Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Joab

I Rey 26:6 dijo David al heteo Aquimelec, y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab: ¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl? Respondió Abisai: Yo iré contigo.
II Rey 2:13 Pero Joab, hijo de Sarvia, por su parte, y los soldados de David salieron a su alcance, y los encontraron cerca del estanque de Gabaón; donde acamparon los unos frente a los otros, dejando en medio el estanque.
II Rey 2:14 Dijo entonces Abner a Joab: Salgan al campo algunos jóvenes, y escaramucen delante de nosotros. Respondió Joab: Salgan enhorabuena.
II Rey 2:14 Dijo entonces Abner a Joab: Salgan al campo algunos jóvenes, y escaramucen delante de nosotros. Respondió Joab: Salgan enhorabuena.
II Rey 2:18 Estaban allí a la sazón tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Era Asael extremadamente ligero de pies, como un corzo de los que andan por las selvas.
II Rey 2:22 Segunda vez replicó Abner a Asael: Retírate, deja de seguirme, no me pongas en términos en que me vea forzado a coserte en tierra con la lanza, y después no tenga valor para mirar la cara de tu hermano Joab.
II Rey 2:24 Mas Joab y Abisai continuaron hasta ponerse el sol en el alcance de Abner que iba huyendo, y llegaron hasta el collado del Acueducto, que está enfrente del valle, camino del desierto de Gabaón.
II Rey 2:26 desde donde Abner gritó a Joab, diciendo; ¿No se saciará de sangre tu espada, sino hasta el total exterminio? ¿No sabes que es cosa peligrosa reducir a la desesperación al enemigo? ¿No será ya tiempo de decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?
II Rey 2:27 Vive el Señor, respondió Joab, que si hubieses hablado antes, desde la mañana habría cesado la tropa de seguir el alcance a sus hermanos.
II Rey 2:28 Al punto Joab mandó sonar la bocina, y se detuvo e hizo alto todo el ejército, dejando de perseguir a Israel, y de pelear contra él.
II Rey 2:30 Joab por su parte, cesando de perseguir a Abner, volvió atrás, juntó toda su gente, y faltaron de los soldados de David diecinueve hombres, sin contar a Asael.
II Rey 2:32 A Asael lo llevaron consigo, y lo enterraron en Betlehem, en el sepulcro de su padre. Joab y su gente caminaron toda la noche, y al amanecer llegaron a Hebrón.
II Rey 3:22 llegó Joab con las tropas de David; las cuales habiendo muerto a una partida de ladrones, venían con un botín grandísimo. No estaba ya Abner en Hebrón con David; pues cuando llegó Joab con toda la tropa, ya David había despedido a Abner, y se había ido éste contento.
II Rey 3:22 llegó Joab con las tropas de David; las cuales habiendo muerto a una partida de ladrones, venían con un botín grandísimo. No estaba ya Abner en Hebrón con David; pues cuando llegó Joab con toda la tropa, ya David había despedido a Abner, y se había ido éste contento.
II Rey 3:23 Mas no faltó quien diese la nueva a Joab, diciéndole: Vino Abner, hijo de Ner, a hablar al rey, y éste ha salido a despedirle, y Abner se ha vuelto contento.
II Rey 3:24 Oído que hubo esto Joab, entró al rey diciendo: Señor, ¿qué es lo que has hecho? Sé que Abner acaba de venir a ti: ¿por qué lo has dejado ir, y que se marche libremente?
II Rey 3:26 Y luego que Joab salió de donde David, despachó correos tras de Abner, y lo hizo volver, sin saber nada David, desde la cisterna de Sira.
II Rey 3:27 Vuelto Abner a Hebrón, lo llamó Joab aparte, llevándolo al medio de la puerta, o juzgado de la ciudad, con pretexto de hablarle, urdida ya la traición; y allí le hirió en una ingle, y lo mató para vengar la sangre de Asael, su hermano.
II Rey 3:29 Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre; no falte jamás de la casa de Joab un flujo vergonzoso que los vuelva estériles, como ni tampoco leprosos, y hombres que lleven rueca en vez de espada, y haya siempre quienes mueran a cuchillo, y gentes que vayan mendigando el pan.
II Rey 3:29 Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre; no falte jamás de la casa de Joab un flujo vergonzoso que los vuelva estériles, como ni tampoco leprosos, y hombres que lleven rueca en vez de espada, y haya siempre quienes mueran a cuchillo, y gentes que vayan mendigando el pan.
II Rey 3:30 Joab, pues, y Abisai, su hermano, mataron a Abner por haberles éste muerto a su hermano Asael en la batalla de Gabaón.
II Rey 3:31 David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: Rasgad vuestros vestidos, y vestíos de sacos, y haced duelo en los funerales de Abner. El mismo rey David iba siguiendo el féretro.
II Rey 8:16 Joab, hijo de Sarvia, era el general de sus tropas; Josafat, hijo de Ahilud, era su secretario o cronista;
II Rey 10:7 De lo que informado David despachó contra ellos a Joab con todas las tropas.
II Rey 10:9 Viendo, pues, Joab que iban a acometerle de frente y por retaguardia, escogió entre todos los soldados de Israel a los más valientes, y se puso en orden de batalla contra los siros.
II Rey 10:11 Y le dijo Joab: Si los siros prevalecieren contra mí, tú vendrás a socorrerme; y si los amonitas prevalecieren contra ti, iré yo a auxiliarte.
II Rey 10:13 Con esto Joab atacó con sus tropas a los siros; los cuales huyeron al instante volviéndole las espaldas.
II Rey 10:14 Y cuando los hijos de Amón vieron que los siros habían huido, echaron también ellos a huir de delante de Abisai, retirándose a la plaza. Y Joab dejó el país de los hijos de Amón, y volvió a Jerusalén .
II Rey 11:1 Y acaeció a la vuelta de un año, al tiempo que suelen los reyes salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus oficiales, y a todo el ejército de Israel, a talar el país de los amonitas, y sitiaron a Rabba, su capital. David se quedó en Jerusalén .
II Rey 11:6 En seguida despachó David un correo a Joab, diciéndole: Envíame a Urías, heteo. Se lo envió Joab;
II Rey 11:6 En seguida despachó David un correo a Joab, diciéndole: Envíame a Urías, heteo. Se lo envió Joab;
II Rey 11:7 y llegado Urías, le preguntó David en qué estado estaban Joab y sus tropas, y cómo iban las cosas de la guerra.
II Rey 11:11 Respondió Urías a David: El arca de Dios, e Israel y Judá están en tiendas de campaña, y mi señor Joab y los siervos de mi señor duermen en el duro suelo; ¿e iría yo a mi casa a comer y beber, y dormir con mi mujer? Por la vida y por la salud de mi rey juro que no haré tal cosa.
II Rey 11:14 Llegada que fue la mañana, escribió David una carta a Joab, y se la remitió por mano de Urías.
II Rey 11:16 Estando, pues Joab en el sitio de la ciudad, puso a Urías frente al puesto donde sabía que estaban los más valientes de los enemigos.
II Rey 11:17 Los cuales habiendo hecho una salida de la ciudad, cargaron sobre Joab, y murieron algunos del ejército de David, y entre éstos también Urías, heteo.
II Rey 11:18 Inmediatamente Joab despachó aviso a David de todo lo ocurrido en el choque,
II Rey 11:22 Partió, pues, el correo; y llegando refirió a David todo lo que Joab le había mandado,
II Rey 11:25 Respondió David al mensajero: Le dirás a Joab: No desmayes por ese fracaso; porque los acaecimientos de la guerra son varios, y una vez éste, otra vez aquél, perecen algunos al filo de la espada. Reanima a tus guerreros contra la ciudad, y esfuérzalos hasta destruirla.
II Rey 12:26 Entretanto prosiguió Joab el asedio de Rabbat de los amonitas; y estando para dar el asalto a esta ciudad regia,
II Rey 14:1 Advirtiendo, pues, Joab, hijo de Sarvia, que el corazón del rey se inclinaba ya a Absalón,
II Rey 14:3 Y te presentarás ante el rey y le dirás esto y esto. Y la instruyó Joab en todo lo que había de decir.
II Rey 14:19 ¿No es verdad, prosiguió el rey, que todo lo que me has dicho es cosa dispuesta por Joab? Respondió la mujer, y dijo: Por vida tuya (que Dios conserve), oh mi rey y señor, que has dado directamente en el blanco; pues realmente tu siervo Joab es el mismo que me lo ha mandado, y el que ha puesto en boca de tu sierva todas las palabras que te ha dicho.
II Rey 14:19 ¿No es verdad, prosiguió el rey, que todo lo que me has dicho es cosa dispuesta por Joab? Respondió la mujer, y dijo: Por vida tuya (que Dios conserve), oh mi rey y señor, que has dado directamente en el blanco; pues realmente tu siervo Joab es el mismo que me lo ha mandado, y el que ha puesto en boca de tu sierva todas las palabras que te ha dicho.
II Rey 14:20 La parábola de que me he valido, quien la ha dispuesto ha sido tu siervo Joab. Mas tú, oh rey mi señor, eres sabio como lo es un ángel de Dios, para entender todas las cosas del mundo.
II Rey 14:21 Dijo entonces el rey a Joab: Concedo la gracia que pides; anda pues, y haz volver a mi hijo Absalón.
II Rey 14:22 Aquí Joab, postrándose en tierra sobre su rostro, hizo una profunda reverencia al rey, le dio las gracias, y añadió: Oh rey y señor mío, hoy ha reconocido tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos; pues que has otorgado la súplica que te he hecho.
II Rey 14:23 En seguida se levantó Joab, y pasó a Gesur, de donde se trajo a Absalón a Jerusalén .
II Rey 14:29 Mandó, pues, llamar a Joab para enviarle al rey, y no quiso venir. Despachándole segundo recado, y no queriendo venir tampoco,
II Rey 14:30 dijo a sus criados: Ya sabéis el campo de Joab, que linda con el mío, donde la cebada está para segarse; id y pegadle fuego. Al punto los criados de Absalón prendieron fuego a las mieses. Y viniendo los criados de Joab, rasgados sus vestidos, le dijeron: Los criados de Absalón han puesto fuego a una parte de tu campo.