Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

leproso

Lev 13:22 en los cuales, si el mal cundiere, le declarará leproso;
Lev 13:46 Todo el tiempo que estuviere leproso e inmundo, habitará solo, fuera de poblado.
Lev 14:2 Este es el rito para la purificación del leproso: Será llevado al sacerdote,
Lev 14:32 Tal es el sacrificio del leproso que no puede procurarse todas las cosas ordenadas para su purificación.
Lev 22:4 Ninguno de la sangre de Aarón que sea leproso, o adolezca de gonorrea, comerá de las ofrendas consagradas a mí, hasta que sane.
Núm 5:2 Da orden a los hijos de Israel, que echen fuera del campamento a todo leproso y al que adolece de gonorrea, y al manchado por causa de algún muerto.
IV Rey 5:1 Naamán, general de los ejércitos del rey de Siria, era un hombre de gran consideración y estima para con su amo; pues por su medio había el Señor salvado la Siria; y era un varón forzado y rico, pero leproso.
IV Rey 15:5 Mas el Señor castigó al rey; el cual estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó separado en una casa aislada. Mientras tanto Joatam, hijo del rey, gobernaba el palacio, y administraba justicia al pueblo de aquella tierra.
II Par 26:21 Estuvo, pues, el rey Ozías leproso hasta su muerte, y habitó en una casa separada, cubierto de lepra, por motivo de la cual había sido echado del templo del Señor. Entretanto su hijo Joatam tomó el gobierno de la casa real, y administraba justicia al pueblo.
II Par 26:23 Al fin fue Ozías a descansar con sus padres, y lo sepultaron en el campo de los reales sepulcros; fuera de ellos, porque era leproso. Lo sucedió en el reino su hijo Joatam.
Isa 53:4 Es verdad que él mismo tomó sobre sí nuestras dolencias y cargó con nuestras penalidades; pero nosotros lo reputamos entonces como un leproso, y como un hombre herido de la mano de Dios y humillado,
Isa 64:6 Todos nosotros venimos a ser como un inmundo leproso, y como un sucio trapo todas nuestras obras de justificación; como las hojas de los árboles hemos caído todos, y nuestras maldades como un viento impetuoso nos han arrebatado y esparcido.
Mt 8:2 En esto, viniendo a él un leproso, que se postró ante él, diciendo: Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.
Mt 26:6 Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
Mc 1:40 Vino también a él un leproso a pedirle favor, e hincándose de rodillas, le dijo: Si tú quieres, puedes curarme.
Mc 14:3 Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, estando a la mesa, entró su mujer con un vaso de alabastro lleno de ungüento o perfume hecho de la espiga del nardo, de mucho precio, y quebrando el vaso, derramó el bálsamo sobre la cabeza de Jesús .