Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

piedra

Gen 2:12 Y el oro de aquella tierra es finísimo: allí se encuentra el bedelio, y la piedra cornerina.
Gen 28:18 Levantándose, pues, Jacob al amanecer, cogió la piedra que se había puesto por cabecera, y la erigió como un monumento de la visión, derramando óleo encima.
Gen 28:22 y esta piedra, que dejo erigida en monumento, llamarse ha Casa de Dios: y de todo lo que me dieres, te ofreceré, ¡oh Señor!, el diezmo.
Gen 29:2 Y vio un pozo en el campo, y cerca de él tres hatos de ovejas sesteando, porque de él se abrevaban los ganados, y el brocal estaba tapado con una gran piedra.
Gen 29:3 Por cuanto la costumbre era que después de reunidos todos los hatos de ovejas, removían la piedra, y una vez abrevadas, volvían a ponerla sobre el pozo.
Gen 29:8 Respondieron ellos: No podemos hacerlo, hasta que se junten todos los ganados, y quitemos la piedra del brocal del pozo para abrevar los rebaños.
Gen 29:10 Jacob luego que la vio, sabiendo ser su prima hermana, y las ovejas de Labán su tío materno, removió la piedra con que se cerraba el pozo.
Gen 31:13 Yo soy el Dios de Betel, en donde tú ungiste la piedra, y me hiciste aquel voto. Ahora, pues, levántate y sal de esta tierra, y vuélvete a la de tu nacimiento .
Gen 31:45 Tomó entonces Jacob una piedra, y la erigió en testimonio,
Gen 31:51 Y dijo de nuevo a Jacob : Mira: este majano, y la piedra que he levantado entre los dos,
Gen 31:52 servirán de testigos; este majano, digo, y la piedra darán testimonio, si o yo pasare de él para ir contra ti, o tú le pasares maquinando mal contra mí,
Gen 35:14 Pero Jacob erigió una piedra en monumento o testimonio en el lugar en que Dios le había hablado, ofreciendo sobre ella libaciones y derramando óleo;
Gen 49:24 Apoyó su arco o su confianza en el fuerte Dios, y fueron desatadas las cadenas de sus brazos y manos por la mano del todopoderoso Dios de Jacob de donde salió para pastor y piedra fundamental de Israel.
Ex 7:19 Dijo asimismo el Señor a Moisés: Dile a Aarón: Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, y sobre sus ríos, y acequias, y lagunas y todos los estanques de agua, para que se conviertan en sangre, y sangre haya en toda la tierra de Egipto, hasta en las vasijas, tanto de madera como de piedra.
Ex 9:23 Extendió luego Moisés la vara hacia el cielo, y el Señor despidió truenos, y granizo, y centellas que discurrían sobre la tierra. E hizo llover el Señor piedra sobre el país de Egipto.
Ex 9:24 Y la piedra y el fuego caían mezclados entre sí: y fue la piedra de tal tamaño, cual no se vio jamás antes en toda la tierra de Egipto, desde el establecimiento de aquella nación.
Ex 9:24 Y la piedra y el fuego caían mezclados entre sí: y fue la piedra de tal tamaño, cual no se vio jamás antes en toda la tierra de Egipto, desde el establecimiento de aquella nación.
Ex 9:26 Sólo en la tierra de Gesén, donde moraban los hijos de Israel, no cayó piedra.
Ex 9:29 Respondió Moisés: Saliendo de la ciudad, alzaré mis manos al Señor, y cesarán los truenos, y no caerá más piedra; para que sepas que la tierra es del Señor.
Ex 9:34 Pero viendo el faraón que había cesado la lluvia, la piedra y los truenos, agravó su pecado:
Ex 10:15 Y cubrieron toda la faz de la tierra, talándolo todo. De manera que fue devorada la hierba del campo, y todos los frutos de los árboles, que había perdonado la piedra; y no quedó absolutamente cosa verde, ni en los árboles, ni en las hierbas de la tierra en todo Egipto.
Ex 15:5 Sepultados quedan en los abismos, se hundieron como una piedra hasta lo más profundo.
Ex 15:16 Caiga sobre ellos el terror y espanto, a vista del gran poder de tu brazo, queden inmóviles como una piedra, en tanto que pasa, ¡oh Señor!, tu pueblo, hasta que pase este pueblo tuyo que tú has adquirido.
Ex 17:12 Ya los brazos de Moisés estaban cansados; por lo que tomando una piedra, se la pusieron debajo, y se sentó en ella, y Aarón de una parte y Hur de la otra lo sostenían en brazos, los cuales de esta manera permanecieron en alto hasta que se puso el sol.
Ex 20:25 Y si me hicieres altar de piedra, no le has de hacer de piedras labradas; porque si alzares pico sobre él, quedará profanado el altar.
Ex 21:18 Si riñeren entre sí dos hombres, y el uno hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero tuviere que guardar cama;
Ex 24:12 Mas dijo Dios a Moisés: Sube a lo alto del monte en donde estoy y detente allí, y te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que tengo escritos en ellas, a fin de que los enseñes al pueblo.
Ex 28:10 seis nombres en una piedra, y los seis restantes en la otra, por el orden de su nacimiento .
Ex 28:17 Colocarás en él cuatro órdenes de piedras preciosas. En el primer orden estarán la piedra sárdica, el topacio y la esmeralda,
Ex 28:21 y contendrán los nombres de los hijos de Israel: Sus doce nombres estarán grabados en ellas, según las doce tribus: en cada piedra un nombre.
Ex 31:18 Concluidos estos razonamientos en el monte Sinaí , dio el Señor a Moisés las dos tablas de piedra, que contenían la ley, escritas por el dedo de Dios.
Ex 34:1 Dijo después el Señor: Labra dos tablas de piedra, semejantes a las primeras, y escribiré en ellas las palabras que contenían las tablas que hiciste pedazos.
Ex 34:4 Cortó, pues, dos tablas de piedra, como las anteriores; y madrugando, subió con ellas antes del día al monte Sinaí , como le había ordenado el Señor.
Ex 39:14 Estas doce piedras tenían esculpidos los nombres de las doce tribus de Israel: un nombre en cada piedra.
Lev 26:1 Yo soy el Señor Dios vuestro: No os fabricaréis ídolos, ni estatuas, ni erigiréis columnas o aras, ni pondréis en vuestra tierra piedra señalada con el fin de adorarla, porque yo soy el Señor Dios vuestro.
Núm 35:17 Si tirare una piedra, y el herido muere del golpe, incurrirá en la misma pena.
Deut 4:13 El os mostró su pacto, y os mandó que le guardarais, y los diez Mandamientos que escribió en dos tablas de piedra.
Deut 4:28 Y allí serviréis a dioses fabricados por mano de hombres, al leño y a la piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.
Deut 5:22 Estas palabras y no más son las que habló en alta voz el Señor a toda vuestra multitud en el monte, desde en medio del fuego y de la tenebrosa nube; y las escribió en las dos tablas de piedra, las cuales me entregó.
Deut 8:15 y que ha sido tu conductor por el vasto y espantoso desierto, donde había serpientes que abrasaban con su aliento, y escorpiones y dípsades, sin que tuvieses una gota de agua: la cual te la hizo salir a chorros de una piedra durísima:
Deut 9:9 cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas de la Alianza que hizo el Señor con vosotros, y me mantuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber.
Deut 9:10 Entonces me dio el Señor dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios, y que contenían todas las palabras que os habló en el monte, desde el medio del fuego, estando junto todo el pueblo.
Deut 9:11 Pasados, como digo, los cuarenta días y cuarenta noches, me dio el Señor las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza,
Deut 10:1 En aquel tiempo me dijo el Señor: Lábrate dos tablas de piedra semejantes a las primeras, y sube a mí al monte; y harás un Arca de madera.
Deut 10:3 Hice, pues, un Arca de madera de setim o incorruptible; y labradas dos tablas de piedra como las primeras, subí al monte con ellas en las manos.
Deut 28:36 El Señor te transportará con tu rey, que habrás establecido sobre ti, a una nación que ni conoces tú, ni tus padres, en donde servirás a dioses extraños, al leño y a la piedra.
Deut 28:64 El Señor te desparramará, ¡oh Israel!, por todos los pueblos desde un cabo del mundo al otro; y allí servirás a dioses ajenos que ni tú, ni tus padres conocisteis, a dioses de palo y de piedra.
Deut 29:17 habéis visto las abominaciones y suciedades, esto es, sus ídolos, o el leño y la piedra, la plata y el oro que adoraban.
Jos 4:5 y les dijo: Id delante del Arca del Señor Dios vuestro al medio del Jordán; y traed de allí una piedra cada uno sobre vuestros hombros, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel,
Jos 15:6 y tocan sus confines en Bet-Hagla, y pasando por el norte a Bet-Aaraba, suben hasta la piedra de Boén, hijo de Rubén.