Job 12:11
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¿No es el oído el que discierne las palabras; y el paladar del que come, los sabores?
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Job 34:3
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puesto que el oído atento juzga de los razonamientos, como el paladar discierne por el gusto los manjares.
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I Cor 2:15
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El hombre espiritual discierne o juzga de todo, y nadie que no tenga esta luz puede a él discernirle.
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Heb 4:12
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Puesto que la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más penetrante que cualquier espada de dos filos, y que entra y penetra hasta los pliegues del alma y del espíritu, hasta las junturas y tuétanos, y discierne y califica los pensamientos y las intenciones más ocultas del corazón.
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