Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

blancos

Gen 49:12 Sus ojos son más hermosos que el vino, y sus dientes más blancos que la leche.
Lev 13:20 quien si observare que aquella parte está más hundida que la demás carne y que los pelos se han vuelto blancos, le declarará inmundo; porque mal de lepra es el que ha sobrevivido en la úlcera.
Salm 67:15 Cuando el rey celestial ejerza su juicios sobre los reyes de la tierra, quedarán más blancos que la nieve del monte Selmón.
Ecle 9:8 Estén blancos y limpios en todo tiempo tus vestidos, y no falten en tu cabeza el bálsamo o perfume.
Cant 4:2 Tus dientes blancos y bien unidos como hatos de ovejas trasquiladas, acabadas de lavar, todas con dobles crías, sin que haya entre ellas una estéril.
Cant 6:6 Tus dientes blancos y unidos como aparece la manada de ovejas al subir de lavarse, todas con crías dobles, sin que haya entre ellas ninguna estéril.
Lam 4:7 Sus nazareos eran más blancos que la nieve, más lustrosos que la leche, más rubicundos que el marfil antiguo, más bellos que el zafiro.
Zac 1:8 Tuve, pues, de noche esta visión: Vi a un hombre montado sobre un caballo rojo, que estaba parado entre unos mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, manchados y blancos.
Zac 6:3 En la carroza tercera caballos blancos, y en la cuarta caballos manchados y vigorosos.
Zac 6:6 La carroza que tenía los caballos negros se dirigía hacia la tierra del septentrión, e iban en pos de ella los caballos blancos; y los caballos manchados salieron hacia la tierra del mediodía.
Mt 17:2 se transfiguró en su presencia; de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la nieve.
Mc 9:2 de forma que sus vestidos aparecieron resplandecientes, y de un candor extremado como la nieve, tan blancos que no hay lavandero en el mundo que así pudiese blanquearlos.
Apoc 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana más blanca, y como la nieve; sus ojos parecían llamas de fuego;
Apoc 19:14 Y los ejércitos que hay en el cielo le seguían vestidos de un lino finísimo blanco, y limpio, en caballos blancos.