Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Micás

Juec 17:1 Hubo en aquel tiempo un hombre de la montaña de Efraín, llamado Micás;
Juec 17:3 Volvió, pues, Micás a su madre los siclos de plata. Y ella le dijo: Consagré y ofrecí con voto al Señor esta plata, para que recibiéndola mi hijo de mi mano, haga una imagen de talla y de fundición; y por lo mismo ahora te la entrego.
Juec 17:4 Luego que Micás restituyó a su madre la plata, separó ella doscientas monedas de plata, y se las dio a un platero que hiciera de ellas una imagen de talla y fundición, que se colocó en la casa de Micás.
Juec 17:4 Luego que Micás restituyó a su madre la plata, separó ella doscientas monedas de plata, y se las dio a un platero que hiciera de ellas una imagen de talla y fundición, que se colocó en la casa de Micás.
Juec 17:8 Pero dejando la ciudad de Betlehem, quiso mudarse a otra parte, a donde hallase mejor su conveniencia. Y como siguiendo su camino hubiese llegado a la montaña de Efraín, y desviádose un poco hacia la casa de Micás,
Juec 17:10 Le dijo Micás: Quédate en mi casa, y me servirás de padre y sacerdote, y te daré todos los años diez siclos de plata, dos vestidos y el sustento necesario.
Juec 17:11 Condescendió y se quedó en casa de Micás, quien lo trató como a uno de sus hijos.
Juec 17:12 Y Micás le consagró las manos; y tuvo en su casa a este joven en calidad de sacerdote,
Juec 18:2 Con esta mira los hijos de Dan despacharon desde Saraa y Estaol cinco varones muy esforzados de su linaje y familia, para que reconociesen y registrasen bien el país de su suerte; y dijéronles: Id y reconoced la tierra. Los cuales puestos en camino, en llegando a la montaña de Efraín, entraron en casa de Micás, y descansaron allí.
Juec 18:4 El cual les respondió: Esto y esto hizo conmigo Micás; y me tiene asalariado para que sea su sacerdote.
Juec 18:13 Desde allí pasaron a la montaña de Efraín: y llegados a la casa de Micás,
Juec 18:15 Y apartándose un poco, entraron en la habitación del joven levita, que vivía en la casa de Micás, y le saludarón con palabras amistosas.
Juec 18:22 y se hallaban ya lejos de la casa de Micás, cuando los hombres que moraban en casa de éste, alborotándose fueron tras ellos,
Juec 18:23 y comenzaron a dar gritos a sus espaldas. Mas algunos de ellos volviéndose a mirar lo que era, dijeron a Micás: ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué me gritas?
Juec 18:26 Dicho esto, prosiguieron su camino; y Micás viendo que podían más que él, se volvió a su casa.
Juec 18:31 Y permaneció entre ellos el ídolo de Micás todo el tiempo que estuvo en Silo la casa o Tabernáculo de Dios. No había en aquel tiempo rey o jefe supremo en Israel.