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Gen 35:4
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Le dieron, pues, todos los dioses ajenos que tenían, y los zarcillos que éstos llevaban pendientes de las orejas; y Jacob los soterró al pie de un terebinto o encina, que está a la otra parte de la ciudad de Siquem.
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Ex 32:2
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Les respondió Aarón: Tomad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres y de vuestros hijos e hijas, y traédmelos.
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IV Rey 21:12
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Por tanto, esto dice el Señor Dios de Israel: Sabed que yo lloveré sobre Jerusalén y Judá tales calamidades, que a cualquiera que las oyere contar le retiñirán de terror ambas orejas;
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Salm 57:5
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Su furor es semejante al de una serpiente; como el del áspid que se hace sordo, que te tapa las orejas,
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Salm 134:17
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orejas tienen y no oirán, pues no hay aliento o espíritu de vida en su boca.
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Prov 26:17
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El que yendo de paso se mezcla acalorado en riñas de otros, corre peligro que le suceda lo que a quien agarra por las orejas a un perro irritado.
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Ecle 12:4
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y se cerrarán los labios, puertas que son de la calle, por la voz débil de la lengua que hace el oficio del que muele; e insomnes los hombres se levantarán a la voz de un pájaro, y quedarán sordas sus orejas, que son las que perciben el canto o la armonía.
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Sab 15:15
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Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.
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Ecli 17:5
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De la sustancia del mismo formó Dios una ayuda semejante a él; les dio a ambos razón y lengua, y ojos, y orejas, e ingenio para inventar, y los llenó de las luces del entendimiento.
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Ecli 27:15
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La lengua que jura mucho, hará erizar el cabello, y su irreverencia le hace a cualquiera tapar las orejas.
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Ecli 28:28
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Haz de espinas una cerca a tus orejas, y no des oídos a la mala lengua, y pon puerta y candado a tu boca.
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Isa 6:10
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Embota el corazón de ese pueblo, tapa sus orejas, y véndale los ojos; no sea que quizá con sus ojos vea, y con sus orejas oiga, y comprenda con su mente, y se convierta, y tenga yo que curarle.
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Isa 6:10
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Embota el corazón de ese pueblo, tapa sus orejas, y véndale los ojos; no sea que quizá con sus ojos vea, y con sus orejas oiga, y comprenda con su mente, y se convierta, y tenga yo que curarle.
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Isa 33:15
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Aquel que anda por las sendas de la justicia y habla verdad, que aborrece las riquezas adquiridas con la calumnia o extorsión, y tiene limpias sus manos de todo cohecho; que tapa sus orejas para no prestar oídos a los sanguinarios, y cierra sus ojos por no ver lo malo.
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Isa 35:5
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Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y quedarán expeditas las orejas de los sordos.
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Isa 42:20
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Tú que ves tantas cosas vaticinadas por mis profetas, ¿cómo no reflexionas sobre ellas? Tú que tienes abiertas las orejas, ¿cómo no escuchas?
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Isa 43:8
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Echa, fuera al pueblo aquel que es ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas.
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Isa 48:8
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Ni las habías oído ni las sabías; ni entonces tenías abiertas tus orejas; que bien sé que tú has de proseguir siempre prevaricando; y prevaricador te llamé desde el seno de tu madre.
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Jer 5:21
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Escucha, ¡oh pueblo insensato y sin cordura!; vosotros que teniendo ojos no veis, y teniendo orejas no oís:
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Jer 6:10
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Mas, ¿a quién dirigiré yo la palabra? ¿Y a quién conjuraré para que me escuche, pues tienen tapadas sus orejas, y no pueden oír? Lo peor es que la palabra del Señor les sirve de escarnio, y no la recibirán.
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Jer 19:3
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Escuchad, les dirás, la palabra del Señor, ¡oh reyes de Judá y ciudadanos de Jerusalén ! Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Sabed que yo descargaré sobre este lugar tales castigos, que a cualquiera que los oyere contar le retiñirán las orejas.
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Ezeq 16:12
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Y adorné con joyas tu frente, y tus orejas con zarcillos, y tu cabeza con hermosa diadema,
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Ezeq 23:25
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Con esto tomaré yo venganza en ti de mi amor ofendido; la cual ejecutarán ellos sin misericordia: Te cortarán ignominiosamente la nariz y orejas, y el resto lo destrozarán con la espada; se llevarán cautivos a tus hijos e hijas; y cuanto quedare de ti lo consumirá el fuego.
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Mc 7:33
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Y apartándole Jesús del bullicio de la gente, le metió los dedos en las orejas, y con la saliva le tocó la lengua.
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