Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

orar

Lev 16:34 Y será ley eterna para vosotros el orar por los hijos de Israel y por todos sus pecados una vez al año. Lo hizo, pues, Moisés como el Señor lo había mandado.
I Rey 2:22 Helí era muy viejo; y llegó a saber el modo de portarse sus hijos con todo el pueblo; y que dormían con la mujeres que venían a velar y a orar en la puerta del Tabernáculo.
III Rey 8:33 Si tu pueblo de Israel huyere a la presencia de sus enemigos (porque vendrá día en que pecará contra ti), y haciendo penitencia, y dando gloria a tu Nombre, vinieren sus hijos a orar y a implorar tu misericordia en esta tu casa,
III Rey 8:59 Y estas mis palabras, con que acabo de orar al Señor, estén presentes día y noche ante el Señor Dios nuestro, para que en todo tiempo ampare a su siervo y a su pueblo de Israel;
I Par 21:30 Mas David no tuvo aliento para ir entonces a aquel altar a orar allí a Dios, porque había quedado muy aterrado de espanto, al ver la espada del ángel del Señor.
Tob 3:1 Entonces Tobías prorrumpió en gemidos; y empezó a orar con lágrimas,
Jud 8:33 Mas no quiero que pretendáis indagar lo que voy a hacer; y hasta que vuelva yo a avisaros, no se haga otra cosa, sino orar por mí a Dios nuestro Señor.
Jud 12:7 Con esto salía por las noches al valle de Betulia, y antes de orar se lavaba en una fuente de agua.
Salm 34:13 Pero yo mientras ellos me afligían, me cubría de cilicio, humillaba mi alma con el ayuno, no cesando de orar en mi corazón.
Ecli 18:22 Nada te detenga de orar siempre que puedas; ni te avergüences de hacer buenas obras hasta la muerte; porque la recompensa de Dios dura eternamente.
Ecli 39:7 Abrirá su boca para orar, y pedirá perdón de sus pecados.
Isa 16:12 Y sucederá que cuando Moab esté cansado de acudir a sus lugares altos entrará en sus santuarios para orar; pero no podrá tampoco conseguir nada.
Dan 9:23 La orden se me dio desde luego que te pusiste a orar, y yo vengo para mostrártela; porque tú eres un varón de ardientes deseos. Atiende, pues, tú ahora a mis palabras, y entiende la visión.
Zac 8:22 Y vendrán a Jerusalén muchos pueblos y naciones poderosas a buscar al Señor de los ejércitos y a orar en su presencia.
Mt 6:5 Asimismo cuando oráis no habéis de ser como los hipócritas, que a propósito se ponen a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos de los hombres. En verdad les digo que ya recibieron su recompensa.
Mt 6:6 Tú, al contrario, cuando hubieres de orar, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora en secreto a tu Padre, y tu Padre, que ve lo más secreto, te premiará en público.
Mt 6:9 Ved, pues, cómo habéis de orar: padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
Mt 14:23 Y despedidos éstos se subió solo a orar en un monte, y entrada la noche se mantuvo allí solo.
Mt 26:44 Y dejándolos, se retiró aún a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
Mc 6:46 Así que le despidió, se retiró a orar en el monte.
Mc 11:25 Mas al poneros a orar, si tenéis algo contra alguno, perdonadle el agravio, a fin de que vuestro Padre que está en los cielos, también os perdone vuestros pecados.
Mc 14:39 Se fue otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras.
Lc 6:12 Por este tiempo se retiró a orar en un monte, y pasó toda la noche orando a Dios.
Lc 9:28 Sucedió, pues, que cerca de ocho días después de dichas estas palabras, tomó consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan, y subió a un monte a orar.
Lc 11:1 Un día estando Jesús orando en cierto lugar, acabada la oración, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, como enseñó también Juan a sus discípulos.
Lc 11:2 Y Jesús les respondió: Cuando os pongáis a orar, habéis de decir: Padre, sea santificado tu nombre. Venga a nosotros tu reino.
Lc 18:1 Les propuso también esta parábola, para hacer ver que conviene orar perseverantemente y no desfallecer,
Lc 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar, el uno era fariseo, y el otro publicano.
Col 1:9 Por eso también nosotros desde el día en que lo supimos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir a Dios que alcancéis pleno conocimiento de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual,