Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Dame

Gen 14:21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, las demás cosas quédatelas para ti.
Gen 24:17 Fue, pues, a su encuentro el criado de Abrahán, y le dijo: Dame a beber un poquito de agua de tu cántaro.
Gen 24:43 he aquí que estoy junto a esta fuente: haz, pues, que la doncella que salga a sacar agua, a quien yo diga: Dame a beber un poco de agua de tu cántaro,
Gen 25:30 y le dijo: Dame de esa menestra roja que has cocido, pues estoy sumamente cansado. Por cuya causa se le dio después el apellido de Edom.
Gen 27:34 Oídas las palabras del padre, arrojó Esaú un grito furioso; y consternado, dijo: Dame también a mí tu bendición, ¡oh padre mío!
Gen 29:21 Dijo después a Labán: Dame mi esposa: pues ya llegó el tiempo de casarme con ella.
Gen 30:1 Pero Raquel, viéndose estéril, tenía envidia de su hermana, y así dijo a Jacob : Dame hijos, de otra manera yo me muero.
Gen 30:14 Sucedió que Rubén, yendo por el campo en tiempo de la siega de los trigos, halló unas mandrágoras que trajo a Lía su madre. Y dijo Raquel: Dame de esas mandrágoras de tu hijo.
Gen 30:26 Dame mis mujeres y mis hijos, por los cuales te he servido, que quiero ya irme: tú sabes bien cuáles han sido mis servicios para contigo.
Jos 14:12 Dame, pues, esa montaña, o territorio montuoso, que oyéndolo tú mismo, me prometió el Señor donde hay aún enaceos o gigantes y ciudades grandes y fuertes, por ver si el Señor me ayuda, como espero, y puedo dar cabo de ellos, como me lo tiene prometido.
Jos 15:19 A lo que respondió ella: Dame tu bendición, y concédeme una gracia. Me has dado una tierra de secano hacia el mediodía; agrégame otra de regadío. Y Caleb le dio otra heredad, colina y vega, todo regadío.
Juec 1:14 A lo que respondió ella: Dame tu bendición, concediéndome una gracia: Ya que me has dado terreno árido, dámele también de regadío. Con eso Caleb le dio una heredad de tierra de ragadío alta y baja.
Juec 4:18 le dijo Sísara: Dame por tu vida un poco de agua, que me muero de sed. Abrió ella un odre de leche, y le dio de beber, y volvió a cubrirlo con la ropa.
I Rey 2:15 Y aun antes que quemasen la grosura de la víctima, venía el criado del sacerdote, y decía al que inmolaba: Dame de la carne paraguisársela yo al sacerdote, según su gusto; pues no he de tomar de ti la carne cocida, sino cruda.
I Rey 20:29 Diciéndome: Dame licencia; por cuanto se celebra un sacrificio solemne en nuestra ciudad, y me ha convidado, con muchas instancias, uno de mis hermanos; si he hallado, pues, gracia en tus ojos, permíteme dar una vuelta por allí, y ver a mis hermanos. Por ese motivo no ha venido a la mesa del rey.
III Rey 17:10 Partió, pues, y se fue a Sarepta, y al llegar a la puerta de la ciudad, se encontró con una mujer viuda que andaba recogiendo leña; y llamándola le dijo: Dame en un vaso un poco de agua para beber.
III Rey 17:19 Le respondió Elías: Dame tu hijo. Y tomándole de su regazo, lo llevó al aposento de arriba, donde estaba hospedado, y lo puso sobre su cama.
III Rey 21:2 Habló, pues, Acab a Nabot, diciendo: Dame tu viña para hacerme una huerta, estando como está vecina y contigua a mi palacio, y en cambio de ella te daré otra viña mejor, o si te tiene más cuenta, su justo precio en dinero.
III Rey 21:6 Le respondió: He hablado a Nabot, jezraelita, y le he dicho: Dame tu viña a dinero contante, o si quieres, yo te daré en cambio de ella otra viña mejor. A lo que me ha contestado: No te doy yo mi viña.
I Par 21:22 Le dijo David: Dame el sitio de tu era, recibiendo su valor en dinero contante, para edificar en ella un altar al Señor, a fin de que cese el azote del pueblo.
Jud 13:7 dijo: Dame valor, oh Señor Dios de Israel, y favorece en este trance la empresa de mis manos, para que sea por ti ensalzada, como lo tienes prometido, tu ciudad de Jerusalén ; y ejecute yo el designio que he formado, contando con tu asistencia para llevarlo a cabo.
Salm 118:33 HE. Dame, ¡oh Señor!, por norma el camino de tus justísimos mandamientos, e iré siempre por él.
Salm 118:34 Dame inteligencia, y estudiaré atentamente tu ley, y la observaré con todo mi corazón.
Prov 23:26 Dame, ¡oh hijo mío!, tu corazón, y fija tus ojos en mis santos caminos;
Prov 30:15 La sanguijuela de la concupiscencia tiene dos hijas, las cuales están diciendo siempre: Dame, dame. Tres cosas hay insaciables, o más bien cuatro, que jamás dicen ya basta:
Os 13:10 ¿Dónde está tu rey?; ¿dónde tus jueces? Ahora es la ocasión de que te salven a ti y a tus ciudades; puesto que me dijiste tú: Dame un rey y príncipes que me gobiernen.
Mt 14:8 Con eso ella, prevenida antes por su madre: Dame aquí, dijo, en una fuente o plato, la cabeza de Juan Bautista.
Lc 16:2 Le llamó, pues, y le dijo: ¿Qué es esto que oígo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque no quiero que en adelante cuides de mi hacienda.
Jn 4:7 Vino entonces una mujer samaritana a sacar agua. Le dijo Jesús : Dame de beber.
Jn 4:10 Le dijo Jesús en respuesta: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dijo: Dame de beber, puede ser que tú le hubieras pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.