¿de qué familia y tribu eres tú?
Tob 5:19 Respondió Tobías: Tú eres de una gran familia. Te ruego que no te ofendas de que haya querido saber tu linaje.
Tob 7:7 dijo: Bendito seas tú, hijo mío, que eres hijo de un hombre de bien, de un hombre virtuosísimo.
Tob 8:19 compadeciéndote de los dos hijos únicos de sus padres. Haz, Señor, que te bendigan ellos más cumplidamente, y te ofrezcan el sacrificio de la alabanza por su perfecta salud, para que conozca el mundo todo que tú eres el solo y único Dios en toda la tierra.
Tob 9:9 y dijo: Bendígate el Dios de Israel, pues eres hijo de un hombre de bien, justo, y temeroso de Dios, y limosnero.
Tob 13:1 Y abriendo su boca el viejo Tobías bendijo al Señor, diciendo: Grande eres tú, oh Señor, desde la eternidad; y tu reino dura por todos los siglos.
Jud 7:13 dijeron: Sea Dios el juez entre ti y nosotros; pues tú eres el causante de estos males, por no querer tratar de paz con los asirios, y por eso Dios nos ha abandonado en sus manos.
Jud 7:20 Tú, Señor, pues eres piadoso, ten misericordia de nosotros o al menos castiga tú mismo nuestros delitos; mas no quieras abandonar en poder de un pueblo que no te conoce, a los que te honran y reconocen por su Dios;
Jud 8:29 Ahora, pues, ruega por nosotros, puesto que eres una mujer santa y temerosa de Dios.
Jud 9:4 Puesto que tú eres el que obraste antiguamente aquellas cosas estupendas, y tienes resuelto ejecutar otras después a su tiempo; habiéndose hecho siempre lo que has querido.