LO cual, mirando José, se arrojó sobre el rostro de su padre, bañándole en lágrimas y besándole. 2 Y mandó después a los médicos que tenía a su servicio, embalsamar el cuerpo; 3 los cuales en ejecución de lo mandado, gastaron cuarenta días, que tal era la costumbre en embalsamar los cadáveres; y le lloró Egipto setenta días. 4 Terminado el tiempo de luto, habló José así a la familia principal del faraón: Si he hallado gracia delante de vosotros, insinuad al faraón, 5 que mi padre al morir me juramentó diciendo: Yo me muero en la sepultura que abrí para mí en la tierra de Canaán, allí enterrarás mi cuerpo. Iré, pues, a sepultar a mi padre, y volveré luego.

6 A lo que dijo el faraón: Anda enhorabuena y sepulta a tu padre como se lo prometiste con juramento. 7 El cual emprendió su viaje, acompañado de todos los ancianos o primeros señores del palacio del faraón, y todos los principales de la tierra de Egipto, 8 y de su propia familia y de sus hermanos, menos los niños y los ganados mayores y menores, que dejaron en la tierra de Gesén. 9 Fueron asimismo en la comitiva carros y gente de a caballo; y se juntó un gran acompañamiento. 10 De esta suerte llegaron a la Era de Atad, situada en la otra parte del Jordán, donde emplearon siete días en celebrar las exequias con gran y acerbo llanto.

11 Lo que habiendo visto los habitantes de la tierra de Canaán, dijeron: Gran duelo es éste para los egipcios; y a consecuencia de esto se llamó aquel sitio, Llanto de Egipto. 12 Hicieron, pues, los hijos de Jacob , lo que éste les dejó encomendado; 13 y transportándolo a la tierra de Canaán, lo sepultaron en la cueva doble que había comprado Abrahán junto con el campo de Efrón el heteo, enfrente de Mambre, para sepultura suya.

14 Se volvió después José a Egipto, con sus hermanos y todo el acompañamiento, luego que hubo sepultado a su padre. 15 Y como después de su muerte anduviesen temerosos los hermanos y diciéndose unos a otros: ¿Quién sabe si se acordará José de la injuria que padeció, y nos retornará todo el mal que le hicimos? 16 Le enviaron a decir: Tu padre antes de morir nos encargó, 17 que te dijésemos estas palabras en su nombre: Te ruego que te olvides de la maldad de tus hermanos, y del pecado, y de la malicia que contra ti usaron. Nosotros también te suplicamos que perdones esta maldad a los siervos del Dios de tu padre. Oyendo José estas razones, prorrumpió en llanto. 18 Y vinieron a él sus hermanos, y adorándole postrados en tierra, le dijeron: Esclavos tuyos somos; aquí nos tienes. 19 A los cuales él respondió: No tenéis que temer; ¿podemos acaso nosotros resistir a la voluntad de Dios? 20 Vosotros pensasteis hacerme un mal; pero Dios lo convirtió en bien para ensalzarme, como al presente lo estáis viendo; y para salvar a muchos pueblos.

21 No temáis, pues; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos. Y los consoló y habló con expresiones blandas y amorosas.

22 Y habitó José en Egipto, con toda la familia de su padre; y vivió ciento diez años,

23 y vio a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. Tuvo también y acarició sobre sus rodillas a los hijos de Maquir, hijo de Manasés,

24 Pasadas todas estas cosas, habló José a sus hermanos en estos términos: Después de mi muerte os visitará Dios, y os sacará de esta tierra para la tierra que tiene prometida con juramento a Abrahán, a Isaac y a Jacob .

25 Y habiéndolos juramentado y dicho: Cuando Dios os visitará, transportad de este lugar mis huesos con vosotros. 26 Vino a morir, cumplidos ciento diez años de su vida. Y embalsamado, fue depositado en Egipto dentro de una caja.
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Angelorum
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