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Salm 5:11
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Su garganta es un sepulcro abierto; con sus lenguas urden continuamente engaños. Júzgalos, ¡oh Dios mío. Frústrense sus designios, arrójalos fuera, lejos de tu presencia, como lo merecen sus muchas impiedades; puesto que, ¡oh Señor!, te han irritado.
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Ecli 51:3
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y has librado mi cuerpo de la perdición, y del lazo de la lengua maligna, y de los labios que urden la mentira; y delante de mis acusadores te has manifestado mi defensor.
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Jer 6:13
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Ya que desde el más pequeño hasta el más grande, se han dado todos a la avaricia; y todos urden engaños, desde el profeta o cantor al sacerdote.
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