Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

dijo

III Rey 18:36 Siendo ya el tiempo de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo: Oh Señor Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, muestra hoy que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que por tu mandato he hecho todas estas cosas.
III Rey 18:40 Entonces les dijo Elías: Prended a los profetas de Baal, y que no se escape ninguno de ellos. Presos que fueron, los mandó llevar Elías al arroyo de Cisón; y allí les hizo quitar la vida.
III Rey 18:43 dijo a su criado: Anda, ve y observa hacia el mar. Habiendo ido el criado y mirado, volvió diciendo: No hay nada. Le replicó Elías: Vuelve hasta siete veces.
III Rey 18:44 Y a la séptima vez he aquí que subía del mar una nubecilla pequeña como la huella de un hombre. Y dijo Elías: Anda, y di a Acab: Engancha el tiro a tu carruaje, y marcha luego, para que no te ataje la lluvia.
III Rey 19:5 Y tendiéndose en el suelo, se quedó dormido a la sombra del enebro, cuando he aquí que el ángel del Señor le tocó y dijo: Levántate, y come.
III Rey 19:7 Mas el ángel del Señor volvió segunda vez a tocarle, y le dijo: Levántate, y come; porque te queda por andar un largo camino.
III Rey 19:9 Llegado allá hizo asiento en una cueva, y dirigiéndole el Señor la palabra, le dijo: ¿Qué haces ahí, Elías?
III Rey 19:11 Le dijo el Señor: Sal fuera, y ponte sobre el monte en presencia del Señor, y he aquí que pasará el Señor, y delante de él correrá un viento fuerte e impetuoso, capaz de trastornar los montes y quebrantar las peñas; no está el Señor en el viento. Después del viento vendrá un temblor de tierra; tampoco está el Señor en el terremoto.
III Rey 19:15 Le dijo el Señor: Anda, y vuélvete por el mismo camino del desierto hacia Damasco; llegado allá, ungirás a Hazael por rey de Siria;
III Rey 19:20 Eliseo dejando al instante los bueyes fue corriendo en pos de Elías, a quien dijo: Permíteme que vaya a dar el ósculo de despedida a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Le respondió: Anda, y vuelve, que lo que a mí me tocaba hacer contigo yo ya lo he hecho.
III Rey 20:7 Entonces el rey de Israel convocó a todos los ancianos de su pueblo, y dijo: Advertid y notad cómo nos está armando asechanzas; puesto que nos envió a pedirme mis mujeres y mis hijos, y el oro y la plata, y no le he dicho que no.
III Rey 20:12 Cuando recibió Benadad esta respuesta estaba bebiendo con los reyes en sus pabellones, y dijo a sus tropas: Cercad la ciudad. Y la cercaron.
III Rey 20:13 Cuando he aquí que un profeta presentándose a Acab, rey de Israel, le dijo: Esto dice el Señor: ¿Has visto bien toda esta multitud innumerable? Pues mira, hoy la pondré yo en tus manos, para que sepas que yo soy el Señor.
III Rey 20:14 Respondió Acab: ¿Por medio de quién? Y le dijo el profeta: Por medio, dice el Señor, de los mozos de a pie de los príncipes de las provincias. ¿Y quién, replicó Acab, comenzará la batalla? Tú, respondió el profeta.
III Rey 20:18 Y dijo Banadad: Ora vengan para tratar de paz y ganar treguas, ora para pelear, cogedlos vivos.
III Rey 20:22 Entonces acercándose un profeta al rey de Israel, le dijo: Anda y esfuérzate, y reflexiona y mira lo que has de hacer; porque el año que viene volverá contra ti el rey de Siria.
III Rey 20:28 Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
III Rey 20:33 Lo cual tuvieron ellos por feliz presagio; y al instante le tomaron la palabra de la boca, y dijeron: Sí, Benadad, tu hermano, aún vive. Y él les dijo: Id y traédmelo acá. Se le presentó luego Benadad, y Acab le hizo subir en su carroza.
III Rey 20:34 Le dijo Benadad: Las ciudades que mi padre quitó al tuyo, yo las restituiré; y tú te harás plazas y calles en Damasco mi capital, como las hizo mi padre en Samaria, y hecho este convenio contigo, me marcharé. Hizo, pues, Acab alianza con él, y lo dejó ir libre.
III Rey 20:35 Entonces uno de los hijos o discípulos de los profetas dijo de parte del Señor a un compañero suyo: Hiéreme. Mas el otro no quiso herirle.
III Rey 20:36 Y él le dijo: Por cuanto no has querido obedecer la voz del Señor, lo mismo será apartarte de mí que te matará un león. En efecto, a pocos pasos distante de él, lo encontró un león y lo mató.
III Rey 20:37 Habiendo después hallado a otro hombre, le dijo: Hiéreme: y éste le hirió e hizo una llaga.
III Rey 20:39 Y así que hubo pasado el rey dio voces tras él, diciendo: Había avanzado tu siervo para batir más de cerca al enemigo; y como hubiese huido un hombre de los prisioneros, otro me lo trajo, y me dijo: Guarda a ese hombre; que si lo dejas escapar, tu vida responderá por la suya, o me pagarás un talento de plata.
III Rey 20:42 El cual dijo al rey: Esto dice el Señor: Por cuanto has dejado escapar de tus manos un hombre digno de muerte, tu vida pagará por la suya, y tu pueblo por el pueblo suyo.
III Rey 21:5 Entró a verle Jezabel, su mujer, y le dijo: ¿Qué es esto? ¿Qué motivo tienes para estar triste? ¿Y por qué no quieres comer?
III Rey 21:7 Entonces le dijo Jezabel, su mujer: ¡Vaya que es grande tu autoridad, y sí que gobiernas bien el reino de Israel! Levántate y toma alimento, y sosiega tu ánimo que yo te daré la viña de Nabot, jezraelita.
III Rey 21:15 Luego que supo Jezabel que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Anda y toma posesión de la viña de Nabot, jezraelita, que no quiso complacerte, y dártela por dinero contante; puesto que ya no vive Nabot, sino que ha muerto.
III Rey 21:20 Le dijo Acab: ¿Por ventura me tienes por enemigo tuyo, para que así vaticines contra mí? Sí te tengo por tal, respondió Elías; porque te has prostituido a hacer la maldad delante del Señor.
III Rey 22:4 Y dijo a Josafat: ¿Vendrás conmigo a la guerra contra Ramot de Galaad?
III Rey 22:6 Juntó, pues, el rey de Israel a sus profetas en número de cerca de cuatrocientos, y les dijo: ¿Debo emprender la guerra contra Ramot de Galaad, o estarme quieto? Empréndela, respondieron ellos; que el Señor entregará la plaza en poder del rey.
III Rey 22:7 Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí algún profeta del Señor, a fin de consultar por medio de él?
III Rey 22:9 Llamó, pues, el rey de Israel a un eunuco o camarero y le dijo: Anda, ve, y trae luego a Miqueas, hijo de Jemla.
III Rey 22:11 Y Sedecías, hijo de Canaana, se había hecho fabricar unos cuernos de hierro, y dijo: Esto dice el Señor: Con estos aventarás la Siria, hasta que no dejes rastro de ella.
III Rey 22:17 Entonces dijo él: Yo vi a todo Israel dispersado por los montes, a semejanza de ovejas sin pastor; y dijo el Señor: Estos no tienen caudillo; vuélvase cada uno en paz a su casa.
III Rey 22:17 Entonces dijo él: Yo vi a todo Israel dispersado por los montes, a semejanza de ovejas sin pastor; y dijo el Señor: Estos no tienen caudillo; vuélvase cada uno en paz a su casa.
III Rey 22:18 Al oír esto el rey de Israel dijo a Josafat: ¿Por ventura no te lo dije, que éste jamás me profetiza cosa buena, sino siempre mala?
III Rey 22:20 Y dijo el Señor: ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel, para que vaya y perezca en Ramot de Galaad? Sobre lo cual uno dijo una cosa, y otro otra.
III Rey 22:20 Y dijo el Señor: ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel, para que vaya y perezca en Ramot de Galaad? Sobre lo cual uno dijo una cosa, y otro otra.
III Rey 22:22 Y él respondió: Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas. Y dijo el Señor: Lo engañarás, y lograrás tu intento; vete, y haz lo que dices.
III Rey 22:26 Pero el rey de Israel dijo: Prended a Miqueas, y esté bajo la custodia de Amón, gobernador de la ciudad, y de Joás, hijo de Amelec;
III Rey 22:28 A lo que dijo Miqueas: Si tú vuelves victorioso, el Señor no habló por mi boca. Y añadió: Pueblos todos estad alerta, y sedme testigos.
III Rey 22:30 Y dijo el rey de Israel a Josafat: Toma tus armas y entra en batalla, vestido de tus ropas. Mas el rey de Israel mudó de traje, y entró disfrazado en la pelea.
III Rey 22:34 Mas un soldado flechó su arco, y disparando al aire, casualmente hirió al rey de Israel entre el pulmón y el estómago. Por lo que dijo el rey a su cochero: Da la vuelta y sácame del combate, porque estoy gravemente herido.
III Rey 22:50 Entonces Ocozías, hijo de Acab, dijo a Josafat: Vaya mi gente a navegar con la tuya; pero Josafat no quiso convenir en ello.
IV Rey 1:5 Y se volvieron los mensajeros a Ocozías. El cual les dijo: ¿Por qué os habéis vuelto?
IV Rey 1:9 Y destacó un capitán de cincuenta soldados, con los cincuenta que le estaban subordinados; el cual salió en busca de él; y hallándolo sentado en la cima del monte, le dijo: Varón de Dios, el rey ha mandado que bajes de ahí.
IV Rey 1:10 Elías en respuesta dijo al capitán de los cincuenta: Si yo soy varón de Dios, baje fuego del cielo que te devore a ti y a tus cincuenta. Descendió, pues, fuego del cielo, y lo devoró a él y a los cincuenta soldados que consigo tenía.
IV Rey 1:11 Destacó nuevamente Ocozías contra él a otro capitán de cincuenta hombres con los cincuenta; el cual le dijo: Varón de Dios, el rey lo manda, baja presto.
IV Rey 1:16 al cual dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Beelzebub, dios de Accarón, como si no hubiera Dios en Israel, a quien pudieras consultar, por esto, de la cama en que te acostaste no te levantarás; sino que morirás indefectiblemente.
IV Rey 2:2 Y dijo Elías a Eliseo: Quédate aquí, porque el Señor me envía a Betel. Al cual respondió Eliseo: Te juro por el Señor y por tu vida, que no te dejaré. Llegados que fueron a Betel,