ENTONCES los justos se presentarán con gran valor contra aquellos que los angustiaron y robaron el fruto de sus fatigas. 2 A cuyo aspecto se apoderará de éstos la turbación y un temor horrendo; y se asombrarán de la repentina salvación de los justos, que ellos no esperaban ni creían; 3 y arrepentidos, y arrojando gemidos de su angustiado corazón, dirán dentro de sí: Estos son los que en otro tiempo fueron el blanco de nuestros escarnios, y a quienes proponíamos como un ejemplar de oprobio. 4 ¡Insensatos de nosotros! Su tenor de vida nos parecía una necedad, y su muerte una ignominia.

5 Mirad cómo son contados en el número de los hijos de Dios, y cómo su suerte es estar con los santos.

6 Luego descarriados hemos ido del camino de la verdad; no nos ha alumbrado la luz de la justicia, ni para nosotros ha nacido el sol de la inteligencia. 7 Nos hemos fatigado en seguir la carrera de la iniquidad y de la perdición; hemos andado por senderos fragosos, sin conocer el camino del Señor. 8 ¿De qué nos ha servido la soberbia? ¿O qué provecho nos ha traído la vana ostentación de nuestras riquezas? 9 Pasaron como sombra todas aquellas cosas; y como mensajero que va en posta;

10 o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;

11 o como ave que vuela a través del aire, de cuyo vuelo no queda rastro ninguno, y solamente se oye el sacudimiento de las alas con que azota al ligero viento, y corta con fuerza el ambiente, por la cual se abre camino; ella bate sus alas y vuela sin dejar detrás de sí señal alguna de su rumbo; 12 o como una saeta disparada contra el blanco corta el aire, y luego éste se reúne, sin que se conozca por dónde aquélla pasó. 13 Así también nosotros, apenas nacidos dejemos de ser; y ciertamente ninguna señal de virtud pudimos mostrar, y nos consumimos en nuestra maldad.

14 Así discurren en el infierno los pecadores. 15 Porque la esperanza del impío es como la pelusa o polvo que arrebata el viento; o cual espuma ligera que la tempestad deshace; o como humo que disipa el viento; o como la memoria del huésped que va de paso y sólo se detiene un día.

16 Al contrario, los justos vivirán eternamente, y su galardón está en el Señor, y el Altísimo tiene cuidado de ellos. 17 Por tanto recibirán de la mano del Señor el reino de la gloria y una brillante diadema; los protegerá con su diestra, y con su santo brazo los defenderá. 18 Se armará de todo su celo, y armará también las criaturas para vengarse de sus enemigos.

19 Tomará la justicia por coraza, y por casco el juicio infalible. 20 Alzará por escudo impenetrable la rectitud. 21 De su inflexible ira se hará Dios una aguda lanza; y todo el universo peleará con él contra los insensatos. 22 Irán derechamente a ellos los tiros de los rayos, los cuales serán lanzados de las nubes como de un arco bien apuntado, y herirán a un punto fijo; 23 y de la cólera de Dios, como de un pedrero lloverán densos granizos. Se embravecerán contra ellos las olas del mar; y los ríos todos inundarán impetuosamente la tierra. 24 Se levantará contra ellos un furioso huracán, y en torbellino de viento serán destrozados. Por su iniquidad quedará convertida en un desierto toda la tierra; y por la maldad, los tronos de los potentados serán derrocados.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas