|
II Rey 3:34
|
Jamás tus manos se vieron atadas, ni cargados de grillos tus pies, sino que tú caíste, como suelen los buenos a manos de los malvados. Y todo el pueblo, repitiendo lo mismo, siguió llorando por él.
|
|
II Par 33:11
|
por eso hizo que viniesen sobre ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales hicieron prisionero a Manasés, y atado con cadenas y grillos lo llevaron a Babilonia.
|
|
Salm 104:18
|
Al cual afligieron, oprimiendo sus pies con grillos; un puñal atravesó su alma,
|
|
Salm 149:8
|
para aprisionar con grillos a sus reyes, y con esposas de hierro a sus magnates;
|
|
Ecle 7:26
|
y hallé al fin que es más amarga que la muerte la mujer; la cual es un lazo de cazar, y una red barredera su corazón, y sus manos unos grillos. Quien es grato a Dios huirá y se librará de ella; pero el pecador quedará preso.
|
|
Ecli 6:25
|
Mete tus pies en sus grillos, y tu cuello en su argolla: Hazte siervo de la sabiduría.
|
|
Ecli 6:30
|
Y sus grillos serán para ti fuerte defensa y firme base, y sus argollas un vestido de gloria;"
|
|
Ecli 21:22
|
Como grillos en los pies, y como cadena o esposa en su mano derecha, así es para el necio la ciencia.
|
|
Jer 39:7
|
Además hizo sacar los ojos a Sedecías, y lo aprisionó con grillos, para que fuese conducido a Babilonia.
|
|
Jer 52:11
|
A Sedecías le hizo sacar los ojos y le puso grillos; y el rey de Babilonia se lo llevó a esta ciudad, y lo condenó a prisión perpetua.
|
|
Lam 3:7
|
Me rodeó por todos lados para que no escapase; me puso pesados grillos.
|
|
Mc 5:4
|
Pues muchas veces, atado con grillos y cadenas, había roto las cadenas y despedazado los grillos, sin que nadie pudiese domarle.
|
|
Mc 5:4
|
Pues muchas veces, atado con grillos y cadenas, había roto las cadenas y despedazado los grillos, sin que nadie pudiese domarle.
|
|
Lc 8:29
|
Y es que Jesús mandaba al espíritu inmundo que saliese de aquel hombre; porque hacía mucho tiempo que estaba de él apoderado; y por más que le ataban con cadenas y ponían grillos, rompía las prisiones, y acosado del demonio huía a los desiertos.
|