CUANDO en la tierra, que tu Señor Dios te ha de dar, se hallare el cadáver de un hombre asesinado, sin que se sepa quién lo mató,

2 saldrán los ancianos y jueces, y medirán las distancias de todas las ciudades cercanas desde el lugar del cadáver. 3 Y los ancianos de aquella ciudad que se hubiere averiguado estar más cercana que las otras, tomarán de la vacada una ternera que no haya traído yugo, ni arado la tierra; 4 y la conducirán a un valle erial y peñascoso, que nunca haya sido labrado ni sembrado, y le cortarán allí el pescuezo. 5 Entonces se acercarán los sacerdotes hijos de Leví, elegidos por el Señor tu Dios para que sean ministros suyos, y te den la bendición en su nombre, y por sentencia de ellos se decida todo negocio, y lo que es limpio o inmundo. 6 Y los ancianos de dicha ciudad irán donde está el cuerpo muerto, y lavarán sus manos sobre la ternera que fue degollada en el valle, 7 y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre: ni de nuestros ojos lo han visto; 8 sé propicio, ¡oh Señor!, a tu pueblo de Israel, a quien rescataste, y no le imputes la sangre inocente, derramada en medio de él. Con lo que no recaerá sobre ellos el reato del homicidio. 9 Y tú no quedarás responsable de esta efusión de sangre inocente, habiendo hecho lo mandado por el Señor.

10 Si saliendo a pelear contra tus enemigos, el Señor Dios tuyo los entregare en tus manos, y los cautivares, 11 y vieres entre los cautivos una mujer hermosa, y enamorado de ella deseares tenerla por mujer, 12 la introducirás en tu casa; y se raerá el cabello, y cortará las uñas; 13 y dejará el vestido con que fue hecha prisionera, y quedándose de asiento en tu casa, llorará un mes a su padre y a su madre; después de esto te juntarás con ella y tú serás su marido, y ella será mujer tuya. 14 Si andando el tiempo te desagradare, la despacharás libre; no podrás venderla por dinero ni oprimirla con tiranía ya que la desfloraste.

15 Si un hombre tuviere dos mujeres, una amada y otra desamada, y le parieren hijos, y el hijo de la desamada fuere primogénito, 16 al tratar de repartir su hacienda entre los hijos, no podrá hacer mayorazgo al hijo de la querida, prefiriéndole al hijo de la malquista, o menos amada; 17 sino ha de reconocer por primogénito al hijo de la malquista, y le hará de todos sus haberes porción doble: porque siendo el primero de sus hijos, a él le toca el mayorazgo.

18 Si un hombre tuviere un hijo rebelde y desvergonzado, que no atiende lo que manda el padre y la madre, y castigado se resiste con desprecio a obedecer, 19 préndanlo y llévenlo ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta donde está el juzgado, 20 y les dirán: Este hijo nuestro es desobediente y rebelde: hace burla de nuestras reprensiones: pasa la vida en merendonas y en disoluciones y convites. 21 Entonces, dada la sentencia, morirá apedreado por el pueblo de la ciudad: para que arranquéis el escándalo de en medio de vosotros, y todo Israel oyéndole tiemble.

22 Cuando un hombre cometiere delito de muerte, y sentenciado a morir fuere colgado en un patíbulo, 23 no permanecerá colgado su cadáver en el madero; sino que dentro del mismo día será sepultado: porque es maldito de Dios el que está colgado del madero; y tú por ningún acontecimiento has de manchar tu tierra, cuya posesión el Señor tu Dios te hubiere dado.

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