HABLÓ el Señor a Moisés, diciendo: 2 La persona que pecare, porque, menospreciado el Señor, negó a su prójimo el depósito confiado a su fidelidad, o le quitó alguna cosa con violencia, o le defraudó con engaño, 3 o porque habiendo hallado alguna cosa perdida, la niega añadiendo un falso juramento, o hace cualquier otra cosa de las muchas de esta naturaleza en que suelen pecar los hombres, 4 convencida del delito, restituirá 5 por entero, al dueño a quien causó el daño, todo lo que quiso defraudar, y además de eso la quinta parte.

6 Y ofrecerá por su pecado un carnero sin tacha de los rebaños, y lo dará al sacerdote, a proporción y medida del delito; 7 el cual hará oración por él en presencia del Señor, y le será perdonado cualquier pecado que haya cometido.

8 Habló también el Señor a Moisés, diciendo: 9 Da esta orden a Aarón y a sus hijos: La ley del holocausto ha de ser ésta: Será quemado en el altar durante toda la noche hasta la mañana; el fuego ha de ser el mismo del altar. 10 El sacerdote se revestirá de la túnica, y se pondrá los calzoncillos de lino, y recogerá las cenizas a que el fuego voraz lo habrá reducido, y poniéndolas junto al altar, 11 se desnudará de las primeras vestiduras, y vestido con las otras ordinarias, llevará las cenizas fuera del campamento, y en un lugar muy limpio hará que los carbones o huesos se consuman hasta reducirse a pavesas. 12 El fuego ha de arder siempre en el altar y el sacerdote cuidará de cebarle echando leña cada día por la mañana; y puesto encima el holocasto, quemará sobre él la grasa de las hostias pacíficas. 13 Este es el fuego perpetuo, que nunca debe faltar en el altar. 14 La ley del sacrificio y de las libaciones que han de ofrecer los hijos de Aarón en presencia del Señor y en el altar, es esta: 15 Tomará el sacerdote un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que se haya puesto encima, y lo quemará en el altar en memoria y olor suavísimo al Señor. 16 La parte restante de la flor de harina la comerán sin levadura Aarón y sus hijos, y la comerán en el lugar santo del atrio del Tabernáculo. 17 La razón porque no tendrá levadura, es porque una parte de ella se ofrece como holocausto al Señor. Así sera ésta una cosa sacrosanta, como el sacrificio por el pecado y por el delito o falta. 18 Solamente los varones del linaje de Aarón la comerán. Será esta ley perpetua en los sacrificios del Señor, que pasará entre vosotros de generación en generación. Todo el que tocare estas cosas será santificado.

19 Habló aún el Señor a Moisés, diciendo: 20 Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos deben ofrecer a Dios en el día de su consagración: ofrecerán en sacrificio perpetuo la décima parte de un efi de flor de harina, la mitad por la mañana y la otra mitad por la tarde; 21 que, amasada con aceite, se freirá en una sartén; y el sacerdote que sucediere legítimamente a su padre, la ha de ofrecer caliente para olor suavísimo al Señor. 22 Y toda entera será quemada en el altar; 23 porque todo sacrificio de los sacerdotes debe ser consumido con el fuego, y no comerá nadie de él.

24 Habló aún el Señor a Moisés, diciendo: 25 Di a Aarón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima ofrecida por el pecado: Será sacrificada en el acatamiento del Señor, en el lugar donde se ofrece el holocausto, siendo, como es, cosa sacrosanta. 26 El sacerdote que la ofrece, la comerá en el lugar santo, en el atrio del Tabernáculo. 27 Todo lo que tocare sus carnes, será santificado. Si cayere gota de su sangre sobre algún vestido, éste se lavará en lugar santo. 28 La vasija de barro en que fue cocida, será quebrada; pero si el vaso fuere de cobre, se fregará y lavará con agua.

29 Todos los varones del linaje sacerdotal comerán de la carne de esta hostia, por ser cosa sacrosanta. 30 Mas en cuanto a la hostia sacrificada por el pecado, cuya sangre se introduce en el Tabernáculo del Testimonio para impetrar la expiación o perdón en el santuario, no se comerá, sino que será quemada al fuego.

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