Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

amonitas

Núm 22:5 Despachó, pues, mensajeros a Balaam , hijo de Baer, adivino que habitaba en la ribera del río de la tierra de los amonitas, para que lo llamasen y dijesen: Mira que ha salido de Egipto un pueblo que ha cubierto la superficie de la tierra, y está contra mí acampado.
Deut 2:20 Tierra que fue considerada como país de gigantes; pues en ella moraron antiguamente unos gigantes que los amonitas llaman zomzommim,
Deut 2:21 pueblo grande y numeroso y de altura descomunal, a semejanza de los enaceos. El Señor los exterminó por mano de los amonitas, e hizo que éstos poblasen la tierra en su lugar;
Deut 23:3 Los amonitas y los moabitas no entrarán jamás en la iglesia del Señor, ni aun después de la décima generación:
Juec 11:13 Les respondió el rey de los amonitas: Es porque Israel al venir de Egipto se apoderó de mi país desde los términos de Arnón, hasta Jaboc y el Jordán: ahora pues, restitúyemele pacíficamente.
Juec 11:28 Mas el rey de los amonitas no quiso dar oídos a las razones de Jefté propuestas por medio de sus embajadores.
Juec 11:29 Así pues, el espíritu del Señor se derramó sobre Jefté, quien recorriendo el país de Galaad y de Manasés, y pasando por Masfa de Galaad, y avanzando de allí hacia los amonitas,
Juec 11:31 el primero, sea el que fuere, que saliere de los umbrales de mi casa y se encontrare conmigo cuando yo vuelva victorioso de los amonitas, lo ofreceré al Señor en holocausto.
Juec 12:1 Y sucedió que se amotinaron los de Efraín; los cuales pasando hacia el norte, fueron a decir a Jefté: ¿Cómo yendo tú a pelear contra los amonitas, no quisiste convocarnos para que fuéramos contigo? Por este desaire vamos a quemar tu casa.
I Rey 11:11 Venido, pues, el día siguiente, dividió Saúl el ejército en tres cuerpos, y al rayar el alba entró por medio de los campamentos de los amonitas, y los estuvo acuchillando hasta que el sol comenzó a calentar; desparramándose de tal suerte los que escaparon, que no quedaron dos de ellos juntos.
I Rey 12:12 Pero viendo que Naas, rey de los amonitas, marchaba contra vosotros, me dijisteis: No será como hasta aquí, sino que nos mandará un rey, siendo así que era entonces el mismo Señor Dios vuestro el que reinaba en medio de vosotros.
II Rey 8:12 de la Siria, de Moab, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas y de los despojos de Adarecer, hijo de Rohob, rey de Soba.
II Rey 10:3 dijeron los magnates de los amonitas a Hanón, su señor: ¿Crees tú que David te ha enviado éstos para consolarte, y honrar así la memoria de tu padre; y no más bien que te ha enviado sus criados para espiar y reconocer el estado de la ciudad, y destruirla algún día?
II Rey 10:6 Mas los amonitas reflexionando en la injuria hecha a David, tomaron a su sueldo veinte mil infantes de la Siria de Rohob y de la Siria de Soba, mil hombres del rey de Maaca y doce mil de Istob.
II Rey 10:8 Salieron, pues, los amonitas, y se formaron en batalla frente a la entrada de la puerta de la ciudad; pero los siros de Soba y de Rohob, de Istob y de Maaca estaban aparte en el campo.
II Rey 10:11 Y le dijo Joab: Si los siros prevalecieren contra mí, tú vendrás a socorrerme; y si los amonitas prevalecieren contra ti, iré yo a auxiliarte.
II Rey 10:19 Pues como todos aquellos reyes que seguían el partido de Adarecer se viesen vencidos por Israel, se llenaron de pavor, y volvieron las espaldas a presencia de Israel cincuenta y ocho mil hombres. Al fin hicieron paces con los israelitas, y se les sujetaron; y no se atrevieron más los siros a prestar socorro a los amonitas.
II Rey 11:1 Y acaeció a la vuelta de un año, al tiempo que suelen los reyes salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus oficiales, y a todo el ejército de Israel, a talar el país de los amonitas, y sitiaron a Rabba, su capital. David se quedó en Jerusalén .
II Rey 12:26 Entretanto prosiguió Joab el asedio de Rabbat de los amonitas; y estando para dar el asalto a esta ciudad regia,
II Rey 12:31 A los habitantes los sacó fuera, y mandó que unos fuesen aserrados, haciendo pasar sobre otros narrias o carros con ruedas de hierro, y despedazarlos con cuchillos y arrojarlos en los hornos de ladrillos. Así trató a todas las ciudades de los amonitas. En seguida volvió David con todo su ejército a Jerusalén .
II Rey 17:27 Luego que David volvió a los campamentos, Sobi, hijo de Naas, de Rabat, ciudad de amonitas, y Maquir, hijo de Ammiel, de la ciudad de Lodabar, y Berzellai de Rogelim en Galaad,
III Rey 11:1 Pero el rey Salomón amó apasionadamente muchas mujeres extranjeras; y especialmente a la hija del faraón, a las mujeres moabitas y amonitas, idumeas, sidonias y heteas,
III Rey 11:5 Antes bien daba culto Salomón a Astarté, diosa de los sidonios, a Moloc, ídolo de los amonitas.
IV Rey 24:2 Entonces el Señor envió contra él cuadrillas de tropa ligera de caldeos, cuadrillas de siros, y cuadrillas de moabitas, y cuadrillas de amonitas; a los cuales envió contra Judá, a fin de destruirlo, conforme lo había predicho el Señor por boca de sus siervos los profetas.
I Par 18:11 Consagró también el rey David al Señor todos los vasos de oro, y de plata, y de bronce, con la plata y el oro que había recogido de todas las gentes, así de Idumea, y de Moab, y de los amonitas, como de los filisteos y de los amalecitas.
I Par 19:1 Sucedió que murió Naas, rey de los amonitas, en cuyo lugar reinó su hijo.
I Par 19:2 Y dijo David: Mostraré mi compasión o sentimiento a Hanón, hijo de Naas, pues recibí favores de su padre. En consecuencia envió David embajadores para consolarle en la muerte de su padre. Luego que éstos llegaron al país de los amonitas con el fin de consolar a Hanón,
I Par 19:3 dijeron a Hanón los príncipes de los amonitas: Tú quizás piensas que David por honrar la memoria de tu padre ha enviado a consolarte; y no echas de ver que estos criados suyos han venido a explorar, y examinar y escudriñar el estado de tu país.
I Par 19:6 Pero considerando los amonitas, así Hanón como todo el pueblo, la injuria que habían hecho a David, enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo tropas de las que iban en carros de guerra, y gente de a caballo de la Mesopotamia, y de la Siria de Maaca, y de Soba.
I Par 19:7 En efecto, condujeron a su sueldo treinta y dos mil hombres en carros armados, y al rey de Maaca con su gente. Y reunidos que fueron éstos, se acamparon frente de Medaba. Al mismo tiempo los amonitas congregados de sus ciudades salieron a campaña.
I Par 19:9 y haciendo movimiento los amonitas se formaron en batalla junto a la puerta de la ciudad, mientras que los reyes venidos a su socorro hicieron alto separadamente en la campiña.
I Par 19:11 Y dio el mando de las demás tropas a su hermano Abisaí, las cuales marcharon contra los amonitas,
I Par 19:12 y dijo: Si los siros prevalecieren contra mí, tú vendrás a socorrerme; pero si los amonitas te llevaren a ti de vencida, yo acudiré a tu socorro.
I Par 19:15 Viendo los amonitas que los siros habían huido, huyeron ellos también de Abisaí, hermano de Joab, y se metieron en la ciudad. Y volvió también Joab a Jerusalén .
I Par 19:19 Entonces los vasallos de Adarecer, viéndose vencidos por Israel, se pasaron a David, y se sujetaron a su imperio. Con esto la Siria nunca más quiso dar socorro a los amonitas.
I Par 20:1 Al cabo de un año, en la estación en que suelen los reyes salir a campaña, juntó Joab el ejército y la flor de las tropas, y taló el país de los amonitas, y avanzando puso sitio a Rabba. David se quedó en Jerusalén , cuando batió Joab a Rabba, y la destruyó.
I Par 20:3 A cuyos habitantes los hizo salir fuera, e hizo pasar por encima de ellos trillos y rastras, y carros armados de cortantes cuchillos, de manera que quedaban hechos piezas y añicos; otro tanto hizo David con todas las ciudades de los amonitas; y, concluido esto, volvió con todo su ejército a Jerusalén .
II Par 20:1 Después de esto se coligaron los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos amonitas, contra Josafat para hacerle gue-rra.
II Par 20:22 Luego que dieron principio al canto, convirtió el Señor contra sí mismos las estratagemas de los enemigos, es decir, de los amonitas, y de los moabitas, y de los pueblos de la montaña de Seir, que habían venido para pelear contra Judá, y quedaron derrotados.
II Par 20:23 Porque los amonitas y moabitas se levantaron contra los moradores de la montaña de Seir, los destrozaron y acabaron con ellos; y ejecutado esto, volviendo luego las armas contra sí mismos, se mataron unos a otros a cuchilladas.
II Par 26:7 y lo ayudó Dios contra los filisteos, y contra los árabes habitantes de Gurbaal, y contra los amonitas.
II Par 26:8 Los amonitas pagaban tributo a Ozías, cuyo nombre se hizo célebre a causa de sus continuas victorias, hasta la entrada de Egipto.
II Par 27:5 Este hizo guerra al rey de los amonitas, a los cuales sujetó; por lo que le dieron por entonces los amonitas cien talentos de plata, diez mil coros o cargas de trigo, y otros tantos de cebada; esto mismo le dieron los amonitas el segundo y tercer año.
II Par 27:5 Este hizo guerra al rey de los amonitas, a los cuales sujetó; por lo que le dieron por entonces los amonitas cien talentos de plata, diez mil coros o cargas de trigo, y otros tantos de cebada; esto mismo le dieron los amonitas el segundo y tercer año.
II Par 27:5 Este hizo guerra al rey de los amonitas, a los cuales sujetó; por lo que le dieron por entonces los amonitas cien talentos de plata, diez mil coros o cargas de trigo, y otros tantos de cebada; esto mismo le dieron los amonitas el segundo y tercer año.
I Esd 9:1 Cumplidas estas cosas, acudieron a mí los príncipes de las familias, diciendo: Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes y levitas se han mantenido segregados de los pueblos de estos países y de sus abominaciones, es a saber, de los cananeos, heteos y ferezeos, de los jebuseos y amonitas, y moabitas, y egipcios, y amorreos;
II Esd 4:7 Mas así que supieron Sanaballat, y Tobías, y los árabes, y los amonitas, y los de Azoto, que estaban reparadas las brechas de los muros de Jerusalén , y que comenzaban a cerrarse los portillos, se irritaron sobremanera,
Jud 5:2 Y montando en cólera, convocó encendido en saña a todos los príncipes de Moab, y a los capitanes de los amonitas,
Jud 5:5 Entonces Aquior, jefe de todos los amonitas, le respondió en estos términos: Si te dignas escucharme, yo diré, oh señor, la verdad en tu presencia, acerca de este pueblo que habita en las montañas, y no saldrá de mi boca palabra falsa.
Jud 7:8 Pero los amonitas y los moabitas fueron y dijeron a Holofernes: Los hijos de Israel no ponen su confianza en sus lanzas ni en sus flechas, sino que su defensa y fortificaciones son los montes y los collados escarpados.